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Mientras nosotros discutimos por ver cómo llegamos a Vistalegre II, la gran coalición sigue su marcha imparable. Si hace unos días llegaban a un acuerdo exprés para evitar los cortes de luz dentro de tres meses, esta vez le toca repartirse los cuatro magistrados del constitucional, para que quede todo muy bien atado, por si aún no lo estaba.

El Tribunal Constitucional se compone de doce miembros nombrados por el Rey: cuatro a propuesta del Congreso de los Diputados, cuatro a propuesta del Senado, dos a propuesta del Gobierno y dos a propuesta del Consejo General del Poder Judicial.

Hay que elegir los cuatro del Senado y el próximo 13 de enero acaba el plazo para la presentación de candidaturas. El ministro de justicia Rafael Catalá ha hablado con el portavoz socialista Antonio Hernando, (sí, el del “no es no”); y se baraja la posibilidad de adjudicarse los puestos a medias, todo muy democrático. Al PP le corresponden 2 por su mayoría absoluta, otro para el PSOE, y otro al resto de grupos. Lo que ocurre es que el Senado se elige por mayoría de tres quintos, o sea 159 senadores, y entre los dos suman más de 200, es decir, que pueden hacer lo que les venga en gana, y como son tan demócratas, se los repartirán y así tienen el control absoluto, sin ninguna voz discordante, sobre todo si viene de Unidos Podemos o ERC, y surja el tema candente del referéndum. Vamos, que cortan de raíz cualquier intromisión en el desarrollo democrático de este país, impidiendo que la gente se exprese y pueda decidir libremente su futuro.

Rajoy ha dado una orden a los suyos: “Hay que acordar con los socialistas y aguantar a los de Ciudadanos”. Esto se veía venir, Ciudadanos ha cumplido su misión que es, que Unidos Podemos no ganara, y conseguir que PP y PSOE llegaran a un acuerdo, pues misión cumplida, ahora ese partido pasará a mejor vida, pero los Rivera, Girauta y compañía, tendrán su puesto asegurado en alguna gran empresa o, quien sabe, si en un futuro próximo, en alguna lista de estos dos partidos.

Según Rajoy, tiene más química con Javier Fernández, el presidente de la gestora  del PSOE, que con Albert Rivera; pues aunque parezca lo contrario, no es tan tonto como lo pintan. Nuestro presidente sabe que tiene la sartén por el mango, sabe que si el PSOE se pone en plan rebelde, convoca elecciones anticipadas y los acaba de hundir, así que le interesa contar con los votos del PSOE más que con los de Ciudadanos, con los que no suma lo suficiente.

Ahora bien, al que no sé cómo le va a salir esta jugada, es al PSOE. No sé por cuánto tiempo más su militancia y sus votantes van a aguantar este gran pacto que intentan disfrazar de rentabilización de la debilidad parlamentaria del Gobierno para colgarse medallas como principal partido de la oposición, ya no cuela.

Mª José (Massamagrell)
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