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Hay distintas formas de tomarse el estado de alarma y el confinamiento al que nos ha llevado
esta pandemia, uno es intentar ser útil y aportar cada uno lo que pueda, otro es optar por
incordiar que no contribuye en nada a salir de esta situación de la mejor manera posible. Es
evidente que el Sr. Almagro y el Sr. Bascuñana, no teniendo nada que aportar a los ciudadanos,
han optado por la segunda opción, y en estas tres semanas de confinamiento lo único
productivo que han considerado hacer es escribir dos artículos de opinión, lo que demuestra
no solo la poca memoria que tienen, sino lo poco que les preocupa o altera su cotidianidad
ésta situación.
La inactividad del gobierno de Bascuñana y C ́S es ahora más palpable que nunca, pues los
propios ciudadanos se habrán dado cuenta que, a diferencia de otros municipios de la Vega
Baja, el gobierno de una ciudad como Orihuela (Gran Ciudad) carece de sensibilidad y todavía
no ha sido capaz de ofrecer a los ciudadanos ninguna medida fructífera para ayudar a las
familias oriolanas que tengan o puedan llegar a tener dificultades durante o cuando termine el
confinamiento.
A esta falta de previsión que desde el PSOE siempre hemos criticado, se añade la falta a la
verdad y el oportunismo con el que lamentablemente se actúa en ambos casos y que está a
todas luces fuera de lugar. No es el momento de reprender, porque las dimensiones de ésta
situación nadie ni antes, ni durante, ni siquiera en este momento se conocen. Y ante lo que
nunca te has enfrentado es muy fácil equivocarte, pero es más, se equivocan aquellos que
toman acción, que se arriesgan y toman decisiones. Sin embargo, nunca se equivocarán
aquellos que se no hacen o ni siquiera lo intentan.
El Peaje de la AP-7 de Crevillente a Cartagena es una concesión que se adjudicó el 1 de
diciembre de 1998. Entonces Eduardo Zaplana era Presidente de la Generalitat y Luis
Fernando Cartagena Conseller de obras públicas y fijaron su caducidad en 2048, 50 años de
“despropósito” (ahí le doy la razón al Sr. Almagro). Actualmente somos los únicos valencianos
que pagamos peaje, puesto que desde Enero de 2020 y después de más de 40 años, este
gobierno (el de Puig en Valencia y el de Sánchez en Moncloa) ha sido el único que ha dicho
adiós a un peaje en la Comunidad Valenciana, liberando el tramo que va de Alicante a
Tarragona,374 km de movilidad gratuita que permite ahorrar a todos los usuarios más de 300
millones, y esto fue gracias a que esa concesión ni se prorrogó ni se volvió a licitar por el actual
gobierno.
Pero es curioso que ahora el Partido Popular abandere una reivindicación que nunca hizo
durante los gobiernos populares en la Generalitat, aun afirmando como dice “que son peajes
que tanto perjudican a la comarca”. Pero lo más gracioso es que el Sr. Almagro critica que el
gobierno no haya eliminado (queda claro que no puede hacerlo) durante el estado de alarma
el peaje de la AP-7, mientras en Orihuela el gobierno, del que es 2o teniente de alcalde, no ha
eliminado la zona Azul obligando a trabajadores y ciudadanos a exponerse en las calles cuando
éste servicio “no esencial” sí podía desde el gobierno local suprimirse como se ha hecho en
otros municipios vecinos. Ahora y gracias al decreto del gobierno central se ha eliminado un

servicio que no aportaba nada a una ciudad en la que las tiendas y el ocio están cerrados y por
tanto la movilidad urbana no requería de zona azul.
Así mismo es triste comprobar como el Sr. Bascuñana solo conoce una forma de hacer política,
la del reproche, la del cabreo, la de la foto fácil. Debería saber que la única política necesaria y
útil ahora es la de poner en marcha todos los recursos de la administración para ser capaces de
cambiar a mejor la vida de la personas. Lamento decirle que no es usted el más indicado para
hablar de transparencia Sr. Bascuñana, ni como alcalde, ni en lo personal, pues está aún
pendiente que aclare cómo, dónde y qué trabajos hizo en su etapa de asesor durante 6 años
en la Consellería de Sanidad.
Es una pena que mientras los sanitarios y las fuerzas de seguridad se dejan la piel por proteger
a la sociedad mostrando un compromiso total con su profesión y los ciudadanos, usted que ha
elegido el servicio público malgaste su tiempo en disputas. La información en tiempo de crisis
debe ser controlada y ahora mismo la más valiosa es que se sepa cómo no contagiarse y cómo
pedir ayuda si la necesitas.
Un gobierno transparente trabaja por una administración abierta dónde los ciudadanos son
una parte indispensable en la toma de decisiones. En Orihuela la información es sesgada,
con unos presupuestos participativos incumplidos y con una participación ciudadana,
ahora limitada, puesto que sus cargos de confianza ocupan los lugares que les
corresponden a los vecinos en las juntas de distrito. Además es triste que los vecinos de
pedanías y costa no tengan a quien dirigirse porque no ha nombrado a los alcaldes
pedáneos. Un ayuntamiento transparente habría presentado a sus vecinos el proyecto
del Palacio de Rubalcava, hubiera tenido en cuenta su opinión e informaría sin tapujos
de la venta de parcelas y de tantos y tantos proyectos que usted anunció pero de los que
nadie sabe qué ha pasado con ellos; Losa del AVE, Antiguos Juzgados, Caja de ahorros de
Monserrate, Zona deportiva de Molins, PGOU, Rehabilitación de las Norias, Centro
Cultural de Orihuela Costa, etc…
Es evidente que de los actos de cada uno en estos tiempos servirán a los ciudadanos
para desenmascarar los objetivos de los políticos, y ahí también solo existen dos
opciones; o se viene a figurar o se viene a aportar. Juzguen ustedes.

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