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Artículo: Ángeles Sanmiguel

En el año dos mil cuatro Mariano Rajoy  acusaría a José Luis Rodriguez Zapatero de “arrastrar un fardo de pesimismo”. En los comicios estadounidenses Bill Clinton, candidato demócrata a la presidencia número cuarenta y dos de los Estados Unidos, repitió hasta la saciedad que era de “un pueblo llamado esperanza”,  mientras que el republicano Bob Dole proclamaba ser “el hombre más optimista de América”. El síndrome  de la frustración  y alienación se instala fácilmente cuando todo en derredor  no es gratificante y muchas sociedades son presa fácil de fantoches por tal motivo tan sólo hay que echar un vistazo al “akelarre nazi”, tal como se trasmite por redes sociales,que recientemente secelebró en Madrid.Salvapatriasdesequilibran la emocionalidad de las personas con promesas y revanchas, desatando malignos humores, todo por lograr un cacho de poder, sueldo y ventajas tales  como el volar en exclusivo Boeing 757 de sesenta y cinco millones de dólares para hacer bolos políticos dándose un baño de autobombo y vender libros, alojándose con toda la comitiva, incluyendo estilistas, en hoteles de cinco estrellas, utilizando resortes y cuerpos de seguridad y, todo eso ¿quién lo paga? El optimismo ficticio, ese que atrapa votos  deprimidos,  es engañoso y peligroso, producto de especialistas en imagen, algo muy fructífero enpersonajes extremos, pero cuando los pueblos notan que sus dirigentes realmente no los quierenla depresión convulsiona mientras la trama se llena los bolsillos. 

Discutir con el vecindario, soliviantarse en la consulta médica, amenazar al profesorado, batirte en duelo por lograr un puesto en la foto oficial, batallar, reñir, rivalizar, disputar y, “luego te metes en la cama con tu cara de vinagre”. La escritora y locutora de radio Ata Gomis, quinta esencia y coach por ósmosis del optimismo, en la presentación  de su último libro “No sabes nada de mí” volvió a demostrar que Sigmund Freud, el insigne y supersticioso médico neurólogo, era demasiado tajante  a la hora de  afirmar que las personas “están destinadas a frustrarse y a sufrir, o a frustrar y hacer sufrir a otros, por lo que la más modesta aspiración a la felicidad no es más que una irracional quimera infantil”. Pero, ¿cómo evadirse?  “La literatura está para pasarlo bien” asevera Carmen Álvarez responsable de la Biblioteca de la Dona en València donde se llevó a cabo  el evento.  “Si escribes, sé libre escribiendo” sugiere Gomis quien, tras cuatro años de trabajo,  confiesa que su libro “ha salido bastante animista”. Ante  el público expuso la gran pregunta, ¡esa pregunta!: “¿Quiénes somos realmente?”. ¿Acaso las super élites, -¡no el IVEX 35, no, no, esas no, más arriba! lo saben? Pues aun siendo así han clasificado a las poblaciones cocinando a medida depresiones a nivel de países enteros -en la agenda está el vaciar el planeta de todo, devastar-. ¿Existenantídotos para sobrellevar esos ataques? Gomisa nivel particular aconseja: “¡Pensad que sois más que Lola Flores (artista apodada Lola de España)!”. La estrategia consiste en dar imagen de confianza especialmente en momentos críticos, aunque ¡vaya tarea difícil! la de levantar el ánimo de seres idiotizados por  el consumo. “¡Estamos hipnotizados!”.

Deprimir  a la población esel fin y esel medio, Miguel de Unamuno escritor y filósofo español consciente del valor de los pensamientos, esos que ahora están albondigados por alteradores mediáticos, destacaría que “No suelen ser nuestra ideas las que nos hacen optimistas o pesimistas, sino que es nuestro optimismo o pesimismo (…) el que hace nuestra ideas”. ¿De ahí el implementar la fórmula tiránica de la depresión socio-económica-política-intelectual-sanitaria logrando que personas oprimidas, voten, aplaudan, vitoreen a crueles caporales capaces de sentenciar a muerte dolorosay solitaria a siete mil doscientas noventa y una personas mayores recluidas, abandonadas, en habitaciones de residencias?

“Los científicos de la mente del nuevo milenio no sólo se preocuparán por corregir lo peor de la condición humana, sino que también se dedicarán a identificar y promover lo mejor”, proclamaba  el profesor  Martín E.P. Seligman en el año dos mil. Pero, ¿qué es lo peor  del ser humano y lo mejor?  Científicos de la mente,¿es como decir Inteligencia Artificial?Manipular  mediante  el pesimismo esla furtiva táctica que cualquier maltrato esconde. Todo pueblo convulsionadobusca  desaforadamente  el optimismo para poder respirar y es entonces cuando se instalan espiritistas, estrambóticos médiums  y videntes económicos instigándole a la succión de cada gota de imbecilidad ultra política como si fuese néctar divino capaz de distraerle en su depresión.El ochenta por ciento de la población prefiere  a cualquier  aspirante optimista que venda humo y hasta incendios ala cruda realidad.De otro lado apuntar que la envidia no vendecuando se quiere presidir un país, envidiapor ni tan siquiera tener conocimientos de idiomas, envidia que genera la denominada “bilis negra” (temor, merma) cuando no la “bilis amarilla” (mal genio, amargura), teorizadas por el médico griego Hipócrates de Cos,y nada convenientes para actos de campaña electoral.

“Ahora mismo yo creo que estoy en una nave espacial” confiesa Gomisy ¿quién no?  Escapar de la realidad le ha sorbido el seso  a generaciones enteras, actualmente es la dimensión donde peligrosamente se apalanca la juventud. Si el escritor suizo Erich von Däniken, en los años sesenta del siglo veinte, escrutaba  en el pasado para acercarse al futuro,también el doctor y técnico espacial en el programa Apolo integrantedel equipo del exmilitar nazi e ingeniero aeroespacial Wernher  von Braun, Harry Ruppe,   “confirmó que algún día será efectivamente  posible la navegación interestelar”.

Harold Zullow psicólogo norteamericano “diseñó una técnica para calcular el nivel  de optimismo  de las personas analizando  literalmente el contenido de su lenguaje  hablado y escrito”, se lee en “La fuerza del optimismo”.Los poderes generan situaciones calamitosas, cuando no atroces,favorecedoras de la extinción en base a la denominada  desesperanza aprendida. ¿Pesimismo en la izquierda política española? se cuestionaba radiofónicamente. Clases  sociales media y baja  sufren más enfermedades psicóticas  tales como la depresión. Entornos rurales son bastiones antidepresivos por lo que  toca ¡vaciarlos, devastarlos! Cuando todo el país esté en manos especuladoras, ¿quién podrá  dormir  sin somníferos, quién no tendrá palpitaciones y trastornos digestivos? Plantas y árboles se deprimen bajo la soez destrucción  que promueve el ser humano. La sintomatología en animales deprimidos, comprobada científicamente,  es semejante a la  humana, crías de mono  sufren la separación materna y vuelven a deprimirse en la adultez si padecen otra separación.Natalia, una chimpancé confinada en el Bioparc de València, hace tres meses que no se desprende de su cría muerta. Los inteligentes y sensibles pulpos evitan lugares donde han sufrido, “No sé lo que sienten  los pulpos  en lo más profundo de su corazón, pero tampoco sé lo que siente realmente mi marido, si la felicidad le parece igual que a mí” declara la escritora y naturalistaSy Montgomery.  La desesperanza aprendida haceque toros y cualquier res que ha sido torturada  en brutales actividades como “bous al carrer”, toro embolado, “en corda”, “bous a la mar” y otros sadismos, les causen,  además de dolor, trastornos hasta el punto de suicidarse embistiendo el pilón de embolar o lanzándose por un barranco.

¿Por qué no celebrar los buenos momentos  que parecen insignificantes? El optimismo es noticiable sólo tiene que enfrentarse a rentabilidades subterráneas. “Cuando pones un poco de cariño todo se mueve”. ¿Dónde ese amor, esa filantropía sanadora y preventiva? Se glorifica la toxicidad a más no poder y “la tele te mete el rollo que le da la gana”. “¡Estamos aterrorizados!”, el estado perfecto para la manipulación. Solamente  las mentes y cuerpos jóvenes y quienes, dejando de lado la edad, también mantienen criterio, ética y empatía resuelven en la constancia: CGT(Confederación General del Trabajo) todos los lunes en València,iai@flautas, CNT (Confederación Nacional del Trabajo), Sillas contra el Hambre, también los lunes en la plaza del Ayuntamiento, Intersindical, Coespe y por supuesto el goteo constante presencial  de PensePensións Dignes  Sueca quien por voz de Pilar esgrime:  “Tenimclar  que si no lluitem no aconseguirem res, així que a lluitar! Tenimclar que morirem  con las botas puestas”. Desfallecer es dejar el campo libre. Gomis asegura que es  posible “modelar nuestra realidad” ya que “todo está por ahí y tú haces ¡pum! y lo bajas, no ir como un cabestro”. Stephen Hawking, físico teórico  afectado por esclerosis lateral amiotrófica, en dos mil cuatro, declararía que: “La vida  sería trágica si no fuese divertida, mis expectativas se redujeron  a cero a los veintiún años, desde entonces todo en mi vida han sido pluses”.

“Todo el mundo metemos la pata”  pero hay que aprender a “no culpabilizarte, tener buen trato  contigo”. “No se nos enseña a escucharnos”. “A los chicos no se les besa no se les abraza no vayan a hacerse mariquitas” comentabala psicoterapeuta  y pedagoga Fina Sanz Ramónen la alocución-presentación de su libro  “Escuchar, Acompañar, Bientratar” en la librería La Rossa (“libros en femenino”).El matemático, pacifista y Premio Nobel de Literatura Bertrand Russell en su juventud  se sentía desdichado -“no me suicidé porque deseaba saber más matemáticas”- , años después, en mil novecientos cincuenta, sentenciaría:

“Que la civilización pueda  sobrevivir o no, depende en verdad de nuestra manera de sentir. Es decir, depende de lo que queramos las personas”

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