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Pilar Lima, coordinadora autonómica de Podem, se reunió con Amparo Molina y otras compañeras para
conocer de primera mano el trato que reciben miles de jubiladas y jubilados por parte de sus bancos.
Amparo, del colectivo de iaioflautas, consiguió viralizar su carta a los trabajadores del BBVA, después de
que intentaran cobrarle dos euros por retirar su dinero por ventanilla. Amparo se quejó en su momento del
trato que recibían las y los trabajadores jubilados por parte del sistema bancario, como por ejemplo las
esperas de pie fuera de las sucursales cuando hay muchas personas con problemas de movilidad.
En la reunión también se trató las dificultades que ponen algunos bancos con las cuentas básicas. Las
cuentas básicas son cuentas exentas de comisiones y sin gastos, un derecho que tienen las personas
financieramente vulnerables.

Tanto su apertura como su cierre son gratuitos, al igual que el depósito y la
retirada de efectivo y, permiten realizar un máximo de 120 movimientos anuales con la tarjetas de débito.
Están reguladas por el Real Decreto 164/2019, de 22 de marzo, por el que se establece un régimen
gratuito de cuentas de pago básicas en beneficio de personas en situación de vulnerabilidad o con riesgo
de exclusión financiera y, todas las entidades bancarias está obligadas a ofrecer la cuenta gratuita.
Pero el problema es que muchos bancos, en el momento de la solicitud, cancelan automáticamente la
cuenta previamente existente y no aseguran cual será el plazo para la apertura de la nueva cuenta básica,
quedando así la persona sin una cuenta corriente abierta operativa.

La legislación prevé que el plazo es de un mes, pero hay trámites y papeleos que dificultan la puesta en marcha, así como que el banco, pasado
ese tiempo, puede rechazar la solicitud, alegando que falta documentación o que se ha traspapelado y hay
que presentar de nuevo todo el papeleo. Los impositores de la cuenta básica deben cumplir unos
requisitos, como demostrar que no disponen de ninguna otra cuenta bancaria, lo que en ocasiones resulta
complicado de demostrar. Sin embargo, lo más difícil es estar un mes o varios sin una cuenta corriente
donde se hacen los pagos a las empresas suministradoras (agua, electricidad, etc.) o donde ingresan la
pensión.
En la reunión se trató la necesidad de una banca pública frente a un sistema financiero que ya no necesita
a los pequeños impositores para capitalizarse, que cuando necesita dinero consigue avales del Banco de
España o del Banco Central Europeo al 0% de interés. Una banca pública que ofrezca servicios a un
público más sensible, que impulse la creación de empresas invirtiendo en la economía productiva y no en
la especulativa, que apoye las políticas del Estado sin que intermedie intereses privados y, que garantice la
transparencia en sus acciones y en sus movimientos.
Desde Unidas Podemos se ha estado defendiendo la necesidad de un banco público, banco de inversión
para la Transición Tecnológica y Económica, que ponga fin a la creciente «oligopolización del sector
financiero». Una banca pública eficiente para impulsar la modernización del tejido productivo, como por
ejemplo tiene Alemania.

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