Millones de trabajadoras y trabajadores pararon el país. Centenares de miles nos movilizamos en las principales ciudades de todas las provincias. La jornada cumplió un gran objetivo: fue una contundente muestra del rechazo obrero y popular al plan de ajuste y represión de Milei y el FMI. Fortaleció a la clase trabajadora y a todas y todos los que venimos enfrentando el Protocolo, el DNU y la Ley Ómnibus de Milei.
Centenares de miles nos movilizamos en Plaza Congreso y con actos multitudinarios en otras ciudades como Córdoba, Rosario, Neuquén o Bariloche, por citar sólo algunas. La jornada reflejó la bronca acumulada. Que fue la que obligó a la CGT a convocar al paro general, después del acto de Tribunales a fines de diciembre. El hecho de que se le haya arrancado este paro a la burocracia sindical y que fuera contundente, demuestra que hay condiciones para seguirla, con las distintas luchas y movilizaciones que se den, impulsando asambleas y exigiéndole a la CGT que le dé continuidad con un plan de lucha para derrotar el plan motosierra.
En el acto central, una auténtica marea humana copó Plaza Congreso, la avenida de Mayo hasta la 9 de Julio y las calles aledañas. Hubo importantes columnas de gremios de la CGT y las CTA. Pero también se destacó la presencia de miles y miles de autoconvocados, organizados o no, del ámbito de la cultura, del deporte, de los movimientos de derechos humanos, defensa del ambiente, del movimiento de mujeres y disidencias, asambleas vecinales de CABA y del conurbano.
A pesar de que nos encontramos en vacaciones, docentes, investigadores, científicos y estudiantes también dijeron presente. Y gran parte de la plaza estuvo ocupada por la columna independiente que reunió al Plenario del Sindicalismo Combativo (PSC) junto con el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, Unidos por la Cultura, movimientos sociales combativos, la coordinadora ambiental Basta de Falsas Soluciones y los partidos que integramos el Frente de Izquierda, que fuimos a exigir a la CGT la continuidad del paro, con un plan de lucha nacional. Fue importante la columna del Plenario del Sindicalismo Combativo, con los ferroviarios del Sarmiento,
Ademys, el Sutna y otros gremios y agrupaciones sindicales opositoras a la burocracia sindical. En el caso de los ferroviarios de la Unión Ferroviaria de Haedo y la Bordó, con el “Pollo” Sobrero a la cabeza, conformaron una impresionante columna de varias cuadras, compuesta por las y los trabajadores del Sarmiento junto con asambleas barriales de la zona Oeste del conurbano que, a partir de un “trenazo” que partió de Moreno, marchó desde la estación Once hacia el acto de Congreso.
El paro tuvo, además, una importante solidaridad internacional de centrales obreras, partidos de izquierda y comunidades en el exterior, que incluso se movilizaron a las puertas de embajadas y consulados argentinos en decenas de ciudades.
El paro y movilización fue una respuesta contundente ante el súper ajuste que está llevando adelante el gobierno ultraderechista de Milei, que está pulverizando salarios, jubilaciones, planes sociales y todo tipo de ingreso popular, permitiendo vía la devaluación y una inflación galopante que miles de millones de dólares pasen de los bolsillos populares a los de los ricos, las grandes empresas, los banqueros y el FMI.
También fue un repudio al DNU y la ley ómnibus, que intentan liquidar de un plumazo más de un siglo de conquistas y derechos sociales, democráticos y de la clase trabajadora. Y que profundiza el saqueo más absoluto a nuestras riquezas y la privatización de todas las empresas públicas del país.
Del mismo modo, las multitudinarias manifestaciones respondieron también al protocolo ultra represivo de Patricia Bullrich: muy rápidamente, en la misma mañana apenas se vio la masividad de las primeras columnas, quedó en la nada el “caminar por la vereda” y las provocaciones montadas por la ministra de Seguridad. La jornada de hoy fue también, sin duda, una victoria contra el protocolo represivo del gobierno.
¿Cómo la seguimos?
El gobierno de Milei, pese al golpe recibido con el paro y la movilización, va a intentar continuar adelante y prepara la sesión en el Congreso para la semana próxima con el objetivo de aprobar la ley ómnibus, el DNU y el Protocolo represivo. Cuenta para ello con el apoyo del PRO, del bloque comandado por Pichetto de Hacemos Coalición Federal y de la UCR (más allá de las “disidencias parciales” que algunos dicen tener con el proyecto oficial) y con el apoyo de gobernadores, entre ellos los peronistas Llaryora de Córdoba o Jaldo de Tucumán que darán los votos de sus diputados.
Desde Izquierda Socialista y el Frente de Izquierda Unidad somos parte de la oposición más absoluta a la ley ómnibus y al DNU, tanto en el Congreso como en las calles, tal como lo demostramos en el paro y movilización. Decimos, como lo expresó el Plenario del Sindicalismo Combativo, que esta enorme demostración de fuerzas no puede quedar en un hecho aislado, como lamentablemente nos tiene acostumbrados la burocracia de la CGT y las CTA.
Al plan motosierra solo podemos pararlo en las calles. Por eso hay que darle continuidad al paro y movilización del 24 con un nuevo paro nacional y un plan de lucha. Y convocar a movilizar el día que se trate la ley en el Congreso para exigir su rechazo. Pero esto recién empieza, por eso, fortalecidos por esta jornada de lucha, llamamos a impulsar asambleas en los lugares de trabajo, pronunciamientos de cuerpos de delegados y profundizar todas las formas de la protesta social que se vienen dando: asambleas de vecinos, de artistas e intelectuales, del movimiento ambiental, de las mujeres y disidencias, con cacerolazos en los barrios y todas las auto convocatorias que surgen cotidianamente.
El objetivo es derrotar todo el plan de Milei y el FMI. Para esto necesitamos la más amplia unidad de acción. Pero, al mismo tiempo, debemos señalar la responsabilidad del peronismo, que fue quien gobernando nos llevó a este desastre, con sus propios planes de ajuste, entrega y sometimiento al FMI, llevando a que el repudio popular a su gobierno terminara, lamentablemente, en el gobierno del ultraderechista de Milei.
Por eso, decimos, desde Izquierda Socialista/FIT Unidad, que hay otra salida.
Que la crisis, debe ser pagada por quienes la provocaron, los ricos, los grandes empresarios y los banqueros.
Oponiendo al programa de super ajuste de la ultraderecha de Milei un plan alternativo, obrero y popular, arrancando por un aumento inmediato y de emergencia de salarios y jubilaciones ante la infernal inflación. Planteando dejar de pagar la usuraria deuda externa y romper con el FMI. Defendiendo nuestras riquezas, nuestras empresas públicas, ¡que no se vendan!, así como el Banco Nación no se vende, los trenes no se venden. Al contrario, reestatizando las empresas privatizadas de servicios públicos; como en el gas, la electricidad o el sistema ferroviario (carga y pasajeros); recuperando 100% a YPF y sacándole a las multinacionales la explotación y el saqueo de todos nuestros recursos naturales. También hay qué por ponerles fuertes impuestos a los grandes empresarios y multinacionales, para así, con todos esos recursos, volcarlos a resolver las más urgentes necesidades populares, de salarios y jubilaciones dignas, trabajo genuino, salud, educación y vivienda para todas y todos. Este programa y la salida que postulamos a la falsa “libertad” del capitalismo explotador que embellece Milei, sólo podrá ser llevado adelante por un gobierno de las y los trabajadores y la izquierda, en el camino a una Argentina socialista.
Declaración de Izquierda Socialista/FIT Unidad 25 de enero 2023