Uno de cada cuatro alumnos matriculados en los institutos públicos valencianos supera 4.o de la ESO con alguna materia suspendida.
La última radiografía del Ministerio de Educación, sobre los resultados académicos de las enseñanzas no universitarias, revela que la Comunitat Valenciana ocupa el tercer puesto en la clasificación de autonomías con más estudiantes que promocionan a Bachillerato habiendo dejado tras de sí asignaturas pendientes (25 %), solo por detrás de Extremadura (28,9 ? y Melilla (26,3 %). La tasa, 7,3 puntos por encima de la media española, se eleva al 28,7 % en Alicante y al 32,5 % en Castelló, mientras que en València se reduce al 22,2 %.
El Círculo de Podemos Callosa de Segura muestra su preocupación al respecto y manifiesta que “Estos resultados son consecuencia de las nefastas políticas del PP en materia de educación. Los barracones se notan y hay que ponerle fin a la herencia del Partido Popular en materia de políticas de infraestructuras educativas”
Este nuevo curso, la Conselleria de Educación ha destinado 4.36 millones de euros a la construcción de nuevos barracones (‘aulas provisionales’). Esta es la herencia de la que hablamos cuando decimos que es imprescindible que el Consell rompa con el modelo del PP. Si algún día vuelve a gobernarnos el PP tiene que encontrarse un sistema educativo de calidad que no pueda desmontar con facilidad para volver a encerrar a nuestros hijos e hijas en colegios prefabricados sin los equipamientos necesarios.
Desde Podemos Callosa de Segura nos recuerdan que según la Comisión Europea, casi un 28% de los jóvenes de entre 20 y 30 años se han marchado de España en los últimos 17 años. Al mismo tiempo, en Alemania, el número de jóvenes ha crecido un 8.7%. Hay que poner en marcha un plan urgente de retorno del talento exiliado reorientando nuestro modelo productivo hacia el incentivo y desarrollo de sectores de alto valor añadido ligados a la investigación, la innovación tecnológica, las energías renovables y la rehabilitación de edificios para ser punteros en eficiencia energética o sistemas domóticos. Y para eso hay que poner en marcha planes de formación específicos. Es imposible tener porcentajes bajos e fracaso escolar cuando los alumnos/as y sus familias saben con certeza que lo más probable es que sus hijos/as acaben poniendo tapas a turistas por sueldos precarios.