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Texto. Ángeles Sanmiguel
”Está mal pero ¿cómo voy a dejar que se reproduzca?” es uno de los testimonios que
abogan por la esterilización forzada. “Habría que hacer un cambio de mentalidad”,
ardua labor sin duda ya que “hay familias que te dicen que lo hacen por su hija”,
algunas madres ante requerimientos legales preguntan “¿por qué no puedo tomar esta
decisión por ella?”. En “Ventres sota custodia. Històries de l´esterilizació forçosa a
dones amb discapacitat” la periodista María Bonillo incide en uno de los temas tabú, el
de la esterilización forzada a personas con discapacidad, sobre todo mujeres, un
colectivo integrado por cuatro millones en España. “¿Por qué se hace?” se cuestionaría
la autora concluyendo tras su búsqueda de información que “porque es una práctica
normalizada”. Bonillo presentó este su autocalificado como “libro muy duro” en el
Centro Cultural la Beneficencia donde también apuntaría que “no se ha podido
demostrar que una madre discapacitada no atienda” a su criatura. ¿Qué es ser una buena
madre? ¿Un posible bebé valuado como carga para la sociedad? Planteamientos de tal
cuño propician atentados contra los derechos de las personas con discapacidad
emboscados en “una tradición silenciada”. ¿Inculcar a las hijas el mensaje de que no
son responsables y den su consentimiento para la esterilización? “La esterilización
forzada es un delito, ¿por qué se continúa haciendo?” pregunta Guillermo López
director de la colección editorial Institución Alfonso el Magnánimo responsable de la
publicación, “no tenía ni idea que existiese esto en pleno siglo veintiuno, sigue
existiendo y no es una cuestión anecdótica, es una realidad que pisotea los derechos de
las mujeres”.
El tan arraigado anhelo de supremacía en un sistema sin escrúpulos no da puntada sin
hilo por lo que abiertamente acosa cualquier disensión de lo convenido categóricamente
como normativo. En veintiocho países la esterilización forzada, “tipificada como
crimen de guerra y de lesa humanidad”, tiene en la mujer su más rotundo empleo
notoriamente en base a perfiles de pobreza, racialización, transgénero (en dieciséis
países europeos es obligada para el cambio de sexo), etnias minoritarias, VIH, salud
mental, síndromes como el de Asperge… ¿Políticas de control poblacional? En Perú
bajo la titulada por el investigador en derechos humanos Esteban Cuya “dictadura de
Fujimori: marionetismo, corrupción y violaciones de los derechos humanos” trescientas
mil indígenas fueron esterilizadas sin contar fallecidas y desaparecidas, en Canadá
también mujeres aborígenes serían esterilizadas, sin olvidar la Alemania nazi donde se
esterilizaron a cuatrocientas mil personas, en España la esterilización forzada hasta
hace poco contaba con un centenar anual de víctimas traumatizadas de por vida entre las
que se encuentran aquellas con discapacidad psicosocial (trastorno bipolar, depresión
ansiedad, psicosis, trastorno esquizo-afectivo, estrés, adicciones, síndrome de la persona
quemada, estigmatizada, discriminada…). Actualmente a personas con discapacidad las
siguen esterilizando en países como Australia, Francia, Reino Unido, Eslovaquia y
Uzbequistán, también a día de hoy mujeres incapacitadas judicialmente, (¿dónde los
datos?), se las esteriliza contraviniendo convenios internacionales y ¿qué decir de los
consentimientos obligados o de la nula información pertinente sobre derechos y la
relativa a constatados efectos psicológicos y fisiológicos? ¿Esterilizaciones para cubrir

una cuota? ¿Esterilizar adolescentes díscolos en reclusión institucional? ¿Existen
fehacientes registros en tales espacios?
No es de extrañar que un producto tecnológico creado por el ser humano como es el
sistema de lenguaje ChatGPT, con ciento setenta y cinco millones de parámetros,
inteligencia artificial alimentada por la gestión humana y perteneciente a la empresa
OpenAl de Elon Musk, plantee la eugenesia como conjeturada medida ante la
degradación planetaria proponiendo un retórico relato de riguroso control poblacional
mediante esterilizaciones obligatorias y eutanasia selectiva. ¿Adecuar el planeta con
recobrada biodiversidad, puesta a punto medioambiental y recreación de ecosistemas
para una cúpula humana? ¿Modificaciones genéticas, manipulación,
“transhumanismo”? El futuro de la humanidad pende de normativas a consensuar sobre
ética y deontología en la aplicación y desarrollo de la Inteligencia Artificial como las
próximas normativas a determinar por el Consejo de la Unión Europea el mes de mayo
del año en curso. ¿Biogenética para pudientes? ¿Un orbe al servicio de mentes humanas
de singular extracción? ¿Qué clase de soluciones pueden generarse que no sean
distópicas, dominadoras y despiadadas? Al respecto precisar que ya el Banco Mundial
presentó el mensaje neomalthusiano planetario por el que se insta a la merma del
crecimiento poblacional en países del Tercer Mundo recurriendo al chantaje: “o reducen
por la vía del control de la natalidad las tasas de crecimiento de su población, o se
quedan sin ayudas financieras para el desarrollo” según se lee en “El mito de la
tecnología”. ¿Siempre las clases desfavorecidas y personas indefensas como
inmolación?
GREP (Grupo de Reparaciones de Esterilizaciones Forzadas) participa de
reivindicaciones junto a otras asociaciones topándose con el hándicap de la total y
generalizada desinformación principalmente en aquellos núcleos familiares “vulnerables
y religiosos” donde prima de forma manifiesta el temor al embarazo, cuando “el
embarazo es lo de menos, es el derecho a decidir” afirma la doctora Charo Ricart. La
definitiva ligadura de trompas en la esterilización forzada es herramienta idónea de
ocultación de muchas situaciones de abusos generalmente en contextos cercanos y
cotidianos algo contrapuesto a la usual alegación en pro de la esterilización forzada con
la que se esgrime evitarían tales abusos sexuales, al respecto y en palabras de la también
profesora de Secundaria, autora del libro, es notorio que tales abusos “la mayor parte se
realizan en el entorno familiar con posibilidad de dar a luz criaturas perjudicadas”,
bebés víctimas de la consanguinidad algo manifiesto en dinastías reales y de poder. El
psiquiatra Sigmund Freud explicita en “Totem y Tabú” la palmaria realidad de que “el
incesto está muy lejos de ser un fenómeno raro, incluso en nuestras sociedades
modernas, y la experiencia histórica nos enseña que los matrimonios incestuosos eran
obligatorios para determinadas personas privilegiadas”.
Crueldad en todos los ámbitos rodea a personas con discapacidad hasta el punto de
popularizar hirientes chascarrillos tan asumidos que duele reconocer formar parte de
sociedades tan sumamente mentecatas donde, tal como dictaría el dramaturgo alemán
Friedrich Schiller, “Hasta los dioses se rinden a la estupidez”. ¿Por qué se alega para la
esterilización forzada la imposibilidad de prestar atención a la criatura? “Parece que a
las personas con discapacidad no les pertenece su cuerpo”. ¿Por qué se las considera
“personas defectuosas”? “Estas familias ¿tienen todos los recursos que necesitan? no

hay que criminalizar a la familia”. En entornos urbanos se vienen instaurando servicios
de atención a personas con discapacidad que aligeran el día a día de su círculo familiar,
¿existen tales recursos en otros entornos? Escabroso y punzante es el procedimiento
para acceder a la esterilización forzada ya que como confiesa Bonillo “tú demandas a tu
hija y explicas por qué esa persona no está capacitada” para ejercer la maternidad. La
periodista ilustraría su charla con casos incluidos en su investigación y posteriormente
en la obra como el de una madre que ante la insistencia de su hija por querer ser madre
le compró una mascota virtual Tamagotchi, “el Tamagotchi no vivió más de dos días”
(la duración programada es de veintisiete días) en base a lo cual le trasmitió a su hija la
imposibilidad de cumplir con sus obligaciones maternales. ¿Intereses y miedos
interviniendo en la vida de otras personas? “Cuesta muchísimo llevarlas al ginecólogo,
es supercomplicado subirlas al potro, cuesta muchas veces acceder a esos cuerpos”
apunta Bonillo.
“Es necesario visibilizar y tener memoria”. El dos de diciembre del año dos mil veinte,
con el gobierno del PSOE y Unidas Podemos, ¡apenas hace un poco más de dos años!
en España finalmente se abolió el artículo 156 del Código Penal por el que las personas
con discapacidad podían ser forzadas a la esterilización, de hecho la ley obligaba a
incapacitar judicialmente a las víctimas. Metastasio (Pietro Antonio Domenico
Bonaventura Trapassi) libretista operístico italiano del siglo dieciocho sentenciaría: “La
justicia despiadada se convierte en crueldad. Y la piedad sin justicia es debilidad”.
Desde hace siete años mil trescientas solicitudes de esterilización forzada han sido
autorizadas acarreando secuelas físicas como artrosis y no generación de hormonas.
¿Deontología contrapuesta a una práctica normalizada en naciones del denominado
primer mundo con patrones patriarcales? El presentador del evento Vicent Marco
presidente de la Unión de Periodistas Valencianos preguntaría: “¿Por qué sigue
haciéndose?”. Dictamina el psicoanalista y publicista inglés Anthony Storr que en el ser
humano: “Su deseo de torturar y humillar a otro ser, sobre el que ya tiene poder, está
claramente relacionado con su habilidad para entrar imaginariamente en la agonía de la
víctima”.

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