Podemos ha presentado una proposición no de ley en Las Cortes Valencianas sobre el barrio de San Antón.
Desde el Círculo del barrio lamentan que los vecinos y vecinas sufran un nivel de estrés y angustia elevado por la falta de información por parte del Ayuntamiento de Elche.
El barrio de San Antón de Elche construido en los años 50 del siglo pasado consta de unas mil viviendas repartidas en 15 bloques de edificios. Es un barrio emblemático del municipio en el que los vecinos y vecinas habían disfrutado de una calidad de convivencia muy alta hasta que a principios de este siglo comenzó un proceso de degradación y abandono del mismo por parte del Ayuntamiento.
En poco tiempo eliminaron la parada de bus que atravesaba el barrio, quitaron el mercadillo ambulante, derribaron el centro social que solamente tenía 16 años de antigüedad dejando a sus gentes sin lugar de encuentro y se cerró el C.P. Carlos III.
Lo que comenzó con una aparente buena intención de mejorar el barrio con la rehabilitación de uno de los bloques, acabó con una obra fuera de control, sin medios ni materiales y con unos gastos y sobrecostes disparatados, lo que condujo a la idea de derribar todos los bloques sustituyéndolos por otros de nueva construcción amparándose en un informe técnico de “ruina económica” de todos los edificios del barrio.
En 2005 se instaló la primera oficina de proximidad en el barrio de San Antón para que el vecindario recibiera información sobre los planes del entonces Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA). Unas campañas de información no exentas de polémica por el sesgo evidente y por irregularidades en la contratación del personal.
La realidad palpable hoy en día en el barrio de San Antón, doce años después, es una comunidad de vecinos y vecinas hastiadas por las promesas recurrentes de las diferentes administraciones mientras veían cómo su barrio se iba degradando y sus condiciones de vida deteriorando.
Las posibilidades de resolver los graves problemas de deterioro de sus viviendas y los espacios comunes se siguen cerrando, por una apuesta difícil de explicar por la construcción de vivienda nueva cuando los costes de rehabilitación son mucho menores según expertos consultados. La evolución del urbanismo hacia su conversión en una herramienta al servicio de la especulación se contradice con lo que debieran ser los principios básicos para un urbanismo responsable y sostenible. Se elige derribar las que han sido las viviendas de ilicitanas de varias generaciones, acostumbradas a la calidez y los ritmos de su entorno barrial. La adquisición de una nueva vivienda en los edificios que se planean en la actualidad es también una utopía para muchas vecinas, por la extracción humilde de la mayoría contundente de las familias y por la inconcreción de las ayudas que no llegan.
Por todo esto Podemos insta al Consell a:
- Asegurar mecanismos para priorizar la adquisición de viviendas en los nuevos edificios ejecutados a familias residentes en el barrio, evitando el acceso preferente a personas con escasa implantación en el mismo.
- Ofrecer un listado de las personas físicas con derecho a adquisición de nuevas viviendas, con los límites que establezca la legislación en materia de protección de datos, como garantía de que no se incurre en los siguientes supuestos: personas con derecho a adquisición de más de una vivienda o personas con derecho a adquisición de una vivienda no residentes en el barrio.
- En caso de no poder obtener garantías para el cumplimiento de lo establecido en los puntos anteriores, retirar la financiación de la Generalitat valenciana para las siguientes fases del proyecto y en los siguientes ejercicios presupuestarios, incluso si ello implica riesgos para la continuidad del mismo.
- Establecer ayudas a la adquisición de vivienda para las familias con derecho de acceso a los nuevos inmuebles que se encuentren en situación de no poder afrontar la compra en las condiciones iniciales. Estas ayudas deberán concretarse económicamente y temporalmente, ya que en la actualidad se ofrecen con carácter orientativo y sin calendarización.
- Establecer un calendario de reuniones con la totalidad del vecindario, con garantías de publicidad suficiente y de libre concurrencia, para elegir de manera participada las mejores soluciones para la viabilidad del barrio antes de reemprender las actuaciones para las siguientes fases. Estas reuniones deberán contar con opiniones de personas expertas independientes y diversas acerca de cuáles serían las diferentes opciones: rehabilitación o nuevas construcciones.
- Establecer ayudas finalistas para la rehabilitación de las viviendas actuales en el barrio de San Antón, ya que sea cual sea la decisión mancomunada que se tome para el barrio, el ritmo de las actuaciones hace necesario intervenir ya en algunos edificios.
- Dar cuenta a estas Corts Valencianes de los trabajos por conseguir indicados en los puntos anteriores en el plazo máximo de dos meses.