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El 15 de Mayo de 2011 brotó entre nuestros pueblos lo que desde entonces conocemos como 15M, un movimiento que generó una de las respuestas sociales más importantes en el Estado Español desde el inicio del siglo XXI. Cientos de miles de personas teníamos nuestros propios motivos para decir ¡¡BASTA YA!! y diversos factores los pusieron en común movidos por un impulso colectivo; la defensa de nuestra dignidad.

Ese impulso reveló muchos nombres y rostros de seres indignos que anidaban en el poderes económicos y en las instituciones del Estado. También desveló sus planes y el mezquino interés de sablear nuestros derechos, nuestras economías, los servicios públicos básicos, nuestras viviendas. Señaló a quienes forzaban, a capas cada vez más amplias de la población, a un angustioso empobrecimiento. A patadas nos hacían descender de una escalera engañosa, en la que sólo una minoría subía peldaños mientras la mayoría de la población veíamos cómo desde arriba se nos pateaba hacia abajo con privatizaciones, corruptelas, violencia y muchas mentiras. Nos escupían y decían que llovía. Literalmente robaron vida a millones de seres humanos.

Aunque fue importante la labor que hicieron cientos de colectivos sociales y organizaciones, (de lo más variado de la izquierda social y política) con las convocatorias de manifestaciones para ese día de Mayo exigiendo “democracia real ya”, el detonante principal, la dinamita que hizo estallar el movimiento hasta donde nadie imaginó, fue ese reducido grupo de jóvenes que acampó sin permiso en Puerta del Sol en Madrid y que fue desalojado con violencia por la policía siguiendo ordenes del Ministro de Interior del entonces gobierno de Zapatero.

Al día siguiente más gente a las plazas de las ciudades más importantes y en poco tiempo la de cientos de pueblos y barrios. Miles de personas, de las condiciones más variadas, mostraron su solidaridad con un grupo de jóvenes que tuvieron la osadía de plantar sus tiendas y exponer su descontento rebelde. Además consiguieron la simpatía de un 80% de la población. “La juventud dormida” al parecer no lo estaba tanto.

Las teorías más extravagantes atribuyeron la eclosión del 15M a Soros, a la CIA, a Rubalcaba, al PP, y a una larga lista de sectas varias. “No podía ser que la gente no estuviera manipulada” se afirmaba, negando que pudiera suceder algo así por voluntad propia del personal.
Fue la solidaridad con es@s jóvenes lo que hizo que las plazas fueran escenario de nuevos encuentros cada vez más participativos. Pese a las prohibiciones ante la jornada de reflexión de las elecciones generales (que luego darían la victoria al P.P de Mariano Rajoy en parte debido a la elevada abstención) la población
respondió doblando su presencia en las acampadas; ”lo llaman democracia y no lo es” y “no nos representan” resonaban en las calles.
Lo hicimos sin miedos ni titubeos y la única violencia que apareció en escena fue la de los uniformados.

En mi opinión, el mérito y protagonismo le corresponde al pueblo, y lo demás es tan discutible como relativo. “Sólo el pueblo salió en defensa del pueblo”; él fue el actor principal de este episodio de rebeldía social, contra una estafa organizada por la Banca norteamericana e internacional, dedicada a la especulación hipotecaria (Lehman Brothers, Bear Stearns, JP Morgan, Cristine Lagarde, Luis de Guindos y demás camarilla) pero también en pro de un mundo más justo.
Dentro del 15M confluyeron lo más variopinto del espectro político, ideológico o social, pero todas las corrientes (más o menos organizadas, más o menos grandes) se vieron sobrepasadas por la dimensión de la participación popular y por su capacidad de poner en acción a miles de personas, de muchos sitios y condiciones, para salir a la calle, a las plazas, para levantar su voz en defensa de sus derechos y en contra de quienes los pisoteaban. Y lo hicieron todo a través de una herramienta muy útil; LAS ASAMBLEAS.

Y el número de plazas ocupadas aumento sin que nadie lo pudiera evitar. Y las asambleas empezaron ha gestionar, de manera horizontal y desde la libertad de expresión, sus exigencias y reivindicaciones, sus comisiones para organizarse; la comida y la dormida, las acciones a llevar, la difusión y coordinación, etc. Y dieron sentido a la palabra autogestión.

La cuestión es que el movimiento puso sus puntos de mira en dirección al capital usurero y especulativo, al sistema bancario, a las grandes empresas defraudadoras y a los políticos que las protegían. Puso en cuestión el modelo monárquico y la hipocresía constitucionalista de derechos escritos que nunca se cumplieron… vivienda, trabajo, sanidad. Hizo tambalear cimientos como el machismo o el racismo y resucitó los debates sobre las nuevas formas de utilizar la información y la tecnología, ha entender nuestra nefasta relación con la naturaleza. La toma de conciencia social nos abrió muchas ventanas cerradas por la indiferencia y las personas empezamos a comprender muchas cosas que antes nos era imposible explicarnos.
LA DIGNIDAD HABLA TODOS LOS IDIOMAS.

No digirió bien el poder la constancia del 15M. No sentó bien a los poderosos qué en Europa apareciera un movimiento que emprendiera caminos que condujeran la responsabilidad de nuestras desgracias hacia los verdaderos planificadores del nuevo desastre económico y social; la Banca, las multinacionales , los políticos corruptos, el F.M.I y el Banco Mundial, la Iglesia y el militarismo rampante.

Antes del 15M el conflicto llevaba un tiempo expresándose en Grecia con bastante virulencia en las calles o en las elecciones y de ahí las banderas griegas en las manifestaciones. El pueblo griego éramos también nostr@s. Eso se llama solidaridad entre pueblos defendiendo sus dignidades. A los estafadores tampoco les sentó muy bien las replicas en otras partes del mundo; Occupy la City en Londres, Occupy Wall Street en New York. No sentó bien el movimiento indignado en Portugal, Brasil o en México. Tampoco lo sucedido en Turquía con el movimiento del Parque de Taksim, en los masivos saqueos de respuesta a la violencia policial racista en el Reino Unido.

Demasiados frentes abiertos que se sumaban a las llamadas Primaveras Árabes en el Sáhara, en Túnez, Egipto o Siria. El planeta se empezó a llenar de terribles conflictos “prefabricados” como en Turquía, Libia, Yemen, Ucrania, Honduras, Argentina, Paraguay, Chile, Venezuela, etc, que se sumaban a los enquistados en Afganistán, Irak, Kurdistán, Sudán, Palestina… entre otros tantos.

Antes de estos conflictos, los movimientos antiglobalización pusieron en más de una ocasión el dedo en la llaga. Persiguieron al G7, al G20, al FMI i al Banco Mundial allí donde iban, boicoteando sus cumbres y desmontando con argumentos solidos los planes de limpiar la imagen de los poderosos. También través de la acción directa de los Black Bloc. Una de las últimas expresiones de estos movimientos fue el “Bienvenidos al Infierno” en el verano de 2017 en Hamburgo. En estas respuestas anticapitalístas hubo personas que perdieron la vida por la violencia policial
Fue una sucesión de luchas internacionalistas en muchos lugares del mundo. Seattle, París, México, Berlín, Gotemburgo, Génova. Estas luchas fueron semillas qué anunciaban la deriva del capitalismo salvaje neo-liberal y contribuyeron de manera importante a que movimientos como el 15M dirigieran sus miradas sobre quienes se escondían tras sus abultadas cuentas bancarias, infladas de dinero sucio y toxico. Se sembraron muchas ideas que florecieron cuando las condiciones lo permitieron. Y la crisis estafa del 2008-09 fue puro abono.

Los neo Chicago Boys (liberales parasitarios de los Estados que dicen denostar) se apoderaron de gran parte de la economía del planeta e impusieron métodos para mantener sus intereses particulares sobre las materias primas u otras cuestiones geoestratégicas.

Los capitalismos readaptados de Rusia y China siguen las máximas del capitalismo occidental, padre de cualquier otra versión de este sistema depredador con peligrosos síntomas psicopáticos; “créame un conflicto que yo haré un negocio”. Así las cosas, las disputas entre las potencias se han convertido en conflictos entre capitalismos aparentemente diferentes pero que se comportan de manera muy parecida; ¡crecimiento, crecimiento, crecimiento, miento, miento, miento! Llegó un momento que los jefázos, los adalides de la
globalización, caracterizada por la libre circulación de capital y de mercancías (pero no de personas o derechos) empezaron a mirarse de reojo. Empezaron las guerras comerciales y arancelarias entre EE.UU y China. El Reino Unido empieza su desconexión con la C.E. Europea. Rusia defiende sus intereses estratégicos en Ucrania y en Siria de aquella manera… a lo Putin.

En América Latina empiezan a producirse Golpes de Estado, unos encubiertos y otros no; en Honduras, Brasil, Paraguay, Bolivia o Venezuela. En África se boicotea el intento de los países de dar sentido político y económico a la Unidad Africana. Este continente sigue siendo pasto del expolio de sus recursos naturales y víctima de los intereses de las empresas multinacionales. Un continente sometido, en el que cuando algún país intenta liberarse, antes tiene que pedir permiso a los paga-mercenarios del Occidente civilizado.

DOS PANDEMIAS: UN VIRUS… Y EL PANICO.

En medio de este panorama caótico aparece el Gobierno de Donald Tramp exigiendo que España no puede comprometer sus sistema informático oficial comprando a China los sistemas avanzados de la tecnología G5. Anunció, que de ser así, el Estado Español sufriría un recorte en distintas ayudas y financiaciones, entre ellas la antiterrorista. EE.UU, capitaneado por un descerebrado peligroso, presidente a causa del fraude electoral y de oscuros montajes paralelos llevaba un tiempo desestabilizando a los enemigos que se fabricaba en su lucha por la hegemonía del poder económico a nivel mundial. El mundo es suyo y no piensa compartirlo con nadie. Charles Chaplin recreó perfectamente en El Gran Dictador cómo ven el planeta estos degenerados. Después se descolgaron del encuentro Mobile World Congres de Barcelona la mayoría de las grandes multinacionales de lo último en redes, telefonía e informática (Google, Samsung, Apple, Telefónica, etc).

Ya hacía unos meses que nos acechaba a tod@s el Coronavirus19 (COVI-19) que ha cambiado tantas cosas. Opino que no nos ha vuelto sumisas…no ha hecho prudentes y muy pacientes. Quienes deberían producirnos pánico real son quienes, pese a todos estos años de lucha, siguen de manera carroñera intentando devorar nuestra condición humana, nuestra libertad y nuestros derechos más elementales.

Resistir en tiempos adversos (la pandemia y el confinamiento lo son) es condición necesaria para que cuando la situación nos lo indique podamos estar fuertes en las embestidas que surgirán. Es hora del apoyo mutuo, de los cuidados entre personas, de debatir superando las distancias y el aislamiento sobre nuestras razones y alternativas en esta situación, de reforzar la auto-organización y crear redes de respuesta a necesidades urgentes.

Los inyectores del pánico y la psicosis social, los vendedores de bulos y sensacionalismo amarillista, los corporativismos y el miedo paralizante, siguen
activos alimentando sus cuentas a base de aumentar nuestros temores. La instalación de la pandemia fue precedida, y está siendo acompañada, por lo que ya se conoce como “infodemia”, propagadora del virus de la mentira y la contaminación deformativa, sembrada por grandes agencias y pequeñas guaridas de “la voz de su amo” llenas de francotiradores contra la verdad y la información.

El matonismo político de la extrema derecha es otra de las amenazas a las que responder con inteligencia. Su estridencia y brutalidad argumental es acunada por sectores de ofendiditos aznarianos y nostálgicos de un patriotismo tan éticamente podrido cómo el que mostró Trillo en el entierro de los soldados españoles del Yak 42 estrellado en Turquía. Mucha bandera, mucho ¡VIVA ESPAÑA! y ¡VIVA EL REY!, mucho padre nuestro y golpe en el pecho. Todo pura parafernalia opusdeista y nacional-católica. Y el Episcopado dando su bendición a través de su pecaminoso entramado mediático.

Sí podemos sacar conclusiones de esta última década transcurrida. De la que está porvenir es bastante más difícil hacer futuribles. No se si había que consultar las predicciones de Nostradamus por si nos da alguna pista más fiable que la de los lenguas largas de los sub-medios de desinformación. La neo-realidad y la neo-normalidad se presentan tan frágiles e inestables qué de nuevo tenemos que alertar nuestras conciencias y estar enteras y preparadas para lo que venga. ¿Quién sabe lo que puede pasar en la siguiente década?.

Jesús Arteaga, Jipy

Asamblea de parad@s y precari@s de CGT Valencia

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