El año 2022 ha sido un año duro por la clase trabajadora y por los pueblos del mundo: la crisis económica se ha acentuado, la crisis climática continúa agraviándose y la guerra de Ucrania ha estallado en Europa. Y esto sin contar con otros problemas que continúan sin resolverse como Palestina, el Kurdistán…
No obstante, la resistencia de los sectores populares ante la opresión y el ataque contra las condiciones de vida también han continuado. Los ejemplos más recientes los tenemos en Ucrania, donde la resistencia contra la invasión rusa ha hecho fracasar los planes de Putin y en Irán, donde el asesinato, por la policía de la moral, de la joven kurda Amini ha iniciado una revuelta encabezada por las mujeres.