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Mulet  “Sánchez ha puesto en riego las industrias españolas, en especial el  sector cerámico por lo que puede pasar con el gas y también con las exportaciones hacia Argelia”

Invervención en la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado”

Tenía preparada esta intervención para la anterior comparecencia, fallida, y creo que desde entonces la situación ha empeorado bastante.

Algún día sabremos qué ha pasado para que el presidente del Gobierno de España se pliegue y humille ante el régimen autoritario de un sátrapa, ante un Estado terrorista como el marroquí. Ante las últimas noticias sobre el más que probable espionaje por parte de Marruecos, mediante el sistema Pegasus, de los teléfonos del presidente del Gobierno, de la ministra de Defensa o del ministro del Interior, o sobre cómo espió a la anterior ministra, González Laya, y puso sus narices en la hospitalización de Brahim Gali, ciudadano de nacionalidad española y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, no sabemos qué robó supuestamente Marruecos del móvil de Sánchez, pero seguramente ha sido tan importante como para poder chantajearle, doblegarle y hacer que se humille constantemente ante un régimen que viola sistemáticamente las resoluciones internacionales y los derechos humanos.

Estas preguntas agrupadas versan sobre asuntos que tienen que ver con el Estado terrorista de Marruecos. Reiteradamente los acuerdos de pesca y agricultura de la Unión Europea con Marruecos son ilegales, según reiteradas sentencias, por incorporar aguas o territorio saharaui sobre el cual Marruecos no tiene ningún tipo de derecho. Marruecos no es la potencia administradora del Sáhara Occidental; lo es España y, por tanto, Marruecos no puede firmar acuerdos o tratados internacionales que incluyan al Sáhara. Firmarlos y animar a recurrir las sentencias, como hace el Gobierno de España, es completamente ilegal, inmoral e irresponsable.

Es muy cínico afirmar, en las respuestas copia y pega que siempre dan cuando preguntamos sobre cualquier tema que tenga que ver con el Sáhara Occidental, que España apoya una solución en el marco de disposiciones conformes a los principios y propósitos de la Carta de Naciones Unidas, que sigue defendiendo las resoluciones del Consejo de Seguridad, y que defiende la centralidad de la Organización de las Naciones Unidas, expresada en sucesivas resoluciones del Consejo, y al mismo tiempo recurrir estas sentencias, como hace España, sobre los acuerdos comerciales, o plegarse, como ha hecho Sánchez, a los designios de Mohamed VI.

 La pregunta sería qué ha obtenido Mohamed VI del teléfono de Sánchez. Otra pregunta tiene que ver con que el régimen marroquí está usando drones con misiles para bombardear población civil, o sea, para asesinar, para matar en los territorios bajo el control del Frente Polisario. Según los acuerdos de alto el fuego, firmados ante la ONU, es una clara burla y un chantaje a los organismos internacionales, ante la pasividad, por no decir complicidad, del Gobierno español. Por eso pregunto si el Gobierno español piensa reaccionar por su responsabilidad histórica o esperar a que Marruecos hostigue a Ceuta o Melilla, como hace con el pueblo saharaui.

No han hecho nada a nivel internacional; todo lo contrario, han roto el consenso que existía en España al respecto, mientras envían armas a Ucrania, y se pliegan ante un Estado terrorista. Callan o, lo que es peor, muchas veces se hacen cómplices. ¿Cuántas armas ha vendido España a Marruecos para matar saharauis? Oficialmente, en 2020 España ha vendido 12,5 millones en armas a Marruecos, y desde 1991, cuando se firmó el alto el fuego, España ha vendido 385 millones de euros en armas únicamente por la vía oficial.

En cuanto a la otra pregunta, hace unos meses el Gobierno decía que estaba apelando a la responsabilidad de la contención, instando a las partes a retomar el proceso negociador y a avanzar —decía— hacia una posición política justa y duradera, mutuamente aceptable, según los parámetros que establecen de forma reiterada las resoluciones de la ONU.

La activista Sultana Jaya, que, por cierto, ya está en España sana y salva, y no gracias a su Gobierno, sino a la solidaridad internacional, esa misma semana, cuando registré la pregunta y cuando el Gobierno se daba por satisfecho con la respuesta de que estaba haciendo todo lo posible, sobrevivió a un nuevo atentado y continuaba siendo violada, golpeada y secuestrada en su propia casa en el Sáhara ocupado. La pregunta era si el Gobierno español creía que estaba haciendo lo suficiente ante este ataque a los derechos humanos y las resoluciones internacionales. La cuarta pregunta —y termino ya— también era sobre Sultana Jaya, que volvía a ser violada de nuevo. Preguntaba qué pensaba hacer el Gobierno para salvar la vida de esta persona, violada y torturada en su casa, donde es retenida junto a su madre y su hermana, una casa en la que los paramilitares de Marruecos entran y hacen con ellas lo que quieren.

Esta misma semana se ha permitido extraditar a jóvenes saharauis que están en España, escapando del régimen asesino marroquí. Se les entrega a un ilegítimo Gobierno que no debiera tener ningún tipo de autoridad sobre los saharauis y se les condena a tortura, violaciones, presidio o a la muerte. Un Estado terrorista, como el marroquí, que hostiga al territorio español, bien sea en aguas de Chafarinas, en Canarias, con prospecciones, o que juega con la apertura de las fronteras con Ceuta y Melilla; que juega con las vidas humanas empujándolas a pateras o a saltar las vallas; que crea bases militares junto a nuestras fronteras; que presuntamente espía los teléfonos del

presidente del Gobierno.

Un Estado que asesina, encarcela, tortura y viola a saharauis; que bombardea al Sáhara liberado; que continúa ocupando el Sáhara Occidental. Y ante ello, un presidente que traicionó a su electorado, a sus socios de Gobierno, a su investidura, al pueblo saharaui y a las Cortes Generales. Por eso formulé esas preguntas, y las respuestas que dan siempre son más bien vagas e irreales. Y por eso las vuelvo a formular aquí una vez más.

No pueden hablar de que están buscando o que propician la estabilidad o que defienden los valores e intereses de España, cuando Argelia ha contestado como todos sabíamos que iba a contestar. Lo que ha hecho el patán de este ministro de Exteriores y, por extensión, el presidente del Gobierno es dinamitar el consenso que existía, el papel histórico que tenía España de neutralidad, y poner en riesgo muchas de las industrias españolas. Sin ir más lejos, en mi provincia el sector cerámico está temblando por lo que puede pasar con el gas y también con las exportaciones hacia Argelia. Por tanto, ni estabilidad ni responsabilidad ni defender los valores de España. Lo que ha hecho el Gobierno es plegarse a los intereses de Mohamed VI; el presidente del Gobierno, no el Gobierno. Y me dice aquí que propone una solución mutuamente aceptable. Una solución mutuamente aceptable nunca será la autonomía. El Sáhara nunca aceptará la autonomía de Marruecos, que es lo que ha venido defendiendo de manera unilateral y temeraria el presidente del Gobierno. No pueden decir que defienden los derechos humanos y la legalidad internacional cuando la postura que han reiterado el presidente del Gobierno y el ministro de Asuntos Exteriores es justamente la solución que aporta Marruecos, solución que dista muchísimo de lo que son las resoluciones internacionales. Tampoco pueden hablar del interés de la integridad territorial de España cuando Marruecos en la vida va a aceptar la integridad territorial de Ceuta y Melilla en el Estado español.

No lo ha hecho ni lo va a hacer, y continúa jugando con las fronteras, como están haciendo, tomando el pelo a este Gobierno. Mientras continuamos armando a Marruecos, permitiendo que cree bases militares junto a nuestras fronteras, dicen que están trabajando por la integridad territorial de España, cuando Marruecos hace justamente lo contrario, y lo hemos visto en las publicaciones que tienen, donde Ceuta y Melilla aparecen en los mapas oficiales del Gobierno marroquí. Por tanto, aquí hacen un discurso, pero de cara a Marruecos hacen otro.

Y entendemos que solo hay dos salidas: o una rectificación, es decir, que realmente el presidente del Gobierno diga lo que usted ha dicho aquí, que no es lo que dice cuando comparece en las Cortes Generales o cuando lo hemos visto ante el régimen marroquí, o directamente irse, porque está traicionando a su electorado, está traicionando a las Cortes Generales, a sus socios de Gobierno y de investidura, y a la inmensa mayoría parlamentaria de este país. La política internacional de España es una chirigota sin ningún tipo de gracia. Lo ha demostrado, y ha puesto en riesgo sectores fundamentales de nuestra economía. Por eso, exijo una vez más una rectificación por parte de este presidente del Gobierno y, sobre todo, de un ministro de Asuntos Exteriores que no debería continuar ni un segundo más en su cargo.

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