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La noche del 21 de marzo ERC hacía público un preacuerdo con la CUP-Un nuevo ciclo para ganar (CUP-
UNCPG), y hasta el 22 noche no lo hacía la CUP, pendiente de la decisión de la militancia. Desde Lucha
Internacionalista, organización que forma parte de la candidatura, llamamos a rechazar el preacuerdo.
El texto, además de permitir la investidura a Aragonés obliga a dar estabilidad parlamentaria al Gobierno. Es
decir, estamos ante un pacto de legislatura -aunque sea revisable a la mitad- y por tanto conlleva avalar
temas centrales como los presupuestos. Un pacto de legislatura que incluso deja la puerta abierta a una
futura incorporación de la CUP-UNCPG en el Gobierno.
¿Qué ha cambiado en ERC y JXC cuando les hemos criticado que desde octubre del 17 se han limitado a la
gestión autonomista sin ningún plan de ruptura con el estado? ¿Qué cambia ahora cuando les hemos
denunciado por reprimir a la juventud en las calles o en los desahucios? ¿Por qué apoyar a quien ha
privatizado el sistema sanitario y los servicios públicos, y que pretendía profundizar aún más las
privatizaciones con la Ley Aragonés? ¿Por qué apoyar a un partido que ha dejado caer empresa tras
empresa, siempre al lado de la patronal en un proceso de desmantelamiento industrial?
Ni ERC ni JXCat han cambiado, ni se desdicen de la política que han hecho desde hace una década de
recortes y privatizaciones. ERC necesita neutralizar la CUP-UNCPG como oposición de izquierdas, porque
sabe que se profundizará el proceso de polarización social y política. En los debates de las asambleas de la
candidatura resuenan argumentos muy similares a los de Podemos cuando decidió entrar en el Gobierno
PSOE: se dice que una minoría puede ser determinante para cambiar la política del gobierno y ponerlo al
servicio de las clases populares.
Pero no nos engañemos, este preacuerdo es «podemitzar» la CUP-UNCPG. El documento está lleno de
inconcreciones y de comisiones de estudio, que permitan alargar el tiempo y hacer interpretaciones: si
quieres que algo no se haga, crea una comisión. No hay otra manera de hacer compatibles los programas
opuestos de ERC y la CUP-UNCPG, garantizando el blanqueo de ERC y JxCat.
¿Cómo se propone resolver el conflicto con el estado? Un Parlamento soberano, con una Mesa que
garantizará la defensa de los derechos materiales, civiles y políticos. Advierten que se quiere superar el
«simbolismo» pero al mismo tiempo evitar la represión. No es este el lugar de hacer un resumen del
preacuerdo, pero sí queremos destacar algunos ejemplos de la política que se deriva.
«Margen» y desmovilización
La CUP se compromete en el preacuerdo a dar dos años «de margen» en la Mesa de negociación, hasta la
primera mitad del 2023, y se compromete a resolver las diferencias «en base al acuerdo» y «en un marco de
discreción «. ERC quiere aplicar su pacto con el PSOE de la amnistía para las presas y presos a cambio de
estabilización de la autonomía. Si la Mesa no acaba con una solución negociada que sólo puede estar basada
en la amnistía y el derecho de autodeterminación, entonces habrá un nuevo embate democrático a
determinar por el conjunto del independentismo … Es decir, estamos donde estábamos, pero ahora con dos
años más por delante, haciendo tiempo y desmovilizando como han hecho en los últimos años, a la espera
de que el Gobierno del estado y el régimen nos vuelvan a decir que no. Y mientras, la represión del estado se
ceba: seguimos vendiendo humo al pueblo que se la jugó el 1 y el 3 de octubre.
¿Y el paquete de medidas sociales?
Una renta Básica Universal, primer año de estudio, segundo de implementación de un plan piloto en franjas
de edad concretas, 3º año evaluación y propuesta para ampliación, «si es el caso». Sin cuantificación de
gasto. Tampoco la hay en el Plan de Rescate, con muchos «planes» de buenas intenciones, pero sin

concreciones. Una política de vivienda basada en una agenda legislativa que volverá a estar expuesta a los
tribunales, sin decir cómo piensan responder. Con el único compromiso de 5.000 viviendas anuales. Y sobre
desahucios, no hay compromiso de pararlos sino de «revisar los protocolos», y que la BRIMO y ARRO no irán
a los «desahucios si son de familias o personas vulnerables». Tampoco está cuantificado gasto en sanidad. No
se cuestiona la privatización de la sanidad pública ni de las residencias de ancianos, cuando todavía queman
los casos de Ferrovial o la intervención de residencias, que se han cobrado vidas de ancianos, para pasarlas a
una nueva entidad privada. Se limita a internalizaciones -sin fecha-de algunos servicios auxiliares como el
transporte sanitario y el 061.
Detrás del grandilocuente título de «Trabajo digno para todos» no hay ni una medida encaminada a detener
la sangría de despidos, ni combatir la precariedad ni generar puestos de trabajo. No se plantea la única
alternativa real a una situación de emergencia como la que vivimos: la nacionalización de las empresas que
están en proceso de cierre (Nissan …) y sólo encontramos una versión cooperativista de las viejas sociedades
anónimas laborales de tan triste memoria. Nos hemos cansado de repetir como un eslogan que “volem el pa
sencer” -queremos el pan entero-, ¿y ahora nos basta con las migas? Ningún desborde del marco de ERC:
ocurre con la Banca, con el agua o con la creación de una energética pública
¿Y de la represión y el orden público? Se «suspende el uso de los proyectiles de foam» … «hasta que no se
haga público el protocolo» de utilización. La Generalitat incluso continuará presentándose como acusación
particular «si hay lesiones acreditadas de agentes» -que es lo que alegan los Mossos siempre-. Se habla de
baremos «proporcionales» en la represión, no de detenerla. La ley Mordaza se podrá seguir aplicando «si no
vulnera el derecho de manifestación» …
Tampoco compartimos el método que se ha seguido y cómo se llega a las asambleas abiertas. El método del
anuncio del preacuerdo, que se vende directamente como una gran conquista vía medios de comunicación,
antes de que se pueda conocer internamente, es burocrático y ya lo hemos visto en las fábricas, como en
Nissan donde las direcciones sindicales pactan despidos. Primero se compromete el acuerdo, se pretende
convertirlo en un hecho consumado sin alternativa y se da a conocer el texto a la militancia a menos de 24
horas del debate en las asambleas y sin posibilidad de presentar documentos alternativos.
Investidura ¿sí o no?
La CUP-UNCPG no debe apoyar un gobierno de ERC y JXCat, ni a sus presupuestos, ni menos comprometerse
con la estabilidad de la legislatura. Pero la gente trabajadora y el pueblo de Catalunya no tenemos nada que
ganar con una repetición de las elecciones. El 14-F fue una mayoría independentista que supone otro fracaso
para el régimen del 78 -efecto Illa incluido- y no tendría ningún sentido diluirlo.
Estamos de acuerdo en facilitar la investidura del gobierno ERC-JXC, con las mínimas abstenciones necesarias
y el resto de votos en contra, a cambio de tres medidas concretas al servicio de la gente trabajadora y contra
la represión: libertad y retirada de todos los cargos de la Generalitat contra los jóvenes detenidos en las
manifestaciones, retirada de las balas de foam y una partida extraordinaria -clara y ya definida- de dinero a
sanidad, educación y servicios públicos. Pero ningún compromiso con el gobierno ERC-JXC ni con los
presupuestos que presenten. Manos libres para llamar a la movilización y hacer oposición a sus políticas
autonomistas y privatizadoras y para defender los derechos de la gente trabajadora.
La disyuntiva es ser la pata izquierda del gobierno o levantar la alternativa de los y las jóvenes y la gente
trabajadora y por la ruptura con la Monarquía, por la república catalana. Desde Lucha Internacionalista
una vez más nos reafirmamos que la CUP-UNCPG debe estar junto a la lucha de la clase obrera, de la
juventud, de las clases populares, contra los gobiernos del estado y autonómico, para que la crisis no la
paguemos los de siempre. En plena caída brutal de las condiciones de trabajo y de vida, hay un programa
claro de ruptura con el estado y con el capitalismo. Llamamos a las bases de la CUP y de las organizaciones
que nos reunimos en la candidatura CUP-UNCPG a votar no al preacuerdo.

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