La plataforma ciudadana y municipalista Totes amb Burjassot ha registrado una moción para pedir al Ayuntamiento de Burjassot que se adhiera a la iniciativa llevada a cabo por el colectivo Acció Ecologista – Agró para solicitar el cierre de la central nuclear de Cofrentes para el año 2021 y no se vuelva a realizar una nueva prórroga de funcionamiento.
En esta moción, además, se pide que los ayuntamientos insten al gobierno autonómico y central a que se elabore esta legislatura un plan energético que permita una sustitución gradual de las energías convencionales para que, llegado el año 2021, se pueda cerrar la central nuclear sin que suponga pérdidas de producción energética.
También se pide que no se autorice la construcción del Almacén Temporal Individualizado de residuos radioactivos en los terrenos de la central, ya que es peligroso y no será necesario hacerlo si la central cierra ese año. Junto a estas dos medidas que afectan a la central, se plantean dos cuestiones más: por un lado, modificar urgentemente el marco normativo que ha paralizado la implantación de las energías renovables para permitir el autoconsumo del balance neto, tal y como se hace en otros muchos países y, con ello, fomentar a nivel local, autonómico y estatal, la instalación de módulos solares para calentar agua en sustitución de los termos eléctricos; y, por otro lado, que se pongan medidas urgentes para evitar las “puertas giratorias”, esto es, evitar que ex cargos del gobierno accedan a puestos importantes de las grandes empresas hidroeléctricas.
Esta iniciativa surge ante la necesidad de poner medidas urgentes para preparar la red eléctrica cuanto antes si realmente no se quiere prorrogar de nuevo la vida de la central nuclear. Acció Ecologista – Agró, además, esgrime varios argumentos sobre la peligrosidad de una central que ya ha sufrido en los últimos años más de 100 incidencias y unos 25 paros no programados, y la cual en el 2021 tendrá 37 años de antigüedad ya que fue inaugurada en el año 1984. Se critica, también, la opacidad de la administración y mala gestión de la central, el aumento de la generación de residuos y la dificultad de aislarlos durante miles de años, entre otras cuestiones.