“Yo tenía un abuelo al que no conocí, ese abuelo era de izquierdas”. A partir de ahí “se empezó a enredar la madeja” desembocando en la primera novela del periodista asturiano Antonio M. Sánchez titulada “El veneno de la anfisbena” –serpe bicéfala mitológica cuyas dos bocas buscan “corazones calientes donde inocular su veneno letal”-. En la remembranza del ascendente el autor desempolva hechos pretéritos como el del seis de septiembre de mil novecientos setenta y dos -tres años antes de la muerte del dictador-, “cuando el mismísimo Franco llegó al pueblo (Lluarca) desde A Veiga para inaugurar el último tramo de un ferrocarril” -convoy concebido a finales del siglo diecinueve, perteneciente a la compañía pública FEVE (Ferrocarriles de Vía Estrecha), vertebrador de las diferentes cuencas mineras e impulsador dela economía-. Décadas después, proyectada la implementación de la alta velocidad, florecería el trasiego inmobiliario especulativo para ganancia de caciques económicos ganando la partida el cemento y asfalto en el “denominado Cinturón Verde de Oviedo”. No más servicio de conectividad entre pequeñas localidades. Sí a jugosas comisiones. No al mantenimiento sin rédito de primigenias instalaciones ferroviarias. Sí al despilfarro. No a la tutela del medioambiente. Sí a lobbies con planes megalómanos. ¿Metro tren resolviendo la movilidad cotidiana? Actualmente la industria turística le ha echado el ojo al proverbial ferrocarril asturiano rescatando recorridos añejos trocándolo en inversión.
Aquél seis de septiembre de mil novecientos setenta y dos “acompañaban al dictador, la Collares (su mujer); el ministro de Obras Públicas, Gonzalo Fernández de la Mora” (cofundador del partido político Alianza Popular, a día de hoy travestido como Partido Popular). En la trasnochada comitiva no podía faltar “Juan Castañón de Mena, ministro del Ejército y antiguo enlace entre Franco y el príncipe Juan Carlos (actualmente, ¿rey?¿emérito?¡a la fuga!), y su paisano Torcuato Fernández Miranda, secretario general del Movimiento” (asturiano que discurrió el “procedimiento de urgencia” –tendencia indeleble-,el método estupendo para que una ley esquive “el pantano de las Comisiones” recalando ipso facto en el pleno de las Cortes-según relata otro asturiano, Gregorio Morán, ex redactor de Diario 16-). Fernández Miranda -escribe Sánchez-, por aquél entonces era “vicepresidente del Gobierno con Carrero Blanco, presidente de quita y pon, (…) duque fallecido en Londres a causa de un vulgar ataque cardíaco”.
“Me gustan las palabras” confiesa el literato, “los adjetivos dan olores y sabores, el problema que tenemos es que tenemos un vocabulario muy corto; Asturias fue una región lectora, un lugar donde siempre hubo lectores y de alguna manera me habrá influido”. Sánchez en la Casa de Asturias de València, un chalet con dos plantas en pleno núcleo urbano de la ciudad declaraba: “Ahora tengo mucho más respeto por los escritores que antes, me gusta la literatura que sea más literatura, no me gusta la narrativa que llamo de papel de lija”. En su discurso ante un público mayoritariamente asturiano urbanitase lamentaría con la natural amabilidad astur de “no ser más divertido y contar más cosas”, aseverando que el “asturiano es un idioma que muere porque lo matan”. Estudios sociolingüísticos cifran en un veinticinco por ciento la población del Principado con “capacidad de comunicarse plenamente en asturiano”, actualmente existe la plataforma denominada Iniciativa Pol Asturianu para su reivindicación, –apuntar que durante el franquismo a dicha lengua se la calificó de “dialecto histórico” siendo incluso perseguida-. “L´asturianullingua oficial ¡agora!”.Desde Albert Camus a Franz Kafka reconocidas referencias de la literatura internacional han sido traducidas al asturiano aunque sólo el diez por ciento del millón diez mil y pico de la población lo transmite.
Fernando Alonso automovilista bicampeón mundial de Fórmula 1, “Quini” histórico futbolista goleador, Carlota Galán matriarca empresaria, una de las cien personas más ricas de España, la poetisa contemporánea María Josefa Canellada, miembro de la Academia de la Lengua Asturiana y de la RAE (Real Academia Española), los famosos cantantes Melendi y el mierense Víctor Manuel (en noviembre de mil novecientos setenta y cinco, a pocos días de la muerte de Franco, se suspendieron sus dos recitales por orden de “la autoridad gubernativa”), estos son algunos de los nombres que forman parte del ramillete asturiano de notables contemporáneos.
En el denominado caso “Las 6 de La Suiza” de Xixón, ytras agotar la vía nacional, el sindicato CNT (Confederación Nacional del Trabajo) acude al Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo para solicitar la suspensión de una pena -por obstrucción a la Justicia y coacciones- tras la judicialización con querencias subyacentes anhelantes de “un castigo ejemplarizante para todo el sindicalismo y toda la sociedad”. -“Facer sindicalismununye delitu”-.Fernando León de Aranoa, director de cine y guionista, se inspiraría en el cierre del astillero centenario Naval Gijón en el año dos mil nueve para su película Los lunes al sol. ¿Dársenas y diques para componendas urbanísticas? ¿Intereses especulativos e insolidaridad como mejunje para lograr cerrojazos a medida?
Sánchez, “mano derecha” de Ramón Ferrando en el suplemento de cultura y ocio La Cartelera delLevante EMV y posterior director de dicha publicación tras el fallecimiento de Ferrando, se trasladaría a València desde su natal Lluarca (Asturias)-“Lluarca es un concierto de gaviotas, las gaviotas son muy suyas”-. De pequeño ya “cortaba folios en cuatro trozos y allí escribía historias”, ahora, en su primera novela de doscientas setenta y siete páginas y tras “un año y algo” de trabajo, homenajea a Asturias y “a la cultura asturiana” trufando el relato con fragmentos en asturianu y mucho protagonismo del escenario físico, “sin ser postales”. “Anímico y físico forman parte de lo mismo, por eso tienen importancia los paisajes”.
Uviéu: Oviedo. Chufines: delfines. Carbayón: roble y gentilicio de Oviedo. Afogaos: ahogados. Tortos: pasta hecha, generalmente, con pasta de maíz. Ouca: sargazo. ¡Coime!: interjección de enfado o sorpresa. Casoriu: boda. ALSA (acrónimo de Automóviles Luarca, S.A. empresa fundada en el Principado de Asturias en mil novecientos veintitrés, cuyo apodo popular era el de “Automóviles Ladrones Sacan cuartos A montones” –se lee en la novela-.
Por mediación de Elsa, protagonista de la narración y militante del nacionalismo asturiano de extrema izquierda, se conocen atrocidades perpetradas en las dependencias de “un recinto religioso, el convento ovetense de las Adoratrices” puestas “a disposición de Lisardo Doval, el tigre que ya había demostrado su calaña en Xixón”. –El comandante Doval sería nombrado jefe de las fuerzas de la Benemérita, Asalto, Seguridad, Investigación y Vigilancia en las provincias de Oviedo y León ejecutando una espeluznante represión tras derrotar la revuelta obrera de mil novecientos treinta y cuatro en Asturias y León,(“Una infamia”, “Se han cometido muchas bestialidades”)-. “¡Denle fuerte y en el pecho, que estos canallas saben morir por el ideal” gritaría el militar en el denominado Colegio Cristiano de Mieres donde torturaba, entre otras personas, al abuelo de la protagonista. Verdugos que asesinan sin temblarles el pulso son idóneos para hacer negocio con la muerte y en tragedias. “¡Mazón dimisión!” (València, Dana 2024). “7291. No. No se iban a morir igual” (Madrid, pandemia 2020).En el capítulo veinticuatro –Cuestión de conciencia– Sánchez, relatando el interrogatorio a un confidente policial, escribe: “-¡Me cago en todo!” (…) los del Comité D´Aiciónpola Independencia (Comité de Acción por la Independencia) (…) esos son mucho más peligrosos que los otros, los muy hijos de puta. Así que ya te estás poniendo las pilas”.
La trama también cita el verídico “atraco de la ETA (PM) al banco asturiano (Banco Herrero) –en 1979-”. Haciendo memoria al respecto el novelista particulariza que “había muchos controles de policía”. “Me metieron una metralleta por la ventanilla (del coche)”.“La policía estaba hasta en los árboles”. En aquél momento el Banco Herrero atesoraba las nóminas de HUNOSA (Hulleras del Norte, Sociedad Anónima). “Hubo un muerto”.
El argumento liga el “Oviedo de la Transición, y la Lluarca actual” hilándolos alas vicisitudes de amor y desamor de un matrimonio sexagenario como eje central. “Esa relación es muchas veces venenosa”. “A veces te levantas de la cama con alguien al lado y en realidad no la conoces”. ¿Parejas en busca de la felicidad? Luis Rojas Marcos, psiquiatra sevillano, sublima la realidad de las uniones en su libro La pareja rota con la dedicatoria: “A los hombres y mujeres que se arriesgan y tienen el valor de desafiar el miedo, el cinismo, la desesperanza, la apatía, el peligro y el dolor que se interponen en la búsqueda de una unión feliz, después del fracaso de su primer intento”. Elsa, la citada protagonista, llegado un crucial momento de la historia donde la inconexión en la pareja es patente, le espeta a su cónyuge Fernando: “-¡por María santísima, que eres tan corto que siempre hay que dártelo todo masticado!” .Este, por su parte, en pleno apocalipsis marital, tan sólo “quiere saber si de verdad hay algo más allá de esta mierda”. Para Sánchez “hombre y mujer no son tan diferentes, la mujer es más sincera, más directa, dada a compartir, las mujeres que hasta ahora han leído la novela no me han dicho que esa mujer (Elsa) no es real”.
La novela del asturiano Antonio M. Sánchez indefectiblemente es un homenaje a “Asturias, el país por el que jamás termina la nostalgia”. Asturias, el país polqu´enxamásnun fina la señardá.