Estamos acostumbrados a las salidas de tono de nuestros políticos, con frases que ya nos sabemos de memoria, como León De La Riva o Rafael Hernando, entre muchos otros. También a las imputaciones por malversación de caudales públicos, cohecho, prevaricación, etc, sin ningún tipo de consecuencias.
Muchos de nosotros y nosotras hemos sido muy críticos con esta forma de actuar de «la vieja política», hemos pedido responsabilidades, dimisiones, justicia y regeneración.
Ahora nos encontramos con nueva situación, después de la llegada al poder de algunas «fuerzas del cambio» como Ahora Madrid, Barcelona En Comu o Podemos.
Desde la toma de posesión de Carmena, como alcaldesa, comenzó una campaña de acoso y derribo contra varios de sus concejales. Se pidió la dimisión como concejal de cultura de Guilllermo Zapata por sus polémicos twitts, lo cual parece razonable, ya que, su labor en dicha área podía quedar manchada, a pesar del contexto y de que dichos twitts fueran anteriores al comienzo de su labor política.
Sin embargo ahora se produce una vergonzosa petición por parte del resto de fuerzas del ayuntamiento de Madrid, incluyendo el PSOE, la dimisión de Rita Maestre. Esta paradójica e injusta situación implica que, una manifestación pacífica de la concejala, en defensa de una educación pública laica, en vez de premiada, es castigada, bajo el débil pretexto de su imputación por dicha acción.
Tenemos que reflexionar sobre las lineas rojas que ponemos a nuestros políticos. Es obvio que un cargo público imputado por prevaricación, blanqueamiento de capitales y demás delitos relacionados con la corrupción han de dimitir y ser expulsados de sus partidos de inmediato. No obstante, la justicia y la ley no siempre son justas o coherentes con la dignidad humana, De esta forma, imputaciones y persecuciones como la sufrida por Rita Maestre, son inaceptables en un país avanzado, donde aquellos que luchan por los derechos y libertades de todos han de ser premiados y no castigados.
Por todo ello me posiciono totalmente en contra de una posible dimisión de Rita Maestre y, es más, quiero más luchadoras como ella en las instituciones.
Joan Pérez Lara.