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Falleció Diego Armando Maradona. Una noticia de impacto nacional y mundial. Millones lo
lloran y recuerdan por sus maravillosas jugadas, en el potrero o en modernos estadios, en
Villa Fiorito, Argentinos, Boca, Newell’s, el Nápoli, el Barcelona o en la Selección. El que
perdurará en remeras estampadas en los sitios más recónditos de la tierra. Al que se lo
esperaba saliendo a la cancha al grito “Maradooooo”… para que les arranque una alegría
en medio de tanta malaria. Así se lo despide hoy al mejor jugador de todos los tiempos.
Al que surgió de un barrio humilde diciendo en un video en blanco y negro que su mayor
sueño era salir campeón del mundo, y lo logró. El que deslumbró pintándole la cara tanto
a Gatti como a Fillol. Al Diego imparable del Mundial 86, el que deslumbró con su
kilométrica carrera metiendo el mejor gol de los mundiales que 34 años después nos
sigue llenando de lágrimas, 4 años después que cientos de soldados argentinos dieran la
vida en Malvinas.
Se va también el que se le plantó a la FIFA denunciando a los mafiosos de Joao
Havelange cuando ningún jugador de peso lo hacía, incluso formando un sindicato del
fútbol. El que se opuso a la AFA de Grondona y le dijo al Papa anterior que si tanto le
preocupaban los pobres que venda el oro del Vaticano, aunque luego se hizo amigo del
Papa Francisco. Murió quien no tuvo empacho en subirse a un tren para repudiar al ALCA
de Bush en Mar del Plata, en una digna actitud antiimperialista.
Su personalidad trascendió las canchas de fútbol, con sus pros y sus contras. Se va el
astro del fútbol que tuvo sus luces y sombras. Reconocer su fútbol mágico, no es
reivindicar sus conductas políticas ni personales.
Su personalidad tuvo claros y oscuros. Tuvo facetas muy contradictorias por fuera de su
genio futbolístico indiscutido. Aunque Maradona se tatuó la figura del Che,
equivocadamente siguió al peronismo, desde el menemismo al kirchnerismo, y apoyó
entusiastamente al dictador Maduro. Y tuvo conductas repudiables y fue denunciado por
violencia de género. Tuvo que reconocer a hijas e hijos después de procesos judiciales y
mostró su patético machismo. Conductas que son bien señaladas en su último adiós por
quienes con razón no callan, ni silenciarán las conductas machistas y misóginas de
ningún famoso, por más ídolo que sea.
Preguntado en un reportaje qué diría ante su muerte, Maradona señaló: “Pondría una
lápida que diga: gracias a la pelota”. Por lo que hizo con la pelota y no por sus posiciones
políticas o personales, a quienes nos gusta el fútbol lo vamos a recordar como lo hacen
millones.
José Roldán, de Izquierda Socialista
25/11/2020

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