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Según los vecinos, la concesión de un local a una nueva falla por parte de la Generalitat en el recinto de la comunidad de vecinos, junto con la falta de respuesta del Ayuntamiento ante las denuncias de actividades molestas e incompatibles con la normativa interna del residencial, ha generado malestar y podría provocar conflictos de convivencia.
Paterna, 26 mayo. Los residentes de la Comunidad de la calle Bocairent, en el barrio de Más
del Rosari en Paterna, han estado denunciando durante meses actividades que infringen la
normativa interna de su comunidad y, según consideran, también las ordenanzas municipales,
por parte de la nueva Falla Más del Rosari. Esta falla fue arrendada a principios de año a través
de la Entidad Valenciana de Vivienda y Suelo (EVHA), dependiente de la Generalitat, y se
encuentra dentro del mencionado residencial del cual la EVHA es propietaria de varios locales.
Cuando la nueva falla llegó al lugar, los vecinos solicitaron una reunión con la EVHA y el
Ayuntamiento para advertir sobre los problemas previsibles que acarrearía la instalación de
este tipo de actividad en un recinto con características tan especiales como el residencial en
cuestión. Este residencial consta de dos edificios alargados separados por una estrecha calle
interna, la cual amplifica los ruidos. Los residentes anticipaban molestias y conflictos entre las
dos partes debido a la ubicación de los locales en la mencionada calle interna, sumado a las
actividades propias de una falla.
Los vecinos defienden que si bien es necesario celebrar la fiesta, esta no debe colisionar ni
interferir con el descanso y bienestar de los residentes. Alegan que la EVHA debería haber
previsto esta situación, pero en cambio, desde el principio, se ha negado a escuchar a los
vecinos.
Tanto la EVHA como el Ayuntamiento, responsables de velar por el cumplimiento de las
ordenanzas municipales sobre actividades molestas e insalubres, y especialmente de
garantizar la convivencia vecinal, no han respondido a las solicitudes de reunión presentadas
por los vecinos a través de registros de entrada y otros canales. Los vecinos se sienten
abandonados, ya que, además de los problemas ya conocidos en el barrio, como la falta de
seguridad, limpieza e incluso atención primaria de salud debido a incidentes en el consultorio
del barrio, ahora se suma el hecho de que el gobierno autonómico ha provocado un problema
dentro de su residencial y el ayuntamiento los ha abandonado y desprotegido, ignorando las
denuncias realizadas a la policía local sobre actividades molestas e incluso peligrosas en locales
que no cuentan con los permisos adecuados. Algunos de estos locales se utilizan para cocinar
con botellas de butano, representando un peligro para las viviendas situadas encima de ellos.
Cabe destacar que estos locales no tienen ningún tipo de permiso.
Lo más lamentable, concluyen los vecinos, es que el barrio está lleno de locales vacíos, ya que
la actividad comercial es mínima. Los falleros podrían disfrutar plenamente de sus actividades
festivas sin molestar a nadie si se eligiera una de las múltiples ubicaciones disponibles
propiedad de las administraciones en el barrio. Sin embargo, debido a la negligencia, falta de
interés o posibles descoordinaciones entre el Ayuntamiento y la Generalitat, lo que se está
logrando es generar malestar y un riesgo de posibles conflictos entre los vecinos del barrio,
algo que podría evitarse fácilmente.

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