Según un estudio publicado en la revista Nature, un conflicto nuclear entre Estados Unidos y Rusia causaría la muerte de más de 5.000 millones de personas en los dos años siguientes al impacto y la mayoría de las víctimas serían provocadas por el posterior invierno nuclear.
Sin embargo, el establishment globalista tendría perfilado para el próximo quinquenio un plan que implicaría la recuperación del papel de EEUU como gendarme mundial mediante un incremento extraordinario de las intervenciones militares estadounidenses en el exterior para recuperar la Unipolaridad en el tablero geopolítico global, siguiendo la Doctrina Wolfowitz que esbozaba «una política de unilateralismo» y de «acción militar preventiva para suprimir las posibles amenazas de otras naciones y evitar que las dictaduras ascendieran a la categoría de superpotencia», lo que implica un ataque nuclear relámpago y simultaneo de Estados Unidos contra China, Rusia y Corea del Norte.
Así, en un artículo publicado en el Instituto Quincy titulado » Reflexión sobre la guerra nuclear, «La nueva estrategia nuclear de Biden y la supermecha que la activa», el Dr. Theodore Postol del MIT, afirma que «ahora es posible, al menos según las estrategias de lucha en una guerra nuclear, que Estados Unidos ataque los más de 300 ICBM basados en silos que China ha estado construyendo desde aproximadamente 2020 con el copioso número de ojivas Trident II W-76 de 100 kt disponibles. La rápida expansión de la capacidad de matar objetivos duros de la ojiva W-76 de 100 kt también hace posible que Estados Unidos ataque simultáneamente los aproximadamente 300 ICBM rusos basados en silos».
Asimismo, añade que «las superojivas que se están cargando ahora en los misiles estadounidenses estarían diseñadas específicamente para un ataque nuclear relámpago y simultáneo de primer impacto contra Rusia, China y Corea del Norte, para eliminar su capacidad de represalia y así ganar una Tercera Guerra Mundial y hacerse luego con el control del mundo entero», para finalmente proceder luego a la implementación del Nuevo Orden Mundial siguiendo la doctrina de Zbigniew Brzezinski.
Así, Zbigniew Brzezinski, en su libro «Entre dos edades: El papel de Estados Unidos en la era tecnotrónica» (1.971), indica que «ha llegado la era de reequilibrar el poder mundial, poder que debe pasar a manos de un nuevo orden político global basado en un vínculo económico trilateral entre Japón, Europa y Estados Unidos». Dicha doctrina implicaría el sometimiento de Rusia y China e incluiría la posibilidad de un ataque nuclear relámpago y sin previo aviso por parte de EEUU utilizando misiles Trident II contra objetivos vitales rusos y chinos.
Sin embargo, dicho ataque podría no ser definitorio y desembocar en una conflagración mundial de consecuencias imprevisibles para la especie humana y el futuro del planeta pues según un estudio publicado en la revista Nature, «un conflicto nuclear entre Estados Unidos y Rusia causaría la muerte de más de 5.000 millones de personas en los dos años siguientes al impacto y la mayoría de las víctimas serían provocadas por el posterior invierno nuclear».
La teoría del invierno nuclear surgió a raíz de un estudio de Paul J. Crutzen y John Birks publicado en 1982 y en el que se afirma que » las explosiones nucleares y los posteriores incendios liberarían a la atmósfera ingentes cantidades de hollín, polvo y ceniza provocando un acusado enfriamiento a escala planetaria conocido como invierno nuclear y que se extendería durante al menos dos décadas».
Germán Gorraiz López- Analista