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La efervescente juventud es de tiempo limitado, las décadas pasan y han de construir y consolidar un mañana vivible, en su mano está no rendirse a la apatía, desánimo y superficialidad suministrada a borbotones por el sistema.

”Cada vez somos más las que no tenemos una alternativa, Ya nos hemos encontrado, ahora toca organizarnos”.

“Organizar lo imposible. Construir el proceso socialista”, camisetas y bolsas con este lema, más una pancarta con “16S Organitzem l´Impossible. Gènesi Trobades Joves”, aderezaron el encuentro de más de trescientos jóvenes, desde las doce del mediodía hasta las ocho de la tarde, en el jardín de la Ermita en Orriols.

¿Qué dinero respalda dicha infraestructura?

“Nos autofinanciamos con actos” es la respuesta oficial coaligada a un cierto mutis. Jóvenes ordenadamente instalados bajo una carpa atendieron a ponencias como: “Retos actuales de la juventud trabajadora”, “Proceso socialista y problemática de género: construir un poder propio” y por último: “Articulación estratégica entre la lucha por la vivienda y la lucha de clases”.

¿Por qué el ayuntamiento de València dio largas al acto denominado Gènesi? “Han tardado en dar el permiso, como era de esperar” En Barcelona similar encuentro contabilizó la asistencia de quinientos jóvenes, de hecho tal como declara un asistente “tener una organización juvenil” ha sido la motivación primigenia y con ella “se está
recuperando bastante fuerza”. “¡Que la juventud se organice!” añade otra participante aseverando al unísono que “no estamos vinculados a partidos políticos”.

Sin duda y como es visible “están los roles repartidos” en el movimiento.

Clara Ballester portavoz del equipo afirma que tras Gènesi en el calendario de la OJS (Organització Juvenil Socialista) se prevén “pronto cosas, pero no hay nada programado”.

Como jóvenes proletarios asienten en considerarse la “generación de las dos crisis” mostrándose plenamente disconformes con los planteamientos de presente y futuro que el capitalismo les brinda en vista de lo cual se han unido para descubrir y lograr algo más; “un poquito más, un poquito más” como diría el periodista Jesús Quintero, algo más respirable que esa “bruta realidad cada vez más tangible” que golpea sus vidas mientras contemplan la absurdidad de una complacencia por parte de la clase acomodada y la habitual lejanía para con su realidad de los dictámenes políticos.

“Los políticos no son más que actores frustrados” sentenciaría el cantante, actor y compositor estadounidense Robert Mitchum.

Su comunismo confeso en nada tiene que ver con anteriores usos políticos de tal marchamo y experiencias de otrora.

En el siglo veintiuno se les requiere enfoques y rupturas que no escabullirán, antes bien, desde OJS no dudan en marcar una vía para avanzar en logros a pesar de la existente realidad proletaria y de aquella otra que se vislumbra “cada vez más cruda y violenta, es completamente imposible que mejores dentro del capitalismo, hemos de superar el capitalismo”.

Como diría don Quijote:

“¡Cuan largo me lo fiais, amigo Sancho!”.

“La política se reduce a la distribución de la riqueza” fue uno de los alegatos expuestos en la Gènesi valenciana, acto incluido en el proceso de “Trobades de Joves al País Valencià”, Ballester manifestaría que “participamos en el Sindicat d´Habitatge de València y en los de barrio” donde grupos de jóvenes han recalado visibilizándose y buscando alianzas resolutivas.

En los aledaños del punto de encuentro, vectores y letreros de Gènesi en color magenta guiaron a cuantos asistentes acudieron desde Castellón, Valencia y Barcelona, chicos y chicas convocados en “un barrio donde participamos” porque “a quien apelamos es a la clase trabajadora”. Su discurso es aparentemente sencillo y directo: “un marco para unir a la juventud proletaria, generar este marco bajo la estrategia del proceso socialista”. En base a tales conceptos desde hace un año dicho movimiento sigue engrosando sus filas.

Clara Ballester como activa militante del Movimiento Socialistas Valenciano, rotundamente asevera: “Queremos acabar con el capitalismo, acabar con las clases, creemos que la juventud tiene el potencial”. Actualmente tanto en Cataluña, como en Valencia y Mallorca “hay movimiento socialista” aglutinante, al igual que jóvenes que también revolucionan en Euskalerría y Madrid bajo idéntico guion aunque manteniendo la idiosincrasia respecto a otras formaciones. “Trabajamos desde el internacionalismo, planteamos como método de lucha trabajar independientemente”.

¿Cómo lograr esta quimera? ¿Qué poderosa atracción aúna a la diversidad juvenil en un perfil tan ostensiblemente bien diseñado? ¿Algún “padrino” en busca de la resurrección podría captar las energías jóvenes? “¡Somos comunistas, ganaremos en la lucha de clases!” confiesa otra asistente aunque reconoce no tener nada que ver con el Partido Comunista Español al que considera que “no responden a los intereses del proletariado”.

El político y alcalde de Córdoba, secretario general del Partido Comunista de España, Julio Anguita, en mil novecientos ochenta y nueve, declararía refiriéndose al secretario del partido Comunista Español (PCE) Santiago Carrillo, expulsado del partido y fundador del Partido de los Trabajadores de España: “Carrillo es como una avispilla que te encuentras en el campo cuando vas mirando flores”.

“Se nos decía que el comunismo estaba muerto y enterrado, que la teoría era una posesión exclusiva de los académicos e intelectuales de la burguesía, que nombrar las cosas que padecíamos por su nombre era no tocar la tierra con los pies, que nadie nos entendería, que desplegar procesos de organización nítidamente comunistas que partiesen de la claridad estratégica y de la realidad cotidiana de nuestra clase era imposible”, escriben conjuntamente Ballester y Judith González.

¿Quién sigue en la creencia de que la juventud está en babia? ¿Por qué tanto interés en drogar el criterio joven olvidando que el timón del futuro está indefectiblemente en sus manos? Por mucha rigidez, conservadurismo, y teorías inmovilistas que se inculquen, el noventa por ciento de la juventud es apasionada de la libertad y sus muchas vertientes tanto ahora como desde el inicio de los tiempos de la humanidad. Gènesi no se presentó como un final, antes bien, se vislumbra el “inicio de alguna nueva cosa”, declara Ballester.

¡Atención!

¿Qué opina la juventud de la involución en ciertas comunidades autónomas? ¿Qué parecer tienen sobre barbaridades tanto culturales como las ejercidas al resto de animales? “Queremos la liberación total de la humanidad, todo lo que sea tortura no nos interesa”.

Claramente la organización está posicionada contra el machismo, racismo y LGTBIfobia apostando por la “llamada de clase, unidad y el proceso de la lucha”, arrinconando “luchas fragmentadas” en pos de “construir un programa político propio”.

¿Opciones refrescantes para alcanzar los “sillones” o para acercarse al pueblo? La juventud es gloriosa de por sí, pero “el Estado no puede ni quiere liberarnos”.

Sindicatos de vivienda y laborales, entidades feministas, grupos antifascistas y otras colectividades han servido de nutriente para algo que ha calado en poquísimo tiempo, (El Cabanyal, Monteolivet, Burjassot y Orriols conectan con OJS), siempre teniendo como guía nociones del ideario de otros ejemplos juveniles tanto de Castilla como en del Movimiento Socialista de Euskadi.

El periodista y condenado por homicidio José María Amilibia en mil novecientos setenta y ocho entrevistaría al dramaturgo, cineasta y director de ópera melillense Fernando Arrabal para El Imparcial, y el dramaturgo le confesaría: “Algún día formaré un partido, un partido en el que estaré yo solo, y ocurrirá que, estando yo solo, a veces no estaré de acuerdo conmigo mismo”.

Texto: Ángeles Sanmiguel

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