En los laboratorios de la Fundación FAES, cuya cabeza visible sería el ínclito Aznar, se habrían cocinado las falsas informaciones y tergiversaciones contra Begoña Gómez y luego enviadas simultáneamente a toda la pléyade de web digitales derechistas surgidas exprofeso para defenestrar a Podemos.
Así, dichos medios digitales derechistas sirviéndose de la “espiral del silencio” de los medios de comunicación de masas, habrían conseguido su objetivo de transmitir a la opinión pública la idea de que «la honradez de la mujer del César estaría en entredicho».
Dicha teoría fue formulada por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann en su libro “La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social” (1977) y simbolizaría “la fórmula de solapamiento cognitivo que instaura la censura a través de una deliberada y sofocante acumulación de mensajes de un solo signo”, (Begoña Gómez está implicada en un caso de corrupción), con lo que se produciría un proceso en espiral o bucle de retroalimentación positiva.
A ello contribuye el encefalograma plano de la conciencia crítica de la sociedad actual favorecida por una práctica periodística peligrosamente mediatizada por la ausencia de la exégesis u objetividad en los artículos de opinión así como el finiquito del código deontológico periodístico, con lo que dichas web digitales se habrían transmutado en mera correa de transmisión de los postulados del establishment derechista y su labor se complementaria con la figura del sicofante o denunciador.
En la Antigua Atenas un sicofante o sicofanta era un denunciante profesional que cobraba del interesado por presentar la denuncia en su lugar. Eran conocidos y temidos por las personas honradas que siempre podían verse envueltas en una denuncia falsa y a pesar de las fuertes multas que recaían sobre los falsos delatores, los sicofantes llevaban a menudo carreras bastante lucrativas.
En el escenario político español habría descollado el seudo sindicato Manos Limpias en su papel de sicofante o denunciador, devenido en mero testaferro judicial de personas físicas o jurídicas que desean presentar una denuncia contra un tercero pero permanecen en el anonimato.
A pesar de que dicha querella no tendrá recorrido jurídico, se habría conseguido el objetivo pretendido por el anónimo pagador, pues «la honradez de la mujer del César habría quedado en entredicho», algo que sospechosamente coincidiría con la ofensiva mediática y parlamentaria del PP y Vox contra el Presidente Sánchez con el objetivo confeso de finiquitar sus días de vino y rosas en la Moncloa.
Germán Gorraiz López- Analista