Desde hace décadas la izquierda o los movimientos sociales alternativos parecían no tener espacio en la política inglesa, condenados al ostracismo y con la única posibilidad de la lucha sindical como forma de revindicar los derechos sociales y laborales.
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En gran parte, esta situación estaba provocada por su sistema electoral, el “first past the post”(escrutinio uninominal de una vuelta), que impedía a partidos minoritarios o novedosos, como el partido verde, acceder al parlamento y poder tener, así, un posterior crecimiento. De este modo, la izquierda alternativa debía organizarse dentro del Partido Laborista, que cada vez estaba mas escorado a la derecha, por el férreo control de los “Blairistas” sobre él.

Sin embargo, todo esto ha cambiado. Tras la victoria Conservadora en las elecciones de Mayo, se realizó una concentración antiausteridad en Parliament Square, con presencia de Corbyn, a la que sorprendéntemente acudieron cientos de miles de personas, lo cual era un vaticinio de lo que iba a ocurrir. En las primarias laboristas del pasado 12 de Septiembre sus militantes eligieron, por una abrumadora mayoría del 59,5%, a Jeremy Corbyn como su nuevo líder, dejando muy atrás a los candidatos “Blairistas” (el mas cercano Andy Burnham con el 19%).
El éxito de Corbyn, se debe ha sus planteamientos en materia económica y social: pretende controlar el capitalismo salvaje de la industria financiera de la “City” de Londres, nacionalizar los servicios de ferrocarriles y sanidad, entre otros, recuperar el control estatal sobre el Banco Central de Inglaterra, avanzar en la conquista de derechos sociales y en definitiva revertir los recortes y acabar con la herencia de Margaret Thatcher.
Nada mas ser elegido líder laborista, empezó la caza contra Corbyn desde todos los frentes posibles. David Cameron ha llegado a decir que es un peligro para la seguridad del Reino Unido, los medios de comunicación controlados por el capital ya bombardean contra él, difamando y manipulando (hasta lo han vinculado a Bin Laden), y lo mas grave, los propios diputados laboristas, que han crecido bajo el ala de Tony Blair y Gordon Brown, y que están esperando a tener una mínima oportunidad para derrocarle.
Sin embargo, el nuevo líder laborista tiene grandes apoyos. Se podría decir que, con el movimiento antiguerra empezó todo, ya que, es uno de los pilares de Corbyn, el cual fue impulsor de la asociación “Stop the War”, que luchó contra la invasión de Irak y creó una base social alternativa a los partidos del régimen. Otro de sus apoyos han sido los sindicalistas, que han visto en él una oportunidad de recuperar los derechos laborales perdidos. Pero donde más a calado su ideario ha sido entre los jóvenes, sobretodo universitarios y de clase media o media-alta, que se han politizado por la subida de las tasas universitarias y de la imposibilidad de encontrar un empleo digno. No es casualidad que la mayoría de los voluntarios de Jeremy durante las primarias se ubicaran en una franja de edad entre los 25 y los 35 años. En definitiva, Corbyn se ha nutrido del movimiento antiausteridad, de aquellos que no se resignan, que creen que otra forma de gobernar es posible y que hay que poner las instituciones al servicio de la
gente.
Algo esta cambiando en Europa, la victoria de Syriza en Grecia, de Jeremy Corbyn en las primarias laboristas, el seguramente buen resultado de PODEMOS en la elecciones generales españolas (aunque nos intenten vender lo contrario los medios del capital), la
subida de la izquierda en Portugal, sobretodo del Bloco de Esquerda y la posibilidad de llegar al poder del Sinn Fein en Irlanda, nos hacen pensar que el cambio, no solo es posible, si no que ya ha llegado y cada vez con mayor intensidad. Como dijo Jeremy Corbyn: “Luchamos por una Europa social y Cada vez somos más y más fuertes”.
Joan Perez Lara
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