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Ayer el activista por la liberación animal, Diego Nevado Martínez, acudió a la granja avícola situada en Picassent para intentar documentar al menos, los sonidos en la nave de los animales que allí se encuentran. Durante dicho momento, se graban los sonidos de varios animales, se toma imágenes de la gran amplitud de la granja dónde podria haber miles de animales y se encuentra cerca del lugar, una pintada antigua en la que pone: «ANIMAL LIBERATION», «GO VEGAN». En imágenes publicadas por la propia granja, se observa animales hacinados que son pollitos. El destino de esos animales puede ser triturarlos vivos o dejarlos afixiarse agonizando en una bolsa de basura como ocurre en la industria del huevo nada más nacer, o en el caso de la carne, se les manipula genéticamente para engordarlos rápido y mandarlos al matadero con 40 días de vida, es decir, siendo unos simples bebés.
Según nos explican: «Esto se hace siempre en los lugares más apartados posibles para que la gente evite darse cuenta de que se está financiando a una industria tremendamente cruel que cría animales para hacerles vivir un infierno y matarlos con poco tiempo de vida. Si no existieran, tampoco habría hambre especialmente en niños del tercer mundo puesto que gastan una barbaridad de recursos para cebar a los animales que traen mediante inseminaciones por la fuerza y aún encima, industrias que perjudican nuestra salud y de las que más impacto medioambiental tienen» explica Diego.Actualmente, ha crecido notablemente la cantidad de personas veganas y cada vez, más personas buscan otro tipo de productos y más empresas sacan alternativas incluso muchas veces, con mismo sabor para facilitar el cambio. En la industria del huevo mueren los pollitos machos nada más nacer por no ser útiles, pero también las gallinas se envían al matadero cuando no producen tanto tras toda una vida de hacinamiento y esclavitud. En un comunicado explican que había varias naves por lo que es posible, que haya tanto pollos como gallinas en las instalaciones para simplemente, dedicar sus vidas a servir al ser humano.»Tenemos una responsabilidad individual de acabar con tanto sufrimiento para los animales y las personas, una vida compasiva es posible». Zanja Diego, activista y vegano desde hace varios años.

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