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No es descubrir nada nuevo afirmar que existe preocupación en nuestra sociedad por el porvenir de la industria. La globalización y el acelerado cambio tecnológico que se está produciendo nos sitúan en un escenario donde hay que estar muy atentos, para adivinar cual ha de ser el lugar donde cada empresa interesa que esté de aquí a unos años y con qué medios puede llegar.

Rendija digital, Industria 4.0, 4a Revolución industrial, Smart City, Innovación Inteligente, digitalización de las empresas… son expresiones frecuentes en las conferencias presentaciones y debates, que se celebran para dar pistas y sugerir caminos para afrontar el futuro de la industria.

Hay un pero, un aspecto, una realidad, que a menudo queda al lado de las observaciones más frecuentes, se trata de la participación de las personas en la empresa.

En el País Vasco y Navarra, hay iniciativas promovidas por personas del entorno del movimiento de Cooperativas de Mondragón, como ALE (Asociación de amigos de José María Arizmendiarrieta) que están impulsando proposiciones no de ley para los respectivos parlamentos con el fin de impulsar un tipo de empresa que potencie y aproveche los conocimientos, competencias y capacidades de las personas para conseguir una empresa competitiva y sostenible; y también que genere una ocupación de calidad basándose en un modelo de participación en la gestión y/o los resultados y/o la propiedad y un mayor equilibrio en el reparto de la riqueza en las sociedades.

Como referencia tenemos las Employee Stock Ownership Plan (ESOP) de los Estados Unidos, una forma de participación de los trabajadores a las empresas a través de la compra de acciones, las cuales crecen de media un 2,5% más al año en ventas, productividad ocupación y rentabilidad en comparación con las no ESOP.

Esto supone potenciar las empresas inclusivas participativas y el desarrollo de modelos de dirección humana frente a los tradicionales de dirección científica, que ha buscado los beneficios a corto plazo, se ha fijado mucho en los costes y ha considerado a la persona como un recurso.

Por eso hay que buscar un modelo valenciano de empresa, es decir, que tenga en cuenta las fortalezas y debilidades de la cultura local y, por lo tanto, de las personas que en ella intervienen. Y que sea susceptible de ser promovido por las instituciones públicas del territorio dentro del marco de sus competencias. Desde Guanyar Alcoi, hemos trabajado activamente en la difusión de estos modelos, colaborando con el Consejo Económico y Social (CES) local y con la concejalía de Manolo Gomicia, para hacer posible la llegada de José Luis Elorza, autor del libro ‘La empresa participativa Integral’ en el mes de abril y con la Fundación Emprendida de la Universitat d’Alacant (FUNDEUN) para facilitar la participación de José Luis Jiménez Brea miembro de ALE al primer Foro de Financiación para la Innovación Inteligente, celebrado en la Ágora el pasado 15 de noviembre.

En los diferentes contactos mantenidos con empresarios, sindicalistas, mundo de la enseñanza universitaria y enseñanza de la formación profesional, hemos encontrado buena acogida en las ideas expresadas, circunstancia que nos anima a continuar trabajando junto con todo aquel que esté dispuesto, para difundir el modelo y facilitar que un día no muy lejano, algunas empresas industriales inicien el camino hacia la Empresa Participativa.

Aleixandre Sanfrancisco
Regidor de Guanyar Alcoi

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