La huelga indefinida se ha suspendido temporalmente tras el ligero, aunque insuficiente, avance de las negociaciones
El Sindicato de Metal de la CGT considera que la política de Ford de ahorrar costos a cualquier precio es la responsable de la situación de pérdida del empleo a la que se enfrenta la plantilla de Rhenus Automotive, subcontrata de la multinacional automovilística. Esta empresa auxiliar del Parque Industrial de Almussafes ha presentado un expediente de regulación de empleo (ERE) para despedir a sus 120 trabajadores, como consecuencia del anuncio de Ford de no renovar el contrato con Rhenus Automotive para el suministro de piezas premontadas a la cadena de producción.
La decisión de despedir a 116 empleadas (muchas de ellas con más de 20 años de servicio) antes de finalizar el año ha motivado que la plantilla se pusiera en huelga indefinida a partir del pasado lunes, 20 de noviembre. El paro total en Rhenus Automotive provocó que Ford dejara de fabricar 1.400 vehículos durante los dos primeros días de la huelga.
Tras una nueva reunión con la empresa, en la que esta ha subido las indemnizaciones por los despidos a 23 días por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades, las trabajadoras han decidido suspender la huelga desde el 23 al 29 de noviembre, a la espera de que la empresa mejore su oferta. De no producirse este aumento de las compensaciones por los despidos, la plantilla reanudaría la huelga indefinida.
Para la CGT, que históricamente ha venido denunciando las políticas de subcontratación y precarización del empleo en Almussafes; una postura muy diferente a la mantenida por el sindicalismo mayoritario en Ford, fundamentalmente por UGT, la situación que se vive ahora en varias subcontratas del polígono Juan Carlos I es consecuencia directa de los recortes que la multinacional impone a las contratas. Ford exige a sus empresas auxiliares una reducción en los costos, lo que obliga a las contratas a empeorar las condiciones laborales y salariales de sus empleadas o a renunciar al contrato y verse forzadas a cerrar, ya que la mayoría de ellas trabaja exclusivamente para Ford.
Para entender mejor la retorcida estrategia de la multinacional norteamericana en su planta valenciana hay que tener en cuenta que en varios casos (y Rhenus sería otro más) las empresas que las sustituyen cuentan con la ventaja de ser centros especiales de empleo, por lo que sus trabajadoras cuentan con certificados de discapacidad y las empresas disfrutan de importantes subvenciones y reducciones de cotizaciones a la seguridad social. En esta ocasión la empresa beneficiada podría ser Ilunion (del grupo ONCE) que ya se ha quedado con trabajo de otras subcontratas.
La CGT considera muy positivo que se promocione e incentive la incorporación de personas con diversidad funcional al mundo laboral, pero nos parece inmoral que los empresarios exploten a estas trabajadoras y aprovechen sus inferiores costes para competir a la baja con otras plantillas.
Por último, desde la Confederación General del Trabajo, queremos trasladar todo nuestro apoyo a la plantilla de Rhenus Automotive tanto para alcanzar el mejor acuerdo como si deciden reanudar la huelga.