Texto: Ángeles Sanmiguel
“La pintura me ha dado la vida porque me quedé mal con la pérdida de mi marido”. María Luisa Palmero pintora de ochenta y un años seduce con sustreinta y uncuadros de felinos expuestos en la Biblioteca de la Dona. ¿Se considerarán oficialmente a los animales de compañía como terapéuticos e indispensables en residencias geriátricas, centros de reclusión de cualquier índole, contactos educacionales yestablecimientos sanitarios? En Francia, comenta Claire joven visitante de la muestra, “hay residencias que aceptan animales de compañía, hay otras que no, pero sí que hay asociaciones que intervienen en las residencias para hacer terapia, algunas son gratuitas y otras hay que pagar, en eso estamos de momento”. Amparo, integrante de AVADA (Asociación de Abogados Valencianos en Defensa Animal y el Medio Ambiente),afirma que “mucha gente no quiere entrar (en residencias) por no dejar a su animal, ¡tema urgenteque hay que solucionar!”.Otra de las personas esgrimía que existen residencias de ancianos que tienen su propia colonia porque “hay una conexión muy especial, es una figura que todos relacionamos, la de una persona mayor sentada en su mecedora con el gato en las rodillas, algo muy entrañable esa conexión que existe de paz y tranquilidad de acogimiento que da un abuelo, una abuela, una persona que recuerda su niñez y el gato relajado, durmiendo, calentito, es algo que se palpa”, recalcando que “el ronroneo del gato es uno de los mejores relajantes naturales, mucha gente con problemas de depresión teniendo a su gato le cambia totalmente la vida”. Pero hete aquí que llegado el momento en el que la senectud y sus patologías crónicas y la incapacidad de solventar la cotidianidad llega, en los entornos de las personas mayores surge la pregunta: ¿Qué hacemos con la abuela, dónde metemos al abuelo? y en concilio,ignorando a las personas mayores, se opta por la reclusión en un centro lo cual, si convivían con un animal, “acaba siendo un problema para ellos y para el gato porque al ir a una residencia no les permiten llevarse al gato generando un doble problema: para el anciano que se encuentra de repente sin su animal de compañía que muchas veces ha sido su único familiar y para el gato porque ¿a ver que hacen con el gato? ya que los familiares, si no se han querido hacer cargo del anciano pues imagínate” del gato. En espacios carcelarios es más complicado “porque las condiciones en la que está el humano no son precisamente las más adecuadas para que esté un gato” comenta.
¿Acaso aceptarían fondos financieros, empresas religiosas y la voracidad de especuladores de las residencias contemplar una merma de sus gananciaspor aumento de cuidados en sus locales cuando a veces ni tan siquiera alimentan suficientemente, tanto en calidad como en cantidad, a residentes? “Pienso que tenemos que avanzar, esto es básico”.
María Luisa al pintar gatos disputa horas felices a la tristeza. Pinceles, óleo, acrílico y lienzos en manos de cualquier amante de los “michis”, transmiten lo que Claire sintió al entrar en el espacioexpositivo. “Vi muchos colores, mucha alegría, es solar esta exposición, luego me fijé en lo que era y había muchísimos gatos, se inspiraba en varios pintores (Van Gogh, Klimt) pero con su toque personal, me ha impresionado por la luz que desprende”. Gustav Klimt, pintor vienés del siglo diecinueve principios del veinte,tras desayunar en enSchönbrunn (el Versalles vienés)iba a su estudio y allí “trabajaba en compañía de muchos gatos”.
¿Por qué a la hora adoptar a un animal de compañía se desestima si es mayor? ¿Ideas trasmitidas? Hay que concienciarse de las circunstancias biológicas.Especialistas en bienestar animal aconsejan que personas mayores que encuentran “afecto y complicidad” en la compañía gatuna “cojan un animal adulto, que no descarten adoptar animales adultos que son con los que más complicidad van a tener, castrados y sin problemas de marcaje” y asírecorrer un ciclo vital enparalelo. Gatos y gatas cuando “ha muerto su referente (humano) acaban en refugios, se inmunodeprimen y se mueren, dejan de comer de pena, es muy usual, se debe de tener en cuenta queel afecto de un animal mayor, no se lo va a dar nadie”. Pero la realidad trágicamente es que las sociedades denominadas avanzadas son peleles del sistema que proclama la juventud como imagen de éxito, y este,a su vez, como meta de la existencia. ¡El planeta Tierra tiene más de cuatro mil millones de años y la vida es posible gracias a este ¡abuelo!Vincent Van Gogh se preguntaba: “¿Para qué podría yo ser útil, para qué podría servir? Hay algo dentro de mí ¿pero qué es?”, se siente como “un gato en un almacén extraño” escribe el pintor y periodista mexicano FayadHamís
¿Qué porquería albergan en sus cerebros quienes asesinan camadas, colonias felinas o dejan morir hasta la momificación a felinos encerrados sin alimento ni agua? ¿Quién tira a la basura a crías? Hay mucha labor que hacer y parece que no hay trazas de tomar medidas que favorezcan a gatos y gatas. ¿Por qué la falta de recursos de los ayuntamientos para con las colonias felinas, “esas obligaciones que viene recogidas en la ley”? ¿Descontrolar colonias, por no aplicar el método CER (Captura, Esterilización y Retorno al lugar de origen) convirtiéndolas en “el problema”? ¿Activar contratas de comandos de aniquilación y sus ganancias? Cuando “se generan conflictos vecinales (basados en realidades no en animadversiones) por una superpoblación, ¡siempre el que acaba pagándolo es el gato!”. ¿Se pondrán las pilas los operadores oficiales para cumplir ni más ni menos que con la ley de bienestar animal y la defensa de las colonias felinas? En el mundo actual habría que ser donante de amor a todas las criaturas que pueblan el planeta, ser donante universal como el grupo sanguíneo ceronegativo.
“Cuando la gente va a la protectora y se produce un flechazo, ahí ya empieza una terapia”, dice Marisa. “El hecho de tener un animal ya es suficiente terapia, pasa a formar parte tu vida, genera unos cambios en tu forma de ver las cosas, en tu forma de relajarte, en tu forma de priorizar porque ellos tienen otro ritmo y se te va contagiando”. En un escenario donde se siguen mercantilizando trasnacionalmente razas que se ponen de moda, ¿cómo evitar la cosificación? “Hemos de dejar que el animal sea quien nos elija, no es cuestión de elegir un perro, un gato, una determinada raza, especie, ¡dejar que nos elijan!”.
Tras todo desgarro anímico la luminiscencia vital irradiada por gatos y gatasaplacatemores. “Cuando veo un gato lo que me transmite más que nada es paz, sentimiento de paz, de tranquilidad, de lentitud, de bienestar”, afirma Claire,“en Francia hay muchos gatos, casi todos los hogares tienen por lo menos uno o varios, la mayoría son adoptados, no los han comprado, la gente que tiene un gato los considera como un miembro más de su familia y se preocupa por su bienestar en cuanto a comida, confort”. ¿Por qué un sector de la población estigmatiza a los felinos?
“Evidentemente todas las personas que tiene animales, que cuidan de ellos, tienen una especial sensibilidad, unas inquietudes, unas preocupaciones” comenta la hija de la artista. “Las personas a las que nos gustan sí que tenemos bastantes cosas en común, esa forma de acercarnos a la gente”, un singular aproximamiento que “te enseña a aceptar a las personas, a los seres vivos tal como son, dejándoles una absoluta libertad para que sean ellos los que se acerquen”, enseñan “ese respeto por el espacio de libertad de los demás”. Libertad, por cierto, en merma continua, coartada por redes tangibles e intangibles cada vez más exacerbadas.Klimt ya trataba en su obra de “conseguir lo imposible: la reconciliación de lo natural y lo artificial”. ¡El gran hito del siglo veintiuno!
Mi madre, apunta la hija de Palmero, “empieza a pintar como consecuencia del Alzheimer de mi padre”, colores oscuros y figuras de espalda delatan su estado emocional.Acompañando a su hija a charlas sobre colonias felinas “empieza a implicarse” con el trabajo altruista de personasque las cuidan durante los siete días de la semana, el “cómo consiguen dinero, única y exclusivamente para estos gatitos”, como cuidan de su salud y castración, de la limpieza del entorno. Mi madre “adoptó una gatita”, después otra rescatada “del motor de un coche” que había padecido maltrato y entoces“le cambia definitivamente la vida”. Al ver “hay gente que hace cosas con gatos empieza a pintar gatos”, corroborando lo dicho por el novelista austríaco Robert Musil sobre que en el arte no todo es técnica, es pasión, “los sentimientos son tan importantes como las leyes constitucionales”.
Pero… ¿qué le espera a un “animal de familia” si su compañía humana va a una residencia? “No se le puede dejar así” con la vida rota y al albur de violencias callejeras.Actualmente se trata sobre tanfrecuente y terrible circunstancia.“No cuesta nada que haya personas que puedan atender aesos animales” se comenta. ¿En algún momento los “sillones” de la Administración y demás poderhabientes aparcaránel amancebamiento partidista para decretar ¡solución habitacional para personas sin hogar, familias desahuciadas, mujeres maltratadas, siempre, junto a sus animales de compañía!?
Herencias, conflictos familiares e intereses siempre tienen como víctima a los animales pero el bienestar del animal actualmente toma peso ¿equiparándolo jurídicamente, en la custodia, al de la infancia? ¿Cómo catalogar a quienesatacanlas colonias felinas? “Si los están envenenando es un delito, es un tema municipal, hay que hacer un escrito, no vale telefonear”. ¿Ysi alguien amenaza a personas con carnet de cuidadoras de colonias felinas?“Cada vez que se metan con ellas que llamen a la policía”, ¿Ysi azuzan a canes contra la colonia? “Que grave un vídeo”. Opinaba Klimt que: “Quienquiera que desee saber algo de mí, debe observar atentamente mis cuadros y tratar de ver en ellos lo que soy y lo que quiero hacer”.