El Comité de Apoyo a las Trabajadoras del Sexo (CATS) se congratula de
la eliminación, a última hora, de la penalización de la tercería
locativa en la futura Ley de Libertad Sexual. Una penalización que se
había introducido con nocturnidad tras el primer borrador y el periodo
de alegaciones: la prostitución no tenía relación con los fines de
esta Ley, y así lo expresaron la mayoría de partidos.
Ahora el PSOE intenta de nuevo prohibir la prostitución mediante una
proposición de ley, utilizando el eufemismo de la abolición: no nos
engañemos, no se trata de “abolición”, se trata de “prohibición”.
La prostitución no va a desaparecer por el hecho de criminalizarla con
modificaciones en el código penal. Si las causas por las que las
mujeres la ejercen siguen estando presentes (como la falta de permiso
de residencia, o la baja accesibilidad a empleos de calidad), seguirá
existiendo por mucho que las leyes la prohiban. Por desgracia,
criminalizar o cerrar los lugares en los que trabajan empujará a las
mujeres a ejercer en la calle o a merced de la delincuencia
organizada: empeorará sus condiciones de vida y las expondrá a mayor
violencia.
Al PSOE no le interesan las prostitutas de carne y hueso ni conocer
cuales son sus problemas reales, le interesa la prostitución como
paradigma ideológico.
El PSOE comete errores muy graves, fruto del desconocimiento
interesado de la realidad de la prostitución en nuestro país: desde
pretender que todas las mujeres que ejercen la prostitución tienen un
proxeneta que las obliga, hasta no querer entender que muchas de ellas
alquilan sus propios espacios, y que esta ley las va a dejar
literalmente en la calle si se aprueba.
Animamos al PSOE a vencer sus prejuicios y reunirse con las
asociaciones de prostitutas, escuchar sus quejas y sus
reivindicaciones. La clase política no puede olvidarse de escuchar a
la población que pretende defender. La ideología sólo está justificada
si responde a la realidad y las necesidades de las personas y de los
colectivos. Legislar sin escucharles es inmoral.