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Al inicio de la charla Juan López, candidato a la alcaldía de Podem Xàbia, presentó muy brevemente a Julià Álvaro: licenciado en periodismo y ciencias políticas, ex Secretario Autonómico de Medio Ambiente y Cambio Climático en el Gobierno autonómico, ahora líder de Alianza Verde en la Comunidad Valenciana y, al igual que López, gran aficionado al triatlón – de hecho, ganó el de Xàbia en su categoría (V2, sprint) en 2021.

Álvaro dividió su conferencia en dos partes, poniendo el foco primero en las políticas de protección medioambiental en el ámbito municipal para pasar después a un punto de vista más global. Vaya por delante que durante las casi dos horas del acto fueron interesantísimas desde el primer minuto hasta el último.

Destacó como primer estadio las políticas protectoras del medioambiente municipales en la lucha contra el cambio climático y como las que más directamente afectan a los ciudadanos: no es lo mismo estar en un parque hecho de cemento y hormigón que estar en un parque verde con árboles. Y el comportamiento de los ciudadanos a la hora de consumir, reciclar, etc. es muy importante, pero mucho más importante para el medioambiente es la legislación. Esos dos factores tienen que confluir para reducir el consumo. Esa renuncia, y esta idea la repitió Álvaro varias veces, no es una tragedia o una catástrofe, sino una oportunidad para vivir mejor. Un crecimiento económico, en bienes de consumo, más carreteras, etc. casi nunca significa vivir mejor.

Concretando ya más las medidas municipales, explicó que una base importante es tener en la relación de puestos de trabajo técnicos medioambientales “potentes”, que puedan defender el medioambiente con argumentos enfrentados a otros intereses. Algunas medidas concretas serían:

  • la naturalización de los pueblos y ciudades – un gran patrimonio natural significa también riqueza turística;
  • subordinar el urbanismo al medio ambiente (y no al revés como está ahora), empezando por fusionar esas competencias en una misma concejalía
  • Crear el paraje municipal natural de La Granadella
  • conectar los espacios verdes, pasajes de biodiversidad;
  • instalar muchas sombras – cada vez más importante con el cambio climático
  • mercados de km 0; la agricultura es un factor importantísimo en la protección de espacios verdes.

Insistió también en la importancia de la descarbonización de la movilidad fomentando el transporte público con vehículos eléctricos y desincentivando el transporte privado; potenciando desplazamientos a pie y en bicicleta. Desde su experiencia personal, además, ir en bicicleta a trabajar es mucho más gratificante que ir, por ejemplo, en moto.

Otro aspecto importante en la política municipal medioambiental es el tratamiento de residuos. En este contexto se quejó del sistema actual implantado en España haciendo “Antonio e Isabel los barrenderos para Coca-Cola, Nestlé y Danone” en vez de exigir una responsabilidad ampliada del productor (RAP). Ponemos espacio público a disposición de esas grandes empresas en forma de contenedores para que ellas no se tengan que preocupar por sus residuos, consiguiendo un porcentaje de solo el 30% como media. Los municipios no pueden exigir esa RAP a las multinacionales, pero lo que sí que pueden conseguir es un mayor porcentaje de reciclaje y esto, remarcó, se consigue con el llamado sistema de la recogida ‘puerta a puerta’, en el que desaparecen los contenedores de reciclaje y se recogen los residuos en la puerta de la casa de los ciudadanos, aumentando así el porcentaje de reciclaje hasta el 90%. Enumeró algunos ejemplos, incluso municipios de más de 50.000 habitantes, y también Benitatchell, donde se ha introducido ese sistema desde hace poco, y donde se ha conseguido, según la prensa, aumentar el reciclaje del 20% al 80%. Esa mejoría de material reciclable se puede utilizar en las negociaciones con los consorcios de reciclaje para abaratar el precio del servicio de recogida de residuos, ya que un alto porcentaje de material reciclable es mucho más rentable para esas empresas y los residuos llegan con la separación hecha.

En el apartado de los residuos también calificó la quema de restos de poda agrícola como un anacronismo porque emite CO2 y muchas veces es causa de incendios. Una práctica que es inconcebible en otras partes de Europa. En su lugar se propone un uso mancomunado de trituradoras municipales gestionadas por el ayuntamiento.

Otros ejemplos de políticas municipales para proteger la naturaleza que nombró Álvaro, fueron el tratamiento terciario de las aguas residuales para poder utilizar esa agua para regar. Una apuesta imprescindible en las épocas de sequías que nos están esperando con la emergencia climática en la que nos encontramos. También la implementación de energías renovables, otro ejemplo más de cómo políticas verdes mejora nuestras vidas, porque democratizan de la energía al “robarles el fuego a los dioses de Iberdrola, Naturgy, etc.” que ya no podrán dictar los precios o la generación de la energía a su antojo. Advirtió también que las fuentes de energías renovables tienen que implantarse sobre todo en edificaciones ya existentes, porque las macroinstalaciones solares y eólicas perjudican al medioambiente y no contribuyen a la mencionada democratización de la energía. Por ello los ayuntamientos tienen que promover y dar facilidades para la implementación de energías renovables, con trámites baratos, sencillos y rápidos.

En este punto Juan López interrumpió diciendo que prácticamente todos los puntos que mencionó Àlvaro están en el programa de Podem Xàbia, y de hecho ya estuvieron hace cuatro años.

Para terminar la primera parte, mucho más extensa que la segunda, calificó los ayuntamientos como “puntales de la transición ecológica”.

Desde un punto de vista más global Julià Àlvaro lamentó que pese a haberse declarado oficialmente la emergencia climática en la Comunidad Valenciana (y en muchos otros puntos del mundo) seguimos con el antiguo modelo capitalista que presupone un crecimiento infinito, pese a que desde hace mucho tiempo se sabe que esta premisa es falsa, que no se puede crecer eternamente porque los recursos de nuestro planeta son limitados. Y ojo, no se trata de salvar al planeta – que éste existía ya muchos millones de años antes de que apareciéramos los humanos y existirá mucho tiempo después de que hayamos desaparecido -, sino de salvarnos a nosotros, de hacer nuestra vida más agradable para nosotros y para nuestros hijos y nietos.

Y esto se consigue con la ecología política: se trata de un nuevo paradigma político, económico, social y con el entorno, que cambiará el mundo y transformará la acción humana para garantizar los mínimos vitales del conjunto de la población respetando los límites biofísicos del planeta.

El ‘crecimiento sostenible’ es un oxímoron, una contradicción en sí y el decrecimiento ya ha empezado y eso hay que aceptarlo como hecho. Se intenta camuflar este hecho con el ‘greenwashing’, tiñiendo de verde ecologista los productos de McDonalds, Adidas, Coca-Cola, Naturgy, Iberdrola y hasta la gasolina para mantener el consumo insostenible.

Frente a esto lo que se necesita son, según Àlvaro:

  • renta básica para superar la dominación de gran parte de la población
  • revisión de las normas impositivas, unos impuestos más justos
  • reducción de la jornada laboral
  • reorientar las inversiones hacia sanidad, educación, cuidados, gestión de residuos, investigación, movilidad, etc.

Y terminó Julià Àlvaro su conferencia muy aplaudida recordando que no estamos ante un futuro gris-oscuro, sino ante la oportunidad de poner los valores que realmente nos hacen felices ante el ansia de crecer y consumir cada vez más.

Después de un turno de preguntas Juan López despidió el acto agradeciendo a todos los asistentes su presencia y a la biblioteca municipal la acogida.  

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