Àngela Ballester “como hijos de una movilización similar, a favor de la sanidad, la educación y el desarrollo, nos preocupa lo que pasa en el Rif y la respuesta del gobierno marroquí».
La diputada del Grupo Confederal Unidos Podemos, En Comú Podem, En Marea, ha trasladado al Secretario de Estado para Asuntos Exteriores, la necesidad de construir la paz con políticas que afronten desde la raíz los conflictos del Magreb y el Sahel.
La vocal en la Comisión de Exteriores del Congreso, Àngela Ballester, ha instado al secretario de estado a “combatir de manera eficaz, justa e integral el terrorismo y hacer frente a la grave situación de crisis políticas, humanitarias y en materia de seguridad que atraviesan el las áreas geográficas del Magreb y el Sahel”. Ha defendido la apuesta de su grupo parlamentario “por una política de seguridad preventiva y construcción de paz que vaya a la raíz de los conflictos». Una apuesta -que ha explicado- incluye una serie de actuaciones como es cortar las vías de financiación y abastecimiento logístico de los grupos terroristas que operan en la región, neutralizar las redes de captación y adoctrinamiento, la lucha contra la desigualdad y la puesta en marcha de medidas económicas y de protección social que no dejen a nadie fuera, apoyar a las fuerzas democráticas en el mundo árabe, reforzar a la sociedad civil, proteger a las personas refugiadas y acabar con las mafias que trafican con personas.
Ballester ha advertido que “el Gobierno del Partido Popular mantiene una política conservadora respecto al Magreb, una política basada sobre todo en no contrariar al Reino de Marruecos, país con el que compartimos fronteras y en el que se han externalizado los controles migratorios, una práctica luego copiada lamentablemente por la Unión Europea en Libia y Turquía. Una política que no es lo suficientemente proactiva para resolver el conflicto del Sahara Occidental”
En el análisis sobre la situación de la zona, se ha referido al Sahara Occidental y ha lamentado que “se trata de una cuestión que ha quedado relegada a un incómodo segundo plano, aprovechando que en los últimos años Argelia ha estado más centrada en asuntos internos que en su política de apoyo al Sahara Occidental y enfrentamiento con Marruecos, que dada la importancia del gas argelino, motivó otras posturas años atrás”.
Con respecto a Túnez ha expresado preocupación “dado el deterioro de la situación del país ante el creciente debilitamiento desde las estructuras del poder de las organizaciones que propiciaron la revuelta que acabó con el régimen dictatorial”. Una preocupación, que se extiende a otros países como Libia “ por la violación de los derechos nacionales y humanos del pueblo libio, víctima de la pobreza, el caos y la guerra civil desde que en 2011 la comunidad internacional contribuyera militarmente a derrocar el régimen dictatorial de Muamar Gadafi”.