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Los colectivos integrados en la Plataforma Residuo Cero de la Vega Baja y pertenecientes al
Consejo de Participación Ciudadana del Consorcio Vega Baja Sostenible han presentado
alegaciones al Plan Director de Gestión de los Biorresiduos promovido por el Consorcio.
Defienden la construcción de más de una decena de pequeñas plantas de compostaje,
asegurando la recogida separada de los biorresiduos a través del sistema puerta a puerta.
El Plan Director establece el sistema puerta a puerta de recogida de los biorresiduos tan solo para
los municipios de menos de 5.000 hab (con un total de 26.860 hab en 10 municipios de los 27) y un
sistema mixto con contenedores de acceso restringido para los municipios entre 5.000 y 10.000
hab, excepto Bigastro (contenedores) y Dolores (puerta a puerta), que ya han decidido el sistema
de recogida. El sistema puerta a puerta, por el que abogan los alegantes, es el sistema más
eficiente que permite una mayor cantidad de recogida separada de biorresiduos y una presencia
de impropios menor. Los impropios son residuos como plásticos, papel o metal, que no permiten
conseguir un compost de calidad que cumpla con los estándares europeos.
Si la recogida de los biorresiduos contiene muchos impropios es necesario someter a un
pretratamiento a esos residuos, que hace que las plantas de tratamiento sean más complejas y
costosas económicamente. Una recogida eficiente puede asegurar un nivel de impropios inferior al
5 %, que aseguraría la fabricación de un compost de calidad.
Por otra parte en las alegaciones se muestra el rechazo a la subdivisión de la comarca en tres
grandes subzonas (oeste en Orihuela, sur con Torrevieja-Orihuela Costa-Pilar y norte con Dolores
como centro geográfico) en donde se ubicarían sendas plantas de compostaje (en dos de ellas) y
una de digestión anaerobia al sur, con capacidades alrededor de 10.000 toneladas anuales. Esas
plantas serían demasiado grandes y por contra en las alegaciones se propone la construcción de
más de una decena de pequeñas plantas exclusivamente de compostaje con capacidades entre
2.500-3.000 toneladas, que en algunos casos acogerían los residuos de varios municipios
limítrofes, pero evitando el traslado de los biorresiduos a decenas de km (30 minutos como
máximo de transporte en el Plan Director). Esas plantas podrían acoger residuos agrícolas, que
aseguraría por tanto el aporte de material estructurante necesario para la elaboración del
compost.
El compostaje tiene un mejor comportamiento en las emisiones de gases de efecto invernadero y
en la huella de carbono, así como en la generación de compost como fertilizante agrícola que la
digestión anaerobia, más orientada a la generación de energía tras la quema del biogás generado.
El Plan Director hace caso omiso del Plan Integral de Residuos de la Comunitat Valenciana de 2019
que establece que las plantas de tratamiento de biorresiduos deben ser plantas de compostaje y
ubicarse en suelos no urbanizables, “no siendo obligatorio los cerramientos laterales superfluos”.
Por otra parte en las alegaciones se exige el sometimiento del Plan Director a una evaluación
ambiental estratégica de planes y programas, con un estudio de alternativas y de impactos de cada
una de ellas, para elegir la alternativa con menores impactos ambientales y sociales.

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