Este Domingo 30 ha sido la última jornada de la iniciativa Caravana Europea 2020 organizada
por la red de colectivas y plataformas que conforman la red estatal Caravana Abriendo
Fronteras. Esta red se originó en 2016 con un viaje a Grecia en donde casi 300 activas tas de
todo el estado español viajaron para denunciar el cierre de fronteras y la vulneración de
derechos por parte de la UE. La situación de pandemia actual ha impedido viajar a la frontera
de los Balcanes para denunciar la violencia de esta frontera con las personas migrantes y
refugiadas, pero la necesidad de continuar el trabajo en red de lucha ha hecho replantearse el
formato. La caravana se ha desarrollado de manera simultánea en tres espacios diferentes
(Bilbao, València y diversas ciudades italianas).
Han sido 4 días intensos en lo que se han desarrollado todo tipo de actividades de reflexión y
denuncia en torno a 4 ejes: Fronteras y desapariciones , Puertos de Solidaridad y Puertos de
guerra, Explotación laboral en el ámbito rural y doméstico y Derechos Humanos.
Tal y como denuncia el manifiesto, este 2020 se han cerrado los puertos, se ha suspendido el
derecho de asilo en Grecia y Hungría, se ha producido un silencio mortal sobre las personas
refugiadas en las fronteras exteriores, sobre las personas en tránsito entre fronteras internas,
las y los invisibles que habitan en nuestras ciudades, en los CIES/CPR, en los CETI, en los
campos de detención y en los campos de concentración libios. A través de las pantallas hemos
observado con inquietud la militarización de la vida política y cotidiana, el autoritarismo y la
violencia racista policial. Pero también hemos observado con esperanza, y nos hemos
involucrado con emoción, en multitud de iniciativas solidarias de resistencia comunitaria,
muchas de ellas lideradas por colectivas de personas racializadas, comunidades africanas y de
afrodescendientes, como las campañas #RegularizaciónYa en el estado español,
#SanatoriaSubito en Italia y las movilizaciones mundiales contra el racismo y la violencia
policial.
Caravana Europea 2020 ha querido visibilizar estas situaciones y estas resistencias, pero en
territorio propio, señalando las fronteras que tenemos más cerca: La frontera del racismo
institucional que se concreta en los CIEs, en la ley de extranjería, en la situación de muchas
profesionales del hogar o personas jornaleras del campo. La frontera física del mar
Mediterráneo que es el verdugo de las políticas migratorias criminales. La frontera del miedo
que nos vuelve racistas. La frontera de la indiferencia, que consigue que miremos hacia otro
lado ante el negocio de las armas y la militarización de las fronteras. «Viaja con más libertad
una bomba que una persona» afirmaba Jordi Calvo del Centro Delàs, uno de los ponentes de la
Caravana en Burriana, València.
Y ,señalando las luchas, nos hemos unido a la voz de las compañeras de #regularizacionYa,
hemos compartido mesa y charla con iniciativas vecinales de convivencia como Orriols Convive
en la ciudad de València y hemos, un año más, tejido redes violetas, solidarias y de apoyo con
las colectivas y organizaciones estatales e internacionales, además de fortalecer las redes
locales.
Sin duda ha merecido la pena. A pesar de las circunstancias, hemos sabido estar en nuestro
sitio.
Respetando la distancia de seguridad, pero acuerpándonos.
Lavándonos las manos, pero posicionándonos.
Con la mascarilla, PERO SIN CALLAR