A la atención de los dirigentes del Oceanogràfic: Celia Calabuig Gimeno, Presidenta del Consejo de Administración de AVANQUA, y Eduardo Nogués Meléndez, Director General del Oceanogràfic de Valencia. En Valencia, a 16 de agosto de 2023Estimados Sra. Calabuig y Sr. Nogués:Las organizaciones abajo firmantes compartimos la convicción de que mantener a delfines en cautiverio para ser utilizados para el entretenimiento de los humanos es incompatible con la misión principal del Oceanogràfic de concienciar sobre la protección y conservación de los océanos. Los «más altos estándares” de certificación de bienestar animal que ostenta el Oceanogràfic no abordan los problemas derivados de una larga vida de confinamiento.Los delfines, animales altamente inteligentes y sensibles, están siendo privados de la autonomía que les ofrece una vida en libertad en su hábitat natural y, por tanto, de la posibilidad de desarrollar los comportamientos propios de su especie, un principio clave de la mayoría de los modelos de bienestar animal. Es imposible que las instalaciones donde viven los delfines en cautiverio puedan proporcionar un espacio remotamente comparable con el que estos animales utilizan en sus ambientes naturales, en donde la fisiología de los delfines está adaptada para prosperar. Los delfines tienen un área de distribución que excede los 100 km2 y bucean regularmente a gran profundidad. Por el contrario, las características de los tanques en los que los delfines cautivos están encerrados (incluido su tamaño, su forma, su profundidad y el tratamiento de sus aguas) priorizan la visibilidad de los delfines por parte de los visitantes sobre el bienestar de los propios animales. Las limitaciones logísticas y económicas también obligan a mantener a los delfines en grupos sociales forzados, en lugar de permitir que se formen estructuras sociales naturales. Los delfines en cautiverio están obligados a vivir una vida de sufrimiento y aburrimiento, languideciendo en pequeñas piscinas, en espacios hasta 200.000 veces más pequeños que en los que vivirían en la naturaleza: sin poder disfrutar de la diversidad de los ecosistemas y de la libertad que les ofrece el mar, su entorno natural. El Oceanogràfic afirma funcionar sobre los tres pilares: «la educación, la investigación y la conservación». Presentar a mamíferos marinos salvajes en recintos artificiales y en espacios preparados para el entretenimiento de turistas ¡no es educación! Entrenar y obligar a los delfines a que realicen «trucos» coreográficos ante el bullicio de una grada repleta de turistas es más propio de un espectáculo circense que de un centro educativo, y proporciona, además, a los visitantes una representación engañosa de la vida salvaje, perdiendo así cualquier valor educativo.Las afirmaciones sobre conservación también son engañosas. Los 18 delfines que el Oceanogràfic mantiene en cautividad son delfines mulares, que globalmente no son una especie en peligro de extinción. La cría en cautividad de estos delfines por parte de Oceanogràfic sirve para mantener la población cautiva con fines lucrativos, no para aumentar las poblaciones salvajes. En la actualidad, los métodos científicos permiten estudiar las poblaciones de delfines en libertad de una manera eficaz, haciendo posible evaluar su estado de salud, sus características, sus comportamientos y la relación de estos con su entorno. Por tanto, plantear la realización de estudios de investigación sobre poblaciones cautivas es totalmente innecesario; además, sus resultados son poco fiables, dadas las restricciones de movimiento y comportamiento, así como el entorno antinatural en el que se estudian los delfines en cautiverio. No existen medidas de gestión, programas de mejora o cuidados veterinarios que puedan paliar o justificar la multitud de problemas de bienestar inherentemente asociados al cautiverio de delfines. Afortunadamente, el público es cada vez más consciente sobre el sufrimiento que padecen los delfines en cautiverio y existe un creciente rechazo hacia estas prácticas. En Europa, países como Francia, Croacia, Chipre, Suiza, Luxemburgo, Eslovenia, Noruega y el Reino Unido cuentan con legislación que prohíbe o restringe significativamente la exhibición de mamíferos marinos en cautiverio. En España, país de Europa con el mayor número de delfines en parques marinos, más de 60.000 personas ya han firmado una petición solicitando al Oceanogràfic que haga del cautiverio de delfines algo del pasado.Es posible concienciar sobre la protección de los océanos sin explotar la vida salvaje que hay en ellos con fines de entretenimiento. Mantener los delfines en cautividad siempre conllevará severas consecuencias en su bienestar.Instamos al Oceanogràfic a ponerse del lado correcto de la historia y a contribuir a un futuro más sostenible, en el cual los animales salvajes tengan derecho a una vida salvaje. Pedimos al Oceanogràfic que detenga la cría de delfines en cautiverio y se plantee un cierre progresivo de los espectáculos para que esta sea la última generación de delfines que viven en cautividad tras sus muros.Agradecemos de antemano su atención y les tendemos la mano para ayudarles a lograr este importante objetivo.Firmado: |
Espacio Publicitario