Titulada Factor demográfico, el último número de la revista Papeles de Relaciones Ecosociales y Cambio Global aborda cómo el crecimiento demográfico y la actual crisis ecosocial conforman un cóctel explosivo. Territorios vacíos y superpoblados, los cuidados y la solución migratoria son ejes que subyacen en este debate.
Nuestro planeta ha alcanzado recientemente la cifra de 8.000 millones de habitantes, un aumento significativo en comparación con los 1.000 millones de hace dos siglos; que actualmente se concentra en las ciudades, donde vive más de la mitad de la población mundial. La dinámica demográfica es desigual, con algunas áreas experimentando envejecimiento y declive demográfico, mientras que otras, como África, experimentan crecimiento y juventud. La población urbana representa un impacto ecológico significativo que acelera el desequilibrio entre los límites físicos y la extralimitación económica y social. La dinámica demográfica y su intercambio con la naturaleza deben ser considerados en la actual crisis ecosocial. Como apunta Santiago Álvarez Cantalapiedra, director de la revista PAPELES: “La válvula de escape de las presiones que la civilización industrial capitalista somete a la biosfera está a punto de saltar por los aires por la convergencia de tendencias que conducen al desastre”.Cuestiones relativas al modo de producción y consumo no pueden quedar eliminadas del análisis demográfico. Qué producir, cómo hacerlo y con qué criterios distributivos siguen siendo la cuestiones esenciales, que atraviesan los asuntos demográficos.
El vaciado de España
Las previsiones de que se reduzca la población española en las próximas décadas, al tiempo que se incrementa su edad promedio, hacen que se hable de la dinámica demográfica como un reto de primer orden cuyos efectos se sentirán en los patrones de consumo y de ahorro, en la evolución de la fuerza laboral y en la eficacia del sistema de bienestar social, al implicar un incremento significativo del gasto público en pensiones, sanidad y servicios sociales. El crecimiento de las ciudades aumenta la presión ambiental para abastecerse de recursos como alimentos, materias primas, agua y aire limpio. En la actualidad, convive una España llena que presenta problemas crecientes de congestión y vivienda ante la llegada de nuevos habitantes, con una España vaciada donde la despoblación se ha convertido en una oportunidad de negocio para desarrollar actividades insostenibles y con enormes impactos ambientales.La búsqueda de oportunidades económicas y educativas en las ciudades, la falta de empleo y servicios básicos en las áreas rurales, la migración de la población joven hacia los centros urbanos, y la falta de políticas económicas y sociales que fomenten el desarrollo de las áreas rurales, están detrás del abandono del medio rural. “Es un proyecto político de largo alcance de construcción de un Estado-nación liberal español, frente a una “España llena” de grandes ciudades y metrópolis donde se ubica el capitalismo triunfante de la economía financiera, digital y globalizada”, sostiene Luis del Romero, geógrafo, investigador, activista y profesor de la Universidad de Valencia.La respuesta que ofrece la política recupera con frecuencia recetas del pasado, como explica Julio Pérez Díaz, demógrafo y sociólogo, e investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas: “El natalismo se está convirtiendo en el nuevo estandarte de los partidos de extrema derecha, junto al ultranacionalismo, el antifeminismo, el apoyo a la familia tradicional y la xenofobia. Pese a la gran diversidad de modelos natalistas, todos fracasaron estrepitosamente y la fecundidad siguió descendiendo”.
Crisis demográfica o crisis de cuidados
España cuenta con uno de los índices de fecundidad  más bajos del mundo (1,19 nacimientos por mujer en el año 2021), y también “lidera” la edad media a la que las mujeres tienen su primer hijo/a (32,6 en ese mismo año). Una de las explicaciones puede venir del mercado laboral, que expulsa a las madres. Las tasas de empleo descienden significativamente cuando las mujeres son madres, algo que no les ocurre a los hombres. El 88% de las personas que se acogen a excedencias no remuneradas por cuidado de hijos son mujeres. Además, en España solo existe el permiso por nacimiento, pero no se contemplan otro tipo de permisos para atender los cuidados durante los primeros años. La escasez de permisos da lugar a un nuevo elemento de inseguridad a las familias.“La inestabilidad laboral, la inseguridad económica y la falta de apoyos públicos llevan décadas constituyendo obstáculos significativos para tener hijos”, concluye Begoña Elizalde-San Miguel, profesora en el Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad Pública de Navarra.Tras la sanidad, la educación y las pensiones, los cuidados forman el cuarto pilar del estado del bienestar: la universalización de la atención a la dependencia y a la primera infancia (0-3 años), la reducción de la jornada laboral y los permisos remunerados con reserva de puesto son algunas de las propuestas para fortalecer los cuidados. Los países más igualitarios logran acercar la tasa de fecundidad a la de relevo generacional suavizando el conflicto entre maternidad y proyecto vital.“Durante demasiado tiempo y de forma negligente hemos banalizado algo tan básico como la falta de cuidados. Hemos priorizado el desarrollo de “ciudades inteligentes” (smart cities), en lugar del desarrollo de ciudades justas y verdaderamente sostenibles”, denuncia Ferran Muntané Isart, politólogo e investigador del JHU-UPF Public Policy Center, que añade: “ La crisis demográfica es reversible, es imprescindible crear las condiciones sociales necesarias para que las personas puedan desarrollar su proyecto vital de forma libre, igualitaria y erradicando todo rastro de precariedad laboral y social en un sector esencial para la vida de los individuos”.
¿Solución migratoria?
La migración internacional experimenta un aumento sin precedentes en el siglo XXI gracias a la globalización. Entre 2000 y 2020, según las estimaciones de Naciones Unidas, las personas que viven en un país que no era el de nacimiento en todo el mundo pasaron de los 152,98 millones a los 280,65 millones (de un 2,5% a un 3,6% de la población mundial, respectivamente). La instrumentalización de las migraciones procedentes del Sur para resolver los problemas de las sociedades avejentadas del Norte global no servirá más que para legitimar las enormes injusticias y desigualdades existentes. «El actual escenario de la globalización, que en sí mismo constituye una nueva fase del orden capitalista, ha incrementado la producción de ‘redundancia’, entendida ya no como la mano de obra excedente o ejército de reserva, como en la primera Industrialización, sino como la masa de trabajadores que no tienen cómo acceder o son expulsados del mercado laboral, que difícilmente podrán reintegrarse al mismo y que, si lo hacen ocasionalmente, será en condiciones de absoluta precariedad y desregularización», sostiene  Andreu Domingo Valls, subdirector e investigador del Centre d’Estudis Demogràfics/CERCA de la Universitat Autònoma de Barcelona.
 
El Número 160 de la revista Papeles analiza A FONDO el factor demográfico con estos artículos:“Nueva demografía, viejas ideologías. (o El cambio demográfico y la respuesta política)”, por Julio Pérez Díaz“El debate sobre la población en la crisis ecosocial”, por Eileen Crist y Lyla Mehta “Despoblación, desterritorialización y multicrisis global”, por Luis del Romero Renau“El descenso de la fecundidad: un déficit de bienestar colectivo sobre el que la demografía lleva años alertando”, por Begoña Elizalde San Miguel“¿Crisis demográfica o crisis de cuidados?”, por Ferrán Muntané Isart
“¡Moveos, moveos, malditos! Migraciones en el siglo XXI en España”, por Andreu Domingo
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