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Putin intenta conseguir que Ucrania no entre en la OTAN y que el contencioso ucraniano quede perfilado con la división de Ucrania en dos mitades casi simétricas y separadas por la línea de contacto Donbass, quedando el Sur y Este del país (incluida Crimea y el Mar de Azov) bajo la órbita rusa mientras el Centro y Oeste de la actual Ucrania navegarán tras la estela de la UE.

Para lograrlo,Putin aprovechará la ocasión para mediante un audaz movimiento de sus torres en la partida de ajedrez geopolítica que se estaría desarrollando en territorio ucraniano, reeditar la guerra del Gas ruso-ucraniano del 2006 con el objetivo inequívoco de doblegar al sector europeísta ucraniano mediante la asfixia económica y la inanición energética, al tiempo que utilizará el arma del chantaje energético a la UE para resquebrajar la unidad comunitaria, en la certeza de que tanto Alemania como Francia no dudarán en sacrificar a Ucrania en aras de asegurar su abastecimiento energético. Dicha jugada tendrá como efectos colaterales importantes recortes de suministro en varios países de la UE, (el gas ruso abastece en más de un 70% a países como los Países bálticos, Finlandia, Eslovaquia, Bulgaria, Grecia, Austria, Hungría y República Checa y más del 80% del total del gas que la UE importa de Rusia pasa por Ucrania.

Por otra parte, la coalición de intereses ruso-alemanes ideó el proyecto Nord Stream 2 que conecta Rusia con Alemania por el mar Báltico, con una capacidad máxima de transporte de 55.000 millones de metros cúbicos (bcm) de gas al año y con una vigencia de 50 años, ruta vital para Alemania y los Países Nórdicos, por lo que fue declarado de “interés europeo” por el Parlamento Europeo y crucial para la geoestrategia energética rusa y que a pesar de estar culminado continúa inactivo ante la falta de concesión por Alemania de los permisos necesarios para iniciar su andadura.

De lograrlo,Putin conseguirá el doble objetivo geoestratégico de asegurar un flujo ininterrumpido de gas hacia Europa por dos vías alternativas,convirtiendo de paso a Polonia y Ucrania en islas energéticas, no siendo descartable una tardía reafirmación de la soberanía europea por parte de Francia y Alemania que se traducirá en la suspensión de sanciones y un posterior acercamiento a Rusia, quedando los países del “arco del fracking europeo” (Polonia, República Checa, Eslovaquia y Hungría, Ucrania, Rumania y Bulgaria ) bajo la órbita estadounidense y expuestas a nuevas guerras del gas.

GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ-Analista

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