La nueva estrella mediática del firmamento neoliberal español, la Presidenta de La Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se habría convertido en el vivo reflejo de la incongruencia trumpiana que consigue desarbolar cualquier estrategia opositora que sea mínimamente racional. Como en el caso de Trump, sus controvertidas decisiones y manifestaciones rozarían la megalomanía, “entendido como delirio de grandeza que provoca que el individuo se crea dotado de un talento y un poder extraordinarios debido a que las deidades le han elegido para una alta misión” (ser la némesis de Pedro Sánchez ).
Isabel Díaz Ayuso estaría afectada por la “enfermedad del poder o síndrome de hydris” citado por el médico y político inglés David Owen en su obra “The Hybris Syndrome: Bush, Blair and the Intoxication of Power”, término que procede de la palabra griega “hybris” y que significa desmesura, por lo que no cejará en su utopía de defenestrar a Casado de la Presidencia del PP. La utopía así concebida sería el camino para alcanzar un sueño que llevaría implícito en su potencia la facultad de devenir en acto concreto (en el camino está la meta), siendo preciso transitar por la senda marcada por il poverello d´Assisi: “Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible”.
El primer paso de la hoja de ruta diseñada por su asesor, el ínclito MAR, fue lograr la mayoría en las elecciones madrileñas (lo necesario), a lo que seguirá en el 2022 lograr la Presidencia del PP madrileño ( lo posible), a la espera de realizar lo imposible (defenestrar a Pablo Casado y vencer a Pedro Sánchez en las Elecciones Generales del 2023). Su estrategia electoral diseñada por su asesor, el ínclito MAR, se basaría en la exportación del modeloayusiano neoliberal al conjunto del Estado o “patio trasero madrileño” y asimismo, enarbolar la bandera de las libertades individuales frente al “Estado Totalitario Socialista” en la creencia de que el electorado primaría “la España libre y moderna” ayusiana frente al vértigo de “la España rota y comunista” de Sánchez.
Sin embargo, el éxito electoral de Ayuso y la declaración de guerra entre Ayuso y Casado por el control de la Presidencia del PP madrileño, habría encendido las alarmas en Génova conscientes de que la previsible victoria de Ayuso como Presidenta del PP madrileño supondría la pérdida del control por Casado de una pieza estratégica en el andamiaje del PP nacional. En consecuencia, en la sede del PP nacional se habría gestado una operación para deslegitimar la figura política de Ayuso con el objetivo inequívoco de lograr que en el próximo Congreso del PP madrileño, el alcalde de Madrid, Almeida sea elegido Presidente del PP de la Comunidad.
Así, el fuego amigo proveniente de la trinchera de García Egea habría aireado el presunto affaire del hermano de Ayuso en el que se le acusa de “múltiples contratos sin concurso público por parte del Gobierno de la Comunidad de Madrid durante la pandemia en favor de las empresas Artesolar y Arteconfort en las que trabaja valiéndose de su condición de proveedor de la Consejería de Sanidad”. El objetivo de dicha filtración sería acusar a Isabel Ayuso de “trato de favor”, con lo que su aura política se vería seriamente afectada y emergería la figura impoluta de Almeida como candidato a la Presidencia del PP madrileño y tras su triunfo, Casado lograría que Ayuso quede aislada en sus cuarteles de invierno de Puerta del Sol.
Sin embargo, tras el fiasco electoral del PP en Castilla y León donde Pablo Casado esperaba que fuera su trampolín para reforzar su liderazgo, el esperpento de la votación de la Reforma Laboral y el portazo recibido en Europa en su estrategia de descalificar los Fondos Europeos, el liderazgo de Pablo Casado estaría en entredicho. Así, en el laboratorio de la Fundación FAES (cuya figura visible es el ex presidente Aznar) se estaría gestando una operación para defenestrarlo con el objetivo confeso de lograr que la nueva estrella del firmamento neoliberal español, Isabel Díaz Ayuso sea investida Presidenta del Gobierno en las próximas Elecciones Generales del 2023, operación que contaría con las bendiciones de Aznar y las élites económicas.