Canal 9

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Esta semana se han cumplido 3 años desde que el TSJCV tumbara el ERE del despido de cerca de 1.600 trabajador@s de Radiotelevisión Valenciana, y Alberto Fabra decidiera cerrarla. La deuda había llegado nada menos que hasta los 1.200 millones de euros y, es más, los valencian@s tendremos que pagar como si estuviera emitiendo hasta 2030. ¿Cómo se ha llegado a esta situación? Pues voy a intentar explicarlo con una breve exposición.

Corría el año 1989 y los valencian@s esperábamos expectantes el inicio de las emisiones de RTVV, al fin una televisión y una radio en nuestra lengua. Comenzaron las emisiones el 9 de octubre, el día de los valencianos, con gran entusiasmo por mi parte. Presentadoras como Chelo Miralles, o Lola Bañón, nuestra Fani Grande, que ejercía un papel muy importante para nuestros hijos; dibujos en nuestro idioma, etc. Un elenco de jóvenes periodistas que tenía un gran futuro y con muchas ganas, pero que, lamentablemente, fueron despedidos o relegados a ejercer un papel muy secundario.

Pero el sueño duro poco, ya que con la llegada de Zaplana a la Generalitat todo empezó a cambiar. El 13 de marzo de 1997 empezaba el programa que para mí cambio toda la filosofía propicia a lo que debe ser una televisión pública, “Tómbola”, en el que una serie de contertulios se dedicaba a poner a caer de un burro a la jet set durante horas y horas. Los informativos dieron un cambio radical y sólo hablaban de lo bien que lo hacían los suyos, el PP. Más adelante pondré algún ejemplo que debería hacer caer la cara de vergüenza a más de uno.

¿Y cómo se llegó a alcanzar la escandalosa cifra de 1.200 millones de euros de deuda? Expongo algunas causas que lo favorecieron.

Sánchez Dragó, se embolsó 12.000 euros por cada edición de su programa “El faro de Alejandría”. En total se emitieron 212 programas, con una media de 12.000 espectadores, lo que suponía una cuota de pantalla de apenas el 1%. Así el coste por programa ascendía a unos 54. 000 eurazos, duplicando las tarifas de mercado de la época, según ha reconocido algún  productor que ha preferido mantenerse en el anonimato.

La productora de José Luis Moreno, Alba Adriática, recibió 2.025.770 euros más IVA por una serie de ficción titulada “Planta 25”. Ésta constaba de 58 capítulos, de los cuales nadie se acuerda porque eran de poca duración y se programaban en horarios sin ningún sentido. Este importe era equivalente a la adjudicación de la compra de 487 horas de magazines, concursos y programas divulgativos en horarios “prime time”.

Bien, éstos son sólo dos ejemplos, hay muchos más, pero ahora hablaré de los más graves:

  • Fútbol: 235 millones de euros.
  • Fórmula 1: 22 millones de euros. Recordemos que también se emitía por La Sexta y prácticamente no tenía audiencia. El que fuera presentador de Telecinco, Víctor Seara fue fichado por RTVV por la friolera de 12.5000 euros por la temporada 2010 y 105.000 por la 2011, dietas aparte, por las que ha sido denunciado por  cobro irregular de las mismas. Lo más sorprendente de este caso es que se le siguió abonando 3.500 euros al mes durante la temporada 2012, a pesar de que ya no se emitiera la Fórmula 1. Por supuesto, este sueldo no se incluyó dentro de los 22 millones. Sólo en 2017, pagaremos 7,5 millones de euros por una F1 que no iba a costar nada.
  • Visita del papa: 6,4 millones de euros a la empresa subcontratada Teconsa, una empresa constructora castellano-leonesa sin ninguna experiencia en la materia, casualmente vinculada a la trama Gürtel.

Bueno, creo que con este pequeño resumen os podéis ir haciendo una idea, pero hay mucho más.

MANIPULACIÓN INFORMATIVA

En este apartado habría para un bestseller de la crónica negra valenciana.

Bueno quien más y quien menos, veía los informativos de Canal Nou y se le caía la cara de vergüenza. Hora y media de duración dedicada a tratar temas insignificantes, y cuando había que hablar de política, sólo aparecían alabanzas respecto al gobierno de la Generalitat. El perfil bueno de Zaplana, el accidente del metro; los espacios electorales en elecciones, aquellos contertulios todos de la misma ideología, con la única diferencia de que o eran de derechas o de extrema derecha; la dimisión de Camps en diferido (nada importante para los valencianos, al parecer).

Destacable también sería la plantilla, que pasó de 653 trabajadores en 1995 a 1800 en 2013 (muchos amigos de Zaplana y de Camps), mientras que el grupo Atresmedia tenía en 2016, 1917 trabajadores, por ejemplo.

Para concluir, un último apunte que nos ayude a entender el nivel de manipulación a la que nos tenían sometidos. Estoy seguro que si hubiera existido Canal Nou, hace un año y medio, el PP no habría perdido la mayoría absoluta en nuestra Comunidad, ya que nos hubieran bombardeado día sí, día también, con que se avecinaba el apocalipsis, a lo que como buenos samaritanos, hubiéramos agachado la cabeza, y hubiéramos votado a nuestros salvadores, para no caer en el infierno.

Éstos son solo algunos ejemplos, creo que ya os podéis hacer una idea de cómo se llegó a esta situación. Actualmente hay un proyecto de reapertura. Sólo espero que hayamos aprendido de los errores y evitemos que una televisión pública que pagamos todas, no esté supeditada al gobierno de turno.

José Vico

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