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El tripartito tiene el arte de buscar problemas donde no los hay, generar conflicto y dividir a la sociedad. La ley de comarcalización es uno de esos problemas artificiales de quienes gobiernan a favor de sus intereses partidistas y no a favor de los ciudadanos.

Ya advirtió antes de verano la portavoz del Partido Popular en la Diputación de Valencia, Mari Carmen Contelles, que el objetivo del tripartito era el de “desmantelar la Diputación y crear treinta chiringuitos”, así lo creo yo también. La intención de Compromís de dividir Castellón, Valencia y Alicante en pequeños reinos de taifas tiene un objetivo inicial de desmenuzar el territorio, de manera que les sea más fácil poder controlarlo, colocar a amigos, controlar la cultura y las subvenciones. En definitiva, transformar la Comunidad Valenciana, que pierda su identidad y encaminarla a su objetivo final que no es otro que el de separarla de España y anexionarla a los imaginarios Países Catalanes, una vez más, la misma hoja de ruta que el separatismo catalán.

Pero ese arte de generar problema y conflicto donde no lo hay que decía al principio, afecta y de qué manera a la comarca de l’Horta Sud, a la que en la primera propuesta de Compromís pretendía dividir en dos, Sud y Oest, tomando de partida el documento del PSPV de 1988. De salir adelante esa propuesta, Torrent que es la capital de l’Horta Sud dejaría de serlo y pertenecería a otra comarca. ¿Seguiría siendo Torrent la sede de la Mancomunitat de l’Horta Sud perteneciendo a otra comarca?, y otra pregunta que me hago es, si tendrían que desaparecer o dividirse en dos, todas las asociaciones empresariales y culturales que están asentadas en esta comarca.

Esta ley no solucionará ningún problema, sino que los va a generar más, creará más gasto sobre dimensionando la administración y que al final pagarán todos los ciudadanos de su bolsillo. La comarcalización por ley y metida con calzador no va a solucionar los problemas de comunicación entre municipios, ni va a facilitar la vida a los vecinos de nuestros municipios, pero sí va a incrementar el gasto para mantener a cada rey de taifa y su corte. Hay quien considera que las diputaciones sobran y el tripartito nos propone multiplicarlas.

Apelo al sentido común de nuestros gobernantes, al sentido del deber del Partido Socialista, si todavía queda alguien que lo tenga, que se dedique a administrar la Diputación de Valencia, como el Ayuntamiento de todos que es, que la gestionen bien en los menos de dos años que restan de legislatura. Si ellos no creen en la administración que están gestionando, Mari Carmen Contelles sí que cree en la Diputación y en los beneficios que repercuten en todos los municipios de la Provincia de Valencia, sobre todo en los más pequeños, pero también en los grandes gracias a los convenios singulares, porque en política se está para servir y para solucionar problemas, no para crearlos artificialmente.

Ya sabemos lo que les ocurrió a las taifas en los siglos XI y XIII, no cometamos los mismos errores.

Amparo Folgado

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