Tras tomar Elon Musk el timón de Twitter, el pajarito azul de Twitter fue inmolado en la cruz andresiana X.
Sin embargo, cual ave fénix, renació de sus cenizas y y su espíritu seguiría vivo en redes alternativas como Bluesky o Threads, con más de 30 millones de usuarios.
Según Fernando Pessoa, «las sociedades están dirigidas por agitadores de sentimientos o emócratas, no por agitadores de ideas».
Así, emócratas como Trump o Musk consiguen desarbolar cualquier estrategia opositora que sea mínimamente racional pues su pensamiento es rígido e incorregible, no conocen la empatía y no tienen en cuenta las razones contrarias.
Asimismo, la red social X se haría convertido en el vehículo de transmisión ideal de los postulados de emócratas como Trump para propagar el maniqueísmo y mediante las fake news polarizar a la opinión pública.
Así, la red X sería el paraíso de la polarización, entendida como «mecanismo de defensa por el que el individuo se enfrenta a conflictos emocionales y a amenazas de origen interno o externo».
Sin embargo, la polarización extrema, el anonimato y la inexistencia de cortafuegos en los contenidos, conlleva un tsunami de insultos, vejaciones y amenazas de muerte al contrario. Así, según medios estadounidenses, un usuario de Bluesky publicó una imagen en la que una persona apuntaba a Musk con una pistola.
La nueva plataforma X que Musk prometió convertir en el paraíso de la libertad de expresión, adolece de persistentes fallos y caídas, un exceso de bots y spam y una clara ideología libertaria y populista, lo que ha forzado al exilio de incontables tuiteros a redes alternativas como Bluesky o Threads.
Sin embargo, abandonar la red X significará allanar el camino de los libertarios y acelerar la llegada al poder de emócratas como Trump y Musk, con lo que se impone el lema negriniano de «Resistir es vencer».
Germán Gorraiz López- Analista