“¡Que se vaya a la mierda, abusa de su poder” declaraba sobre el caso Rubiales la activista feminista Irene, “se lo diría a toda la federación, es la punta del iceberg, no hicieron nada con lo de Arabia Saudí”. ¿Por qué hay personajes inmunes? ¿Qué podría realmente acabar con la carrera de jerarcas si todo les es disculpable o aplazable?
“Este señor ha sido conocido y apoyado por el Gobierno, en cuanto al sueldazo, nadie se cae de un árbol, lo del beso es una simbología machista, no se habla de esas mujeres jóvenes con las que se encontraba y las drogas, al final se está poniendo el foco en unos elementos que hacen ruido pero de lo demás no se comenta nada” declara Raquel Ortíz de Valencia Laica presente en la concentración valenciana organizada por la plataforma feminista “Lliures i Combatives” en el primer día de septiembre tras haber sido asesinadas por sus parejas o exparejas, en julio y agosto, diecisiete mujeres.
“¡Basta de abusos contra las mujeres! ¡Fuera la cultura de la violación!”. “Veo un repunte y veo que no se inmutan” añade Raquel.
Todo lo inimaginable sucede cosificando a la mujer: asesinatos, niñas y adolescentes víctimas de redes pedófilas, de extracción y venta de órganos humanos, matrimonios forzados, utilizadas como pago a una deuda de juego, sometidas al absolutista y degenerado patriarcado.
Cualquier persona machista es por ende destructora y no debería representar ninguna institución.
¡Se acabó!
“Tiene mucha caradura el hombre este”, afirma Merche, portadora del cartel: “Violencia machista Cero”, refiriéndose al recientemente dimitido presidente de la Real Federación de Fútbol Española, ejemplo de la podredumbre agazapada en lo más insano de la “caverna” que en el balompié femenino nacional ha encontrado el reducto donde pastelear y practicar anhelos de dominancia.
El fútbol femenil español genera crecientes ganancias, ¡muchas ganancias! posicionándose como negocio en auge que arrastra a fervientes e internacionales multitudes seguidoras de mujeres que han ganado el Balón de Oro como la centrocampista del Fútbol Club Barcelona, procedente del club “granota” Levante UD, la catalana Alexia Putellas, o de Aitana Bonmatí mejor jugadora de la UEFA (Unión de Federaciones Europeas de Fútbol), mientras fanes de la selección española, campeona mundial, agotan las camisetas.
¿Hasta cuándo chuparán cámara los “señoros” del fútbol español? ¿Hasta cuándo sus vejaciones a las deportistas?
Ímpetu, entrega obediente y vocación bullen en jóvenes que no tienen tiempo ni ganas para malicias en contraposición a superlativos egos masculinos que, ¿cómo no? se aderezan con sueldos de escándalo y escalofriantes comisiones generando un suculento monto, contrariamente las jugadoras perciben penosas cantidades viéndose obligadas a la huelga en pos de aumento salarial.
¿Dieciséis mil euros brutos anuales, a jornada completa, por jugar en primera división? ¿No les da vergüenza a esos gerifaltes?
Futbolistas masculinos en la misma categoría tienen estipulados ciento ochenta y dos mil euros. Ni mencionar el bochornoso salario femenino en categorías inferiores.. ¿Tan incomprensible es el aumento a treinta mil euros con efecto retroactivo a sabiendas de que Dazn servicio de streaming (empresa privada de medios audiovisuales perteneciente a un petrolero, dueño de Warner Music, uno de los ¡hombres! más ricos del mundo), pagó por derechos audiovisuales treinta y dos millones para retrasmitir el fútbol femenino español? cifra a la que hay que sumar otros cuarenta y dos millones por temas comerciales y los dados por el Consejo Superior de Deportes que ascienden a veintidós millones y medio de euros.
¿Quién duda que algo tan jugoso no reúna a lo más codicioso y granado del machismo cañí? ¿Tendrán las estrellas de la liga femenina española que emigrar a clubes extranjeros? ¿Por qué sólo ganaron doscientos cincuenta mil euros como plus al ser campeonas del mundo cuando a los hombres les ofrecieron cuatrocientos mil euros si ganaban el mundial de Qatar? “
Lo más importante que he conseguido en mi vida ha sido hacerle un corte de mangas monumental a la pobreza, a la miseria, a la destrucción. Para ello he tenido que actuar como un payaso y, lo que es peor, dejar que otros más payasos que yo me llamasen de ese modo. Pero ha valido la pena. Me he reído de todos y, encima, me han pagado millones por ello. He sido el bufón mejor pagado de la historia, dentro del ring, el más grande” declararía el pugilista campeón del mundo de los pesos pesados y objetor de conciencia Muhammad Alí (Cassius Clay)
Gestionar una federación como la RFEF, sin ánimo de lucro, “legalmente asociación privada de utilidad pública”, tal parece enaltece la soberbia y en lo tocante al fútbol femenino contempla abusos, coacciones y agresiones banalizadas. Mujeres deportistas utilizadas, minusvaloradas, desposeídas de galardones, silenciadas, violentadas por la masculinidad tóxica y ruines cúpulas rectoras han gritado ¡se acabó! Se acabó tener que colgarse las medallas de subcampeonas y campeonas de España las propias jugadoras justificándose la Federación Española de Fútbol en base a cumplir con el ¿protocolo? ¡Protocolo machista grosero! En Inglaterra durante la primera guerra mundial un grupo de obreras jugaron benéficamente facturando relevantes cifras que hicieron saltar las alertas de los mandamases que prohibieron hasta mil novecientos setenta y uno el fútbol femenino. Emmeline Pankhurst, sufragista y deportista junto a sus compañeras futbolistas fue denigrada y censurada, Alice Norris, jugadora del histórico Kerr´s Ladies FC, declararía:
“Todas éramos amigas, nunca oías a nadie discutiendo. Era un privilegio poder formar parte de ese equipo”.
Censurados los ciento cincuenta equipos femeninos federados se decidió que la mujer tenía que parir y repoblar el imperio británico.
¿Qué pasó con medios de comunicación, partidos políticos y sindicatos? Punto en boca ¿Qué pasará aquí ahora?
Tras alguna cabeza cortada, todo irá al olvidadero.
Chicas futbolistas durante años aguantan humillaciones de jefecillos que las utilizan y agreden pellizcándolas, dándoles pescozones, besándolas en la boca sin consentimiento y alzándolas como petates. “Esa gente no suele cambiar, se han creído toda la vida con impunidad, se han equivocado, que no se crean que somos de su propiedad eso lo han hecho nuestros jefes porque como no había una cámara”, Amparo sabe de la vida, “hay muchos Rubiales con toga, cuando acabemos con eso se acabará la represión”. “¡Fora la caverna. Prou cultura de la violaciò. Sindicat d´Estudiants Esquerra Revolucionaria!”. “No más violencia contra las mujeres. Iaiaflautas Valencia”. “¡Fuera el machismo del deporte!”. “Contra la vergüenza que estamos viviendo en España”. ¿Gatopardismo para perpetuar el meollo? Natalia relata que “tenía compañeras que entrenaban cinco días a la semana y estudiaban, para que al final les hagan eso estando ese de presidente”, personalmente ¡ni de coña, que ni loca!” sería de su equipo, “al final esto nos puede pasar en cualquier lugar” declara su madre. Hay conocidas empresas donde el encargadete se nutre de plantilla femenina con aspiraciones a contrato fijo para satisfacerse.
Antonio de Senillosa confeso monárquico y ¿cómo no? fundador de la vertiente catalana del PP, sentenciaría con chorreante clasismo y lenguaje hombruno:
“También deberían los ricos asumir alegremente que de cuando en cuando los pobres tienen derecho y hasta obligación de cabrearse, quitarles el dinero y las mujeres y hasta cortar algunas cabezas. La sociedad sería así más dinámica y divertida”.
Víctimas de violencia género reconocen ipso facto en comportamientos, discurso, gestos, miradas y engolamiento a machistas que frenando su furia en público, sin duda, la desatan en privado. “Mi madre con ocho hijos tuvo que trabajar con un maltratador y machista a su lado que le decía que no valía, estuvo cuarenta años conduciendo camiones. Pero aquí estoy, ahora siento que se me está haciendo justicia, ahora nadie me va a callar” declara Amparo. “Había que venir a decir algo, la sociedad se está empezando a mover”, agrega Antonia. “Los hombres hay veces que se comportan como animales” arguyendo que “¡es fútbol!” mientras que a las “fans de algún cantante nos tratan como locas” siendo que “ellos llegan a tener violencia física” apunta la citada adolescente esperanzada en que tras Rubiales “no venga un señor como este”.
El abuso paraliza, traumatiza, anula, “no sé si hubiera reaccionado en ese momento” comenta Lola refiriéndose al beso inconsentido. ¿Tocarse los testículos públicamente en un palco de autoridades? ¡Defenestración sin eximentes! “Es vergonzoso, se plantean que son intocables”. ¿Por qué son intocables? ¿Qué o quién salvaguarda a elementos como este “4º Dueño del Anillo”? ¿Videos, grabaciones, servicios personales? ¿Red político-empresarial- deportiva, a modo de Montañas Nubladas, como escondrijo de criaturas tolkienianas?
Hay que desparasitar esa guarida balompédica donde la mujer es desdeñada por el “mongo” de turno. “Mi hijo cuando era más joven confundía el feminismo” apunta Lola, creía que “es como estar en contra de los hombres” actualmente “juega al fútbol y con esto (con el feminismo) está de acuerdo, tenía compañeras de clase que jugaban al fútbol y sus padres a los doce o trece años las sacaban”.
¿Obligada enseñanza espejo?
Cierta calaña siempre ha considerado a la mujer como mercancía: “¡Hay que hacer algo! ¡Que Anita llegue a relacionarse con el Maharajá es cuestión de patriotismo, señores míos, sólo patriotismo! ¿Somos o no somos patriotas?” gritaba ebrio de cazalla el dramaturgo gallego Ramón del Valle-Inclán refiriéndose a una niña de catorce años que bailaba de telonera en cierto local madrileño a principios del siglo veinte tal como relata la escritora lucense Elisa Vázquez de Gey. ¿Qué clase de equipo de gobierno arrodilla a gimnastas para una foto oficial? “¡Esa gentuza! ellas que son las buenas las ponen arrodilladas” exclama la representante de Recortes Cero. “Esto del protocolo hay que cambiarlo, yo también se arrodillarme” comentaría tras la instantánea el presidente de la institución. ¿Por qué no impidió tal denigración a la selección española de Gimnasia Rítmica? ¿Rodará alguna cabeza o no es para tanto? ¿Hubiesen arrodillado a hombres? “Ninguna mujer se merece eso, en el gobierno del Botànic les pusieron unas sillas, estamos educadas en el patriarcado”, comentó Antonia secretaria municipal de Podemos en Feminismos y LGTBI. “Me parecen unos imbéciles, una falta de respeto, no le veo sentido ni necesidad, estoy un poco hasta las narices”, declaraba Natalia al respecto. “¿Cómo resistir a la tentación? El día que la fuerza física (o el poder) hace hincarse de rodillas al adversario y le envilece con el más degradante trato” alimenta el equilibrio del sistema, escribía el historiador francés Jean-Michel Deveau. Susan Sontag filósofa y escritora estadounidense frasearía: “Los grupos militantes de mujeres deben atreverse a emprender acciones totalmente contrarias al estereotipo de la feminidad, sin dejarse intimidar por los clichés sexistas, que han decidido presentar a la mujer como una criatura emocional, incontrolada e incapaz de distanciamiento (…) cuanto más actúen como unas fieras histéricas, según los cánones sexistas, tanto más eficaces y políticas serán sus acciones”.
Texto: Ángeles Sanmiguel
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