2025 será un año determinante para el futuro de la energía. El sector se encuentra en plena transformación, con un foco importante en la transición hacia fuentes más limpias y la digitalización del consumo, y teniendo como objetivo principal la descarbonización global. En este artículo explicamos qué tendencias dominarán el mercado energético y cómo nos afectarán todos los cambios que nos depara este sector clave.
Un año dominado por las energías renovables
El avance hacia un modelo energético más sostenible será una de las prioridades de este año. La presión sobre gobiernos y empresas para alcanzar los objetivos climáticos globales impulsará las inversiones en infraestructuras y tecnologías emergentes, que supondrá el crecimiento de las energías renovables. En particular, se espera un aumento significativo en la capacidad de producir energía solar y eólica, la innovación en hidrógeno limpio y el refuerzo del almacenamiento de energía.
El último punto es muy importante, ya que uno de los mayores retos de las energías renovables continúa siendo su intermitencia, es decir, que no garantizan un suministro constante de electricidad en condiciones climáticas adversas. Sin embargo, los últimos avances en almacenamiento energético con tecnologías como las baterías de ion-litio, el hidrógeno verde y sistemas como Grid Scale, están permitiendo superar cada vez más esta barrera crítica del sector.
Soluciones inteligentes para un consumo más eficiente
En un mundo en el que la demanda de energía continúa creciendo, cada vez cobra más importancia la eficiencia energética. La digitalización transformará la forma en que generamos, distribuimos y consumimos energía.
Gracias a la aparición de IAs capaces de procesar grandes volúmenes de datos podremos detectar ineficiencias en tiempo real y tener una visión detallada del consumo energético. Estas soluciones inteligentes, como los sistemas de gestión y la automatización del hogar permitirán a los consumidores poder tomar decisiones más informadas, tener mayor control sobre su consumo y reducir el gasto.
En 2025 también se prevé una mayor adopción de estas tecnologías en sectores como la industria y la edificación, que se beneficiarán de ellas para mejorar su rendimiento energético y facilitar la integración de las energías renovables.
Crecimiento en el uso de vehículos eléctricos
El número de vehículos eléctricos (VE) en circulación seguirá en auge durante este año. A pesar de las dificultades de algunos mercados, como el de las baterías en Europa, la tendencia global es muy positiva. En Estados Unidos, por ejemplo, se espera que los VE representen un porcentaje significativo de las ventas de vehículos nuevos. Con el aumento de incentivos gubernamentales, la construcción de numerosos puntos de carga y la mejora de la autonomía de los vehículos, cada vez más consumidores se inclinarán por esta opción con menor huella de carbono.
Un mercado energético más sostenible
Los mercados energéticos se están adaptando a un futuro donde predominan las energías renovables. Pretenden superar desafíos como la falta de acuerdos internacionales y las barreras regulatorias, que siguen ralentizando la transición hacia un futuro energético más sostenible.
En 2025 los mercados globales estarán más interconectados, lo que permitirá un flujo de energía más eficiente entre distintos países. Además, se prevé que los precios de la energía se vuelvan más competitivos gracias a la digitalización y automatización que hemos mencionado, ya que se podrán reducir costes operativos y por lo tanto mejorar las tarifas de luz para los consumidores.
Fuente: papernest.es