Inminentemente tendrá repercusión en Alicante la entrada en vigor del decreto ley del Consell de la Generalitat Valenciana que elimina la normativa que impedía la apertura de gasolineras low cost sin personal, también conocidas como gasolineras desatendidas o fantasmas, que operan de forma totalmente automatizada.
El buen precio que ofertan en el combustible es solo posible porque tienen un bajo coste de construcción de la instalación (no cuentan con tienda, ni aseo, ni zona de descanso, ni servicios de agua y/o aire) y unos gastos fijos pequeños, siendo el principal de estos los reducidos costes laborales. La consecuencia de la ausencia de personal no es sólo la pérdida de calidad del servicio y la imposibilidad de atención personalizada, sino que también discriminan a las personas discapacitadas o que necesitan ayuda para repostar e incrementan la inseguridad al ser la gasolina un producto altamente peligroso. Pero sobre todo, al proporcionar altos márgenes de beneficios, ejercen una competencia desleal que incita a las gasolineras clásicas a reconvertirse suprimiendo puestos de trabajo.
Supone un despropósito que una Comunidad con una tasa de desempleo del 17% (el 40% en el caso de los menores de 25 años) implante una norma que incentiva la destrucción del empleo y la precariedad laboral, pero lo es todavía más que la promotora de la media sea la Conselleria de Economía Sostenible, detentada por Compromís, partido que, de este modo, contradice su propio programa de gobierno, abandonando de nuevo un sector comercial a la lógica de la obtención salvaje de beneficios.
Al ser la Valenciana la primera Autonomía en dar este paso, la nueva norma convierte a nuestra Comunidad, y muy especialmente a Alicante por su peso turístico, en un laboratorio legislativo para ensayar la viabilidad de la media y exportarla a otras regiones y a todo el estado. En la Comunidad Valenciana, donde había el año pasado 1100 gasolineras (442 en Alicante), se han creado en los últimos meses 270 nuevos establecimientos fantasmas, adelantándose a la derogación ahora promulgada. Con la nueva situación de vía libre, se espera la apertura de centenares de gasolineras desatendidas, cada una de las cuales destruirá seis puestos de trabajo por término medio.
Podemos Alicante hace un llamamiento a los consumidores locales y a los turistas que nos visitan para que salgan en defensa de la economía del bien común que sostiene el empleo y eviten repostar en surtidores totalmente automatizados que lo destruyen.