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Todas y todos sabemos que el puerto había que remodelarlo para abrirlo al pueblo, hasta
aquí todas de acuerdo. El cómo hacerlo ya es otra historia.
El bipartidismo ha decidido tirarlo todo y que una sola empresa se forre durante décadas
explotando económicamente el relleno del puerto, con los típicos centros comerciales
para consumir y poco más. Este era un modelo, el que han impuesto aquellos que ven
un negocio en cada palmo de terreno, incluyendo el espacio que ocupan las lonjas y que
estos días están derribando.
Pero hay otro modelo, en IU Torrevieja entendemos que el puerto debía remodelarse sí,
abrirse al pueblo, también, pero protegiendo, restaurando y respetando el conjunto
arquitectónico de las lonjas para que el corazón del puerto siguiera siendo nuestro, parte
de nuestra identidad como pueblo de origen pescador y salinero.
De esta forma, las lonjas podrían haberse convertido en un polo de atracción que le
diera un valor añadido a nuestro puerto, algo que nadie tiene, para que la gente dejara la
comodidad de los típicos centros comerciales que ya tienen a mano para bajar al pueblo,
porque hay algo especial. Y a la vez seguiría siendo nuestro puerto.
Un espacio con mil posibilidades en el que podría haberse desarrollado todo tipo de
actividades tradicionales, culturales, artesanas.., desde museos, hasta música en vivo,
pasando por mercados artesanos o innovadores, fiestas patronales o multiculturales,
restauración local y casera, etcétera. Un espacio abierto y participativo. Y no sólo en
verano, sino durante todo el año.
Así lo propusimos presentando alegaciones durante la tramitación del expediente. A la
vista está que los intereses eran otros.
Seguro que los primeros años la nueva zona lo «petará», sobre todo en las típicas fechas
turísticas porque la novedad y el consumismo harán su trabajo. Y puede que en un
tiempo, como ocurre en otros puertos con modelos similares como Barcelona o
Alicante, no funcione tan bien. Porque se convierten en espacios despersonalizados,
desarraigados, todos iguales, arrinconando unas veces, otras escondiendo al sector
pesquero tradicional.
Lo que es seguro es que nos daremos cuenta del error que hemos cometido derribando
nuestras lonjas. Porque aunque ya no haya una barrera física que nos separe, el puerto le
habrá dado la espalda a su pueblo más que nunca. Pura ironía, en plenas fiestas
patronales perdemos una parte de nuestra identidad con el derribo de las lonjas. Su
imagen ya sólo quedará en nuestro recuerdo. Puede que algunos se forren con el relleno
de Torrevieja, pero este ya no será mi puerto, nuestro puerto.

Víctor Ferrández Esteve, miembro del Consejo Político Local y ex concejal portavoz de
Izquierda Unida Torrevieja (EUPV).
En Torrevieja, a 8-12-2022.

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