PIDEN QUE CUALQUIER MODIFICACIÓN SUSTANCIAL DE LA CV-95 NO SE DESGAJE
DEL MARCO DE PLANES COMARCALES COMO EL PAT Y EL PLAN DE MOVILIDAD DE
LA VEGA BAJA Y PLANTEAN ALTERNATIVAS COMO EL RESCATE DE LA AP-7 Y PLATAFORMAS DE TRANSPORTE PÚBLICO
La Generalitat Valenciana anunció este verano, como una actuación prioritaria, el desdoblamiento de 14 de
los 26 km de la CV-95, carretera comarcal que une Orihuela con Torrevieja. Lo justificó con el pretexto de
que era “una obra muy demandada”. En efecto, ha sido una obra muy solicitada, pero por el influyente
sector del empresariado agro-inmobiliario que opera y tiene intereses en la zona. El paisaje y la economía
de nuestra comarca han sido transformados, como nunca en las últimas décadas, por un voraz sector
inmobiliario y una agricultura industrial orientada al monocultivo de cítricos que han esquilmado y
contaminado recursos básicos para la vida, como el agua y el suelo, a la par que pretenden condenar a la
extinción al comercio y a la estructura agraria tradicionales y a oficios como los de la agricultura y
ganadería autóctonas. El entorno de dos importantes espacios protegidos de la comarca entre los que
discurre la CV-95, Sierra Escalona y las Lagunas de La Mata y Torrevieja, se ha visto especialmente
afectado por ese intenso proceso de transformación.
Detrás del desdoble de la CV-95, desde nuestra óptica, subyace el “déjà vu” del desarrollismo inmobiliario
y las necesidades de transporte de mercancías de la agricultura industrial, un modelo de crecimiento
obsoleto e insostenible que no nos podemos permitir sin traicionar a las futuras generaciones. Este patrón
de crecimiento, además de la fragilidad cíclica demostrada por los pinchazos de sucesivas burbujas
agroinmobiliarias, opera contra el espíritu de los tiempos, porque, además del elevado e insaciable
consumo de suelo y agua, su patrón de movilidad descansa de manera exclusiva en el uso ilimitado del
coche privado y en el transporte de mercancías por carretera en largas distancias.
No es la fluidez y la seguridad del tráfico lo prioritario en esta actuación porque los 14 km a desdoblar de
la CV-95, entre Bigastro y San Miguel de Salinas, son los de menor intensidad de tráfico y los puntos de
mayor congestión ni se tocan. Según los aforos de Carreteras la mayor densidad de tráfico se localiza en el
tramo entre Bigastro y Orihuela, que conecta los pueblos de la margen derecha del Segura con la capital
comarcal, y, sobre todo, en el tramo de acceso a Torrevieja desde la intersección de la AP-7 con la CV-95.
Resulta irracional e inexplicable que, estando en marcha sendos planes supramunicipales de ordenación del
territorio y la movilidad en la comarca, como el Plan de Acción Territorial (PAT) de la Vega Baja o el Plan
de Movilidad Comarcal, se desgaje de ese marco integral de planeamiento el anunciado desdoble de la CV-
95 y sin que se analicen en detalle otras alternativas como la del rescate del tramo de peaje de la AP-7 en la
Vega Baja o el establecimiento de plataformas de transporte público. Esta medida sólo resulta
comprensible desde una cesión del gobierno valenciano a la presión de influyentes “lobbies”.
Las entidades firmantes de este escrito hemos participado activamente en el Plan Vega Baja Renhace y en
el PAT de la Vega Baja y, por ello, tenemos la sensación de que algunas de las aportaciones realizadas, en
concreto sobre la CV-95, caen en saco roto, que los discursos del gobierno valenciano no casan con la
práctica y que los poderosos intereses particulares prevalecen sobre el diseño de un futuro sostenible y
resiliente al cambio climático para las presentes y venideras generaciones de nuestra comarca.
En ningún caso es sostenible meter más coches en las carreteras, que es lo que pretende el obsoleto, y ya
fracasado en el pasado, desdoblamiento de la CV-95. Lo realmente sostenible es quitar coches a las
carreteras promoviendo los modos sostenibles de transporte mediante plataformas específicas: transporte
público, bicicleta y vehículos de movilidad personal.