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Por cinco votos en contra la actual nómina de las Corts del PaisValencià ha prohibido la titularidad de año Vicent Andrés Estellés en este dos mil  veinticuatro en curso -“Any Estellés”- ¿Cuál de los nueve métodos citados por Sigmund Freud para evadir la realidad utiliza el palpitante involucionismo cultural asentado en los “sillones”? ¿Por qué es tan fácil el engatuse de la población por parte del utraconservadurismo? ¿Tragarse cualquier represión envuelta en chismorreo mediático? La Generalitat vuelve a censurar y a nadie se le abren las carnes y con las urnas, el hechizo se materializa en favor de lo incoherente. Argucias de irracionalidad cultural son pan comido para el fanatismo sorbedor de erario. ¿Dónde queda  el reconocimiento a la excelencia  literaria cuando siempre se anteponen rollos sectarios y chorradas? La Consellería de Cultura, otrora considerada una “maría” en la Generalitat, ahora es el ariete predilecto para copar mediáticamente el interés público. Trampear,  marear, remover las tripas.  ¿Demonización tácita de “los otros”? Pues sí, aunque sea algo viejuno. Las Diputaciones de Alicante y Valencia se han posicionado y  homenajearan en su centenario al célebre poeta y periodista burjasotense, Premio de Honor de las Letras  Catalanas, galardón otorgado por la entidad cultural Òmnium Cultural.  

“Hay que leer bien a la gente”, aconseja el novelista Javier Lacomba. Tal vez uno de los hándicaps para la política cultural sea el mero hecho de leer como actividad personal. En el ámbito literario existen campos de minas como la edición, la perseverancia, el malabarismo de  la burocracia y la legislación. Juegan un indiscutible papel los engarces institucionales posibilitadores de encargos a profesionales con cierto perfil o figurar en plantilla del organigrama sin olvidar  aquellos casos en los que se hace la vista gorda a la hora de subvencionar ediciones y dar carga de trabajo a negocios de impresión. ¿Cuántas producciones ven la luz por ser obra de alguien que se las maravilla  para vivir del cuento, nunca mejor dicho?

Confesarse entre párrafos sin anhelar  que  el mensaje  sea leído, duele. Fascinación  y frustración se aúnan al finalizar la obra y, en el caso de insignes juglares  de la palabra escrita, se suma el señalamiento inquisitorial según sopla el viento. ¿Cómo es posible alardear de incultura literaria en altos estamentos? ¿Qué argumento es ese de exaltar la rivalidad? Como diría  un afamado psiquiatra español estamos ante “mutantes del infierno” al que les es indiferente atacar  la libertad de expresión o menospreciar la vida de personas mayores. Lo inexcusable, también en cultura, por mucha demencia semántica  y racionalización  de lo vergonzoso, es denunciable. ¿Literatura buena y literatura mala según quién gobiernen? ¿Silenciamiento de la denominada literatura maldita por alicientes montaraces? 

Imperios editoriales como PinguinRandom House son capaces de darle un vuelco  a sistemas de gobierno, en su mano está el acercar a la población mensajes acomodaticios a ciertos fines. El editor  de  origen húngaro Joseph Pulitzer fue pieza indispensable para la elección de políticos,  durante tres años aupó  a un presidente, un gobernador y un alcalde estadounidenses. William Randolph Hearts, rival encarnizado de Pulitzer, incitó la Guerra de Cuba  entre Estados Unidos y España, Por su parte, en la vertiente  tecnológica, la partida se juega a muerte entre dispositivos y plataformas, el chat GPT (inteligencia artificial) ya tiene en catálogo  doscientas obras. A partir de ¡ya! hay que tener presente que las máquinas  irán  devorando  espacio a la artesanal inventiva humana.  ¿Qué mejor  autor o autora que el mecánico, sin derechos de autoría, sin  retrasos  en la entrega de galeradas, sin conflictos  humanos que incidan  en la distribución, sin reivindicaciones sindicales? Si la IA censura sus propias obras, ¿ocupará “consellerías”?  

Dilemas existenciales y dudas vocacionales encuentran foro  en el diván literario mientras que charlatanes que prometen mucho desde sus despachos tan sólo conducen al mundo de las letras por recónditos y malévolos vericuetos del oportuno escaño. ¿Es un síntoma patológico concreto el querer anular la cultura literaria local y su idioma o, qué es? “¡La verdad te hará libre!” es uno de los valores socráticos a tener en cuenta ante alienaciones. 

“Hay que tener psicología”. No es oro todo lo que reluce, empresas convertidas en lobbies editoriales desdeñan a cerebritos porque ninguna obra de cualquier mindundi es interesante. Honoré de Balzac, prolífico escritor  francés,  no dudó  en convertirse esporádicamente en editor e impresor eludiendo esa desgana por arriesgarse en favor de ignotos artistas, escoyo resuelto actualmente merced a las ofertas de autoedición digital que en la centuria recién iniciada abre nuevas rutas literarias, ¿con mayor o menor libertad? J. K. Rowling, autora  de la serie literaria Harry Potter,  víctima de violencia machista, logró  finalmente  la publicación de su obra tras doce rechazos, evitó el desprecio editorial de género manipulando su nombre. Una de las peores cosas que le puede pasar a un escritor o escritora es que alguien de su entorno  amistoso  le encargue escribir un libro en base a sus anhelos y, si esta  persona,  además, está  liada en política el asunto será desasosegante, ni le pagará, ni se responsabilizará de la publicación, ni respetará la autoría. Estados Unidos indefectiblemente  es líder  en títulos publicados y vendidos. “Hoy  el único autor extranjero  que aparece entre los más vendidos es el príncipe Harry (hijo menor del rey Carlos III del Reino Unido)”, en ese ranking de ventas tan sólo se citan unas poquísimas mujeres tal es el caso de Agatha Christie, Ellen G. White, Johanna Spyri con su libro infantil “Heidi”, la canadiense Lucy Maud, Anna Sewell y sus cincuenta millones de “Azabache”, María de la O Lejárraga, feminista, quien escribió bajo pseudónimo y María Teresa León, feminista, exiliada, oscurecida  y psiquiatrizada. ¿Sería posible a día de hoy un homenaje a nivel nacional de Lucía Sánchez Saornil, escritora anarcosindicalista y lesbiana, o de la también poeta, anarquista, campeona de España de lanzamiento de jabalina y lesbiana Ana María Martínez Sagi, dadas las sagas dirigentes?

“Famosos yotubers  no tienen por qué ser proactivos”  cuando asisten a ferias del libro su popularidad les precede y las hileras de fans eclipsan cualquier otra firma, pero, sea cual fuere  el posicionamiento de cada cual, hay que “abundar  en el contacto con el lector, nuestro objetivo es el lector puro” remarca Lacomba, “lo presencial para mí es fundamental”, aunque, “abusamos de las presentaciones, incluso en la misma ciudad”, hay que ir más allá  de las socorridas dos efes: “family&friends”  (familia y amistades), “cultivemos las relaciones con las librerías para tener firmas, es el mayor filón, todos y todas buscamos trascender, no se trata de ir presumiendo todo el día” pero hay que “meter cuña, que la gente sepa que somos escritores”. “Existe la práctica de comprar seguidores, las redes sociales son un canal más” pero “no podemos fiarlo todo a ellas, nos tienen que ver la cara”. ¿Desaparecerán las firmas con la IA? ¿Creatividad versus seguridad contractual? “Hoy en día el negocio es otra cosa”, dice Gloria Rodrigué, exdirectora editorial, “si publicamos un libro que anda más o menos bien, ya lo estamos torturando  al escritor (escritora) para que escriba otro libro en un año”. ¡Cuidado con las “editóxicas”!  “cedes tus derechos  de autor  y pagas por ello, su verdadero cliente es el autor”. Huir a toda costa del socorrido: “¿Quién te va a querer como yo?”, escudo del maltrato. Sobre el dramaturgo madrileño Lope de Vega,  afincado en Valencia durante un tiempo, el también literato Vicente Muñoz Puelles apunta que  cuando  “enviudó, volvió a casarse y tuvo numerosas amantes, muchas de ellas actrices, para sustentar tantas relaciones e hijos legítimos e ilegítimos  tuvo que escribir muchísimo”.

Cualquier empresa  tira balones fuera y en la edición no puede ser menos apoyando y galardonando a quienes redactan según lo estipulado y dando cerrojazo al resto, el citado Joseph Pulitzer acuño el término “eleccionitis” señalando el patronaje  redaccional con fines políticos, una OTAN  literaria donde para dejar de ser espectral o eludir el bloqueo hay que sumarse a la estrategia marcada. En la cosmovisión moderna el cepo se instala en función de contenidos y demás singularidades encajonando el criterio lector. Mónica Morán (@monismurf) popular y joven influencer frasea  en su libro que: “La mente es como un paracaídas, ¡no funciona  si no se abre!”. Toscos  y crueles regímenes censuran descaradamente.

Herta Müller Premio Nobel de Literatura 2009, Lidia Cacho y su libro “Los demonios del Edén” (sobre el tráfico sexual y pornografía infantil) autoexiliada en España, TaslimaNasrin feminista bengalí, (“Las mujeres de nuestro país  no serán libres mientras la política  se base en la religión”), Premio Sájarov del Parlamento Europeo 1994, Svetlana Aleksiévich escritora exiliada, Premio Nobel 2015, AsliErdogan Premio Simone de Beauvoir (escritora censurada), George Sand (Amantine Dupin) censurada, George Eliot (Mary Ann Evans), censurada,  encarcelada  por escribir sobre el genocidio armenio o Virginia Woolf, Margaret Atwood y Alice Munro patentizan la represión literaria y por consiguiente de la trasmisión de conocimiento.

La Administración en su divina manipulación, según el prontuario de la buena política  partidista española, sabe cómo manejar el tejemaneje cultural, sólo hay que echarle un vistazo al tiovivo de  planes educativos. Docentes universitarios, además de los títulos prescritos por el alto mando, adquieren obras fuera del paquete oficial ya sea de artes plásticas, temática LGTBIQ+ o feminismo. ¿Cuándo se normalizará la inclusión cuantitativa de escritoras en las ediciones para uso docente?  El poeta florentino del siglo trece Dante Alighieri de familia noble caída  en desgracia, partidaria de los güelfos, “participó activamente en las controversias de la época oponiéndose a las directrices teocráticas del papa Bonifacio VIII, actitud por la cual, tras diversas vicisitudes, fue condenado a la hoguera. El poeta inició entonces  un doloroso exilio que duró  el resto de su vida” escribe el ensayista madrileño  Ángel Crespo Pérez. “Retirar el apoyo es una forma moderna de censurar”  declaraba el ministro de Cultura Ernest Urtasun. “Saó”, “Carraixet”, “Camacuc”, “El Temps”, “Llengua Nacional”, “Cavall Fort”, “Enderrock”, “Familiario”, “Soy Jazz”, “La niña que tenía dos papás”, han sido algunas de las publicaciones purgadas en el País Valencià. ¿Fomentando la autocensura?  Hipócrates en uno de sus aforismos, allá por el año cuatrocientos antes de Cristo,  afirmaba que: “La vida es corta, el arte duradero, la crisis efímera, la experiencia arriesgada y la decisión difícil”.       

Texto: Ángeles Sanmiguel

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