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La ciudadanía paga con sus impuestos la formación y la investigación. No resulta ético que las compañías farmacéuticas privaticen tecnologías médicas que han sido desarrolladas con cuantiosas ayudas públicas.

La grave crisis sanitaria derivada de la pandemia, ha motivado que las vacunas sean un producto estratégico para luchar contra la propagación del virus a nivel mundial,  y la necesidad de que lleguen a cualquier punto del planeta es urgente. Pero esta necesidad apremiante, unida a la opacidad en los precios y los intereses económicos de los laboratorios farmacéuticos que las producen bajo patentes, provoca dos efectos devastadores para la lucha contra el virus: los altos precios establecidos por los laboratorios y la baja producción de las vacunas, ya que sólo pueden ser fabricadas por los laboratorios que tienen la patente.  Se están produciendo grandes retrasos en su distribución. Para empeorar la situación, los países más ricos están acaparando vacunas mientras a los de menos ingresos, tardan en llegar y llegan en cantidad insuficiente.

 Por otra parte, la crisis sanitaria ha llevado aparejada una crisis económica sin precedentes de la que sólo empezaremos a recuperarnos cuando tengamos controlado el virus. Mientras no acabemos de controlar el virus no se podrá empezar a recuperar la economía.

En una situación como la actual, en la que se ve implicada la salud de la ciudadanía y también la economía de los países y por tanto de las familias,  no es ético que los intereses económicos de unos pocos, prevalezcan sobre el bien común, mucho menos cuando los estados han financiado la investigación con dinero público, es decir, la inversión es pública y las ganancias privadas.

Desde la formación morada de Callosa de Segura consideran esencial, por tanto, liberar de patentes las vacunas mientras dure la pandemia para que otros laboratorios farmacéuticos puedan fabricarla. Esto repercutiría en una distribución más adecuada a las necesidades y una mejora en el precio  Las voces que se manifiestan en esta línea no paran de crecer,

Es por eso que Podemos Callosa pide que desde el Ayuntamiento se manifieste el apoyo a la liberalización de las patentes de vacunas y se exija en el seno de la Unión Europea, que esta liberación se lleve a cabo con el objetivo de facilitar la producción de estas vacunas por parte de los Estados.

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