La lucha de las mujeres por decidir sobre sus cuerpos tiene que seguirse dando en las calles.
En un contexto en el que la crisis capitalista y patriarcal condena a cada vez más personas a la pobreza y violencia por los planes de ajuste de los gobiernos y los organismos imperialistas como el FMI, este 28 de septiembre las mujeres nos organizamos y movilizamos para defender nuestros derechos.
Desde el triunfo histórico de las compañeras de Argentina que consiguieron la legalización de aborto en 2020, la marea verde sigue recorriendo América Latina. Recientemente en México se ha logrado la despenalización del aborto en todo el país, propiciando que en las dependencias públicas se brinde este servicio. El año pasado fue Colombia quien también logró este derecho. Sin embargo, aún falta mucho para lograr que el derecho a decidir sobre sus cuerpos se respete de manera plena para todas las mujeres.
Según la Organización Mundial de la Salud al año se realizan 25 millones de abortos inseguros, de los cuales 39 mil mujeres mueren y millones son hospitalizadas por complicaciones. La mayor parte de estas muertes se concentran en países pobres de África (60%) y de Asia (30%). El aborto sigue siendo un problema de salud pública que refleja la desigualdad social en la mayoría de los países, en donde las mujeres más pobres son las más vulnerables a morir por abortos inseguros o a ser criminalizadas.
Si bien hay logros por parte del movimiento, es constante la amenaza de que estos sean arrebatados, ya que hay una reacción de las Iglesias, las instituciones religiosas y sectores antiderechos. Gobiernos y candidatos de derecha constantemente señalan su oposición a los derechos de las mujeres y de la comunidad LGBTTIQ+, como sucedió en Estados Unidos cuando la Suprema Corte anuló el caso Roe contra Wade, que a su vez significó la anulación del derecho constitucional al aborto, el cual llevaba más de 50 años, ahora este derecho lo determinan los Estados, pero actualmente en ocho de ellos está prohibido. Esto coloca a Estados Unidos en sentido contrario a los logros alcanzados en otros países con el movimiento de la marea verde, cuando llegó a ser uno de los que estaban a la vanguardia de tener este derecho.
En Argentina, Javier Milei, candidato de la ultraderecha preferente en las próximas elecciones presidenciales, amenaza con echar abajo la legalización de aborto.
En la mayoría de los países de América Latina el aborto está penalizado o tiene restricciones, hay países en los que está completamente prohibido como en República Dominicana, Nicaragua, Haití y El Salvador. Incluso los gobiernos “progresistas” o del doble discurso, como el del presidente Lula en Brasil quien cambió su postura a favor del aborto para no perder el apoyo de los sectores religiosos.
Similar ocurre en Venezuela, donde se fortalecen vínculos institucionales entre Estado y las iglesias, lo que ha significado un brutal retroceso en las mesas de diálogo por la despenalización del aborto que se habían alcanzado con la fuerza de la movilización. Y en Turquía, aunque el aborto es legal, de hecho, hay muchos obstáculos en los hospitales públicos.
En la práctica, muchas mujeres no pueden acceder fácilmente al derecho al aborto gratuito y seguro.
No podemos confiar en que los gobiernos respetarán lo que hemos logrado con la lucha. Incluso en los países en los que se ha despenalizado el aborto, no se han destinado los recursos necesarios para que se brinden servicios universales y dignos a las mujeres y personas con capacidad de gestar, sigue siendo discriminatorio, ya que se ha permitido el lucro de este servicio a través de clínicas privadas a las que solo tienen acceso quien pueda pagarlas, descuidando el servicio público.
En el Estado Español, las últimas estadísticas evidenciaban que, a pesar de más de 10 años desde la legalización del aborto, 11 provincias no habían registrado ningún caso, vulnerando derechos y provocando el desplazamiento de mujeres y personas gestantes. Y se estima que, aproximadamente, tan solo el 15% de los abortos se realizan en la sanidad pública. Es necesario exigir a todos los gobiernos que legalicen el aborto, garantizándolo de manera gratuita, segura y universal en las clínicas y hospitales, así como proporcionar anticonceptivos gratuitos para prevenirlo, pero para ello se requiere que destinen presupuestos que fortalezca a los sistemas de salud públicos, en vez seguir destinando el pago de las deudas externas a los organismos como el FMI.
El derecho a decidir de las mujeres y de las personas con capacidad de gestar sobre su cuerpo, sexualidad y vida implica que se brinde una educación sexual integral en todos los niveles educativos sin prejuicios sexistas.
También es necesario demandar que se detenga la criminalización y se liberen a todas las mujeres presas por abortar, así como que se detenga la violencia obstétrica que estigmatiza a quienes deciden abortar.
Luchamos por maternidades libres y elegidas, que no haya niñas que sean obligadas a ser madres. Para que haya maternidades plenas, exigimos a los Estados que se reconozca el trabajo reproductivo, destinando recursos para la instalación de comedores y guarderías públicas. Que las madres trabajadoras cuenten con salarios y prestaciones laborales dignas.
En esta jornada del 28 de septiembre, Día Internacional por la Legalización del Aborto, la Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI), levantamos estas exigencias, pero somos conscientes que no serán plenamente cumplidas en este sistema capitalista y patriarcal. A la dominación burguesa y sus gobiernos, les ha convenido que las mujeres sigamos confinadas en el trabajo reproductivo, y que se nos oprima con el mandato patriarcal de ser madres sin importar nuestra decisión, de esa manera tiene condiciones para imponernos una mayor explotación.
Por eso, consideramos que se requiere que la clase trabajadora sea la que gobierne, para que establezca servicios sanitarios y educativos públicos dignos para que todas las mujeres y personas podamos ejercer nuestra sexualidad y decidir sobre nuestro cuerpo de manera libre y plena.
¡Legalización del aborto seguro y gratuito en el mundo!
¡Ni una muerte más por abortos clandestinos!
¡Libertad a todas las presas por abortar!
¡Anticonceptivos para no abortar!
¡Educación Sexual para decidir!
¡Por maternidades libres y elegidas!
¡Por mayores presupuestos a la salud y educación!
¡Iglesias-las instituciones religiosas y Estado asuntos separados!
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI) Septiembre de 2023