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Un nuevo proyecto amenaza el territorio en Aragón y la Comunidad Valenciana. Forestalia
Renovables pretende construir una línea de muy alta tensión desde los megaparques
fotovoltaicos en Ojos Negros (Teruel) hasta la subestación eléctrica de l’Eliana (Valencia) en
un recorrido de 188 km, afectando a las provincias de Teruel, Castellón y Valencia.

Para hacer esta infraestructuras de gran envergadura y distancia, es necesario construir una
línea de alta tensión de 400 kilovoltios, que estará   compuesta por más de 500 torres de 80 m
de altura y 4 subestaciones, tres de ellas en Teruel,  en Ojos Negros, Almohaja, Albarracín; así
como la ampliación de la subestación eléctrica en l’Eliana, Valencia, que deberá casi duplicarse
en tamaño sobre terrenos forestales para poder soportar la nueva llegada de electricidad.

El proyecto denominado PFot – 807 AC, que comprende 3 centrales fotovoltaicas, la línea de
alta tensión, y las subestaciones, se presenta además de manera fragmentada, porque no se
entiende este proyecto sin otros asociados que comprenden más parques de generación
eléctrica y más líneas de alta tensión, lo que genera dudas jurídicas. La Línea MAT de Ojos
Negros a l’Eliana solo es un ejemplo más del modelo que se está siguiendo de despliegue
masivo de energías renovables.

Este proyecto, cuyo promotor es Forestalia, tiene un elevado coste económico, de alrededor
de 207 millones de euros. Un presupuesto elevadísimo para fomentar un modelo energético,
que aunque basado en energías renovables, no acaba con los problemas energéticos y las
desigualdades derivadas de él, sino que cada vez más, crea otros conflictos asociados.

El proyecto se encuentra en fase de información pública sobre la autorización administrativa
previa y la declaración de impacto ambiental, pero ya son muchas las organizaciones que se
están articulando para presentar alegaciones y tomar medidas para mostrar su rechazo a esta
nueva infraestructura.

Amigos de la Tierra Aragón y Amigues de la Terra València mostramos el rechazo a este
proyecto. “Necesitamos implementar energías renovables, sí. Pero no sacrificando suelo
forestal y agrícola y produciendo la energía a casi 200 km en el entorno rural para luego
consumirla en la urbanidad y grandes zonas industriales; lo que origina considerables pérdidas
energéticas”, afirma Amanda, técnica de Amigues de la Terra València.

Las afecciones al territorio son gravísimas. Las 500 torres cruzarán más de 45 municipios
comprendidos entre Teruel, Castellón y Valencia, generando un gran impacto ambiental en la
biodiversidad y el paisaje ya que afecta a zonas catalogadas como Red Natura 2000. 

Frente a estos megaproyectos que benefician a una sola empresa, se necesita descentralizar la
generación energética en pequeños puntos y consumirla de forma local. Esta es la alternativa
que presentan las Comunidades Energéticas. 

La energía comunitaria en forma de autoconsumo colectivo o Comunidades Energéticas
asegura las necesidades energéticas básicas de las personas, ayudan a familias en situación de
pobreza energética, reduce la factura de la luz y empodera a una ciudadanía que comienza a
aprender más sobre el sistema energético en su totalidad; sin necesitar de estas grandes
infraestructuras que tantos impactos negativos tienen. 

Por eso, ambas organizaciones afirman que la transición energética sostenible de verdad pasa
por estos modelos y no por la reproducción de las mismas lógicas de máximo lucro en el
menor tiempo posible, acumulación y centralización.

Por todo ello reclamamos:
 Un cambio de modelo energético que no siga lucrando a grandes empresas privadas.
 La instalación de energías renovables debe ser respetuosa con nuestra biodiversidad,
paisaje y actividades tradicionales.
 Que la transición energética pase por la soberanía energética de los pueblos.

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