El 2 de junio es el Día Internacional de las Trabajadoras Sexuales.
Conmemoramos el primer encierro de prostitutas que ocurrió durante
1975 en una Iglesia de Lyon, en Francia, para protestar por el acoso y
abusos policiales de los que eran objeto. Desde entonces, es una
ocasión para reivindicar el trabajo sexual como trabajo, y nuestros
derechos como trabajadoras.
Pero este año no tenemos nada que celebrar.
El gobierno va a por nosotras. Dicen que quieren “abolir” la
prostitución, pero que lo que realmente pretenden es prohibirla.
Quitarnos de la vista. Les molestamos.
Prohibir que nos publicitemos para captar clientes (esto ya ha sido
aprobado en la Ley de Libertad Sexual), o la inminente Proposición de
Ley del PSOE para prohibir todo lo demás (que nos alquilen espacios
para trabajar, multar a nuestros clientes y cerrar clubes y pisos) no
son más que medidas para ponernos contra la pared. Aunque no nos
penalicen directamente, quieren dejarnos en la calle, quieren que el
trabajo sexual sea tan clandestino, ilegal y peligroso que nos veamos
forzadas a dejarlo.
La Ley que quiere sacar el PSOE pretende endurecer el Código Penal:
Se modifica el Artículo 187 “Se impondrá pena de prisión… a quien con
ánimo de lucro promueva, favorezca o facilite la prostitución de otra
persona aún con su consentimiento”.
Elimina el requisito de “explotación”, poniendo al mismo nivel al
proxeneta, al dueño de un club, o a la trabajadora sexual que es dueña
de un piso y se coordina con otras trabajadoras.
Se añade el Artículo 187 bis criminalizando la “tercera locativa”:
penas de prisión para quienes tengan un inmueble o local donde se
ejerza prostitución.
Esto tendrá como consecuencia que las trabajadoras sexuales se vean
obligadas a ejercen en calle, con mayor marginalidad y riesgo.
Además, supondrá una exclusión residencial de mujeres racializadas que
los arrendadores puedan pensar que pueden ser trabajadoras sexuales y
negarles el alquiler por temor a una tercera locativa.
Se añade el Artículo 187 ter El hecho de convenir la práctica de actos
de carácter sexual a cambio de dinero será castigado.
«La práctica de actos de carácter sexual» puede incluir pornografia,
onlyfans, webcamers, etc.
Estamos contra el proxenetismo. Estamos contra la explotación. Pero
no queremos que se nos impida ejercer nuestro trabajo.
Si realmente quisieran ayudarnos, tienen en su mano medidas
legislativas poderosas:
1º: Papeles para todas (y esto es posible, con voluntad política).
Muchas dejarían la prostitución si tuvieran permiso de trabajo que les
diera acceso a un empleo.
2º: Descriminalizar el trabajo sexual y reconocer nuestra actividad
como un trabajo, que evitaría todos los abusos laborales que tenemos
que sufrir.
3º: Contar con nosotras, tanto para hacer leyes que repercuten en
nuestro futuro, como para luchar más efectivamente contra todo tipo de
explotación de nuestras compañeras.
Estas 3 medidas, por si solas,
– harían disminuir la prostitución;
– crearían derechos de ciudadanía a quienes estamos trabajando sin coacción:
– Y se lucharía más efectivamente contra la explotación y el
proxenetismo coactivo
Mucho más que las medidas punitivas que pretenden imponer.
No a las multas, a que nos desahucien, a que se nos impida trabajar
donde queramos. No al cierre de clubes y pisos donde nos ganamos la
vida. No queremos más estigma ni más criminalización.
Queremos que nos escuchen. Legislar escuchando sólo a las mujeres que
no son trabajadoras sexuales, por muy feministas que digan ser, es
inmoral.
Nada por nosotras, sin nosotras